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Angélica barrió con todas en final de Granjeras

La chica oriunda de Yungay venció a todas las que se le pusieron en el camino y fue la justa ganadora del último reality del año de Canal 13.

23 de Diciembre de 2005 | 05:12 | El Televidente, El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- Para qué decir una cosa por otra: anoche las cosas se dieron tal y como lo había vaticinado el Televidente.

Así es, damas y caballeros. La chica que entró como reemplazo tras el abandono de dos arrepentidas aspirantes a granjeras (dos de las que el Televidente sólo recuerda sus caras peludas), fue la que se llevó el cetro en una noche que no estuvo exenta de sorpresa y polémicas.



Pero quizás sea conveniente hacer aquí una breve recapitulación.

Tras la eliminación de Isolina en el capítulo del miércoles noche, las cuatro semifinalistas fueron (por estricto orden alfabético) Claudia Camus, Débora Cortés, Viví Rodríguez y Angélica Sepúlveda.

Cuando comprobó el orden en el que habían quedado ordenadas por las reglas del alfabeto, al Televidente se le vino a la mente ese viejo adagio que dice, “los últimos serán los primeros”.

Y así no más fue. Partiendo por la primera sorpresa de la noche.



Porque el Televidente recuerda con claridad el hecho de que cada vez que el público tuvo la oportunidad, nominó a Angélica para ir a duelo.

Al principio porque la personalidad arisca de la sureña no cayó bien en el resto de las granjeritas y por extensión tampoco le cayó bien a los lelos que estaban mirando la pantalla (tal como la miraba el Televidente).

Pero pronto se dieron cuenta del potencial de Angélica, de lo estimulante que era verla competir.

Por eso el Televidente sostiene aquí su teoría de que al final el público no la nominaba por su carácter (porque todos aprendimos a quererla), sino por el placer de verla vencer, por el placer de verla eliminar a sus compañeras.

Por eso fue una sorpresa (pero tampoco tanto) la votación del público, que la eligió como la más popular con un 54,8% de los votos (ahora que los porcentajes y los votos están tan de moda).

Eso le permitió elegir a su primera rival (cabe recordar que anoche fueron dos los duelos en los que debió triunfar para llevarse los 50 millones).



Y eligió bien. Primero porque Claudia Camus si bien contaba con todo ese espíritu ganador y buena condición física y bla, bla, bla, era una chica que había demostrado nerviosismo.

Y eligió bien porque eso le daba la oportunidad de enfrentar a Débora en la final, lo que era un encuentro soñado para ambas. Así debía ser. Y así fue.

Primero Débora dio cuenta con bastante facilidad de la hermosa joven brasileña (no sirvieron los ruegos ni las porras del Televidente por Viví, con quien al Televidente le encantaría hacer cosas).

Luego Angélica simplemente barrió con Claudia.

Y si ya fue mencionada la sorpresa, aquí es donde surgió la polémica, porque la prueba consistía en que las concursantes debían avanzar colgándose de unos ganchos que terminaban en unos estribos donde debían encajar sus pies.

Y en la prueba, la sagaz Angélica (que durante toda la noche fue avivada por su ruidosa familia que le hacía honor a las tradiciones patrias) en vez de avanzar de uno en uno como lo habían estado haciendo todas, avanzó de dos en dos. e incluso de tres en tres.



Fue en ese momento que el Televidente supo (más bien confirmó), que Angélica iba a ganar el reality.

En todos los duelos individuales Angélica demostró que iba dos pasos delante de sus rivales. Anoche no fue la excepción.

La sureña obvió las pifias y los abucheos por su supuesta trampa (los envidiosos veían trampa donde sólo hubo sagacidad) y más encima les devolvió la mala vibra dedicándoles su triunfo.

Después de ese triunfo, no importaba lo que pudiera hacerlo Débora. Angélica estaba enfocada. Como lo estuvo durante todo su paso por el reality. Todo dependía de ella. Aunque le hubieran puesto al frente al propio Goliat, habría ganado.



La prueba final consistía en que las contrincantes debían avanzar a lo largo de una gran red, para tomar postas de una en una y llevarlas de una punta a la otra de la malla, para luego bajar a tierra firme y encender una antorcha.

Una prueba extenuante, que se extendió por más de media hora y durante la cual Sergio Lagos fue inventando palabras, frases y conjunciones inimaginables (Sergio nunca deja de sorprender al Televidente).



Más de media hora en la que Angélica no dejó de moverse, no dejó de buscar formas sobre la red.

Y que al final, cuando ya estaba segura de su triunfo, se dio el lujo de gritarle a su familia desde allá arriba en las alturas de la red, que la amaba, mientras su familia le gritaba de vuelta lo mismo con tanto o más entusiasmo.

Una familia que demostró amar a sus miembros tanto como a las tradiciones de la patria.



Así es damas y caballeros. La fierecilla de Farellones, la Gata de Yungay, la viuda negra de La Granja, como se le podría empezar a llamar ahora después de verla moverse con envidiable plasticidad por sobre la red que fue el escenario de su triunfo inapelable.

Granjeras tiene su justa ganadora. Una mujer representativa del campo chileno, que supo desde el principio que iba a vencer.
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