Aunque celebró veinte años tocando sobre todo canciones de su pasado el jueves en el Teatro Providencia, el grupo chileno mostró además dos temas nuevos, junto al indicio de que su identidad sigue vigente.
David Ponce
Fue una señal simple y clara, como los dos llanos acordes de guitarra eléctrica que sostienen la canción "Sueldos". Esa canción, la primera que se escuchó del grupo en las radios chilenas en 1986, fue el inicio del concierto con que Upa cerró el año y con el que abrió además la posibilidad de una reunión definitiva, frente al impulso de una audiencia sorprendente y entusiasta que llenó el jueves 29 el capitalino Teatro Providencia.
Trece de las dieciséis canciones de la noche se remontaron a esos primeros años de Upa, uno de los nuevos grupos de rock chilenos que mejor supieron retratar la ciudad en un tiempo en que la apertura empezaba a ganar su espacio en medio de la dictadura. "La nada" es el título de una de esas canciones, pero es también una expresión corriente que data de la época, nihilista por descarte, donde lo que más había era el instinto de buscar algo nuevo: Upa entonces era Upa!, con un signo de exclamación pop incluido, y tocaban reggae, dark y new wave a la vez, Echo & the Bunnymen y The Cure del último mundo, y "Pasajeros del último metro" hablaba de tomar el metro antes del toque de queda militar y de ser hijos del estadio de sitio, como presentó el cantante y bajista Pablo Ugarte sobre el escenario, pero al mismo tiempo el título y el sonido tenía una ambición inquieta y moderna.
Hoy, en las imágenes de los andenes del mismo Metro que anunciaban el concierto durante los días previos, Upa aparecía tocando en el Festival de Viña con lo que en la época Charly García acuñó como "raros peinados nuevos": expresión que luego se prestó para toda clase de manoseos de palabra pero que al principio aludió a esos modernos cortes de pelo new wave. El grupo actuó así en el Festival de Viña, pero también en el
underground galpón de Matucana 19 o en la noche en que llenaron de clones chilenos de Robert Smith el Estadio Chile, cuando aún no se llamaba Estadio Víctor Jara y cuando new wave no era sinónimo de fiesta en la Blondie porque tampoco existía la Blondie. Upa fue más allá y no sólo habló de la ciudad: habló de ella pensando en después, con versos premonitorios sobre los días cualquiera. "Veo tus ojos, imagino el futuro", dice en "La nada". "Decir por ejemplo, ese día salí a caminar", imaginan en la más disparada de esas canciones, "Quizás 2000", en la que un grupo de 1986 se traslada al 2000 para recordar cómo era 1986. El efecto de escuchar hoy esas canciones es el de un pequeño vértigo ante la clarividencia.
El repertorio del concierto fue elocuente. Hubo siete canciones del primer disco, del que sólo faltaron el rock and roll de "Rock de París" y el reggae de "Las masas son gente" y "África". Y a ratos la cita fue exacta, como en el redoble constante del baterista Octavio Bascuñán y la melodía del saxo de Sebastián Piga en "Fotonovelas". Pero Upa también mostró dos canciones nuevas que refuerzan la identidad del grupo, ligada tanto a sus inicios como a su disco más reciente,
Punto infinito… (1998), un álbum que subrayó el carácter melancólico de canciones como "No te vayas cuando te vayas", "Agua para un té" o "Volcán". "Ojos que no ven", uno de los estrenos, sigue la misma línea, en tonos menores y con versos heridos como "Dime cuántas veces me has dejado enamorado"; "Acuérdate de mí", el otro, es el contraste, a partir de la guitarra de Mario Planet, en tonos mayores y más ganoso. Con el instinto de escribir canciones nuevas, con una platea generosa de padres e hijos que llegó a aplaudir al grupo y a pesar de ciertas imprecisiones en vivo, el grupo tiene cómo escapar del lugar común de los ’80 y del compilado nostálgico al que ha quedado relegada la mayoría de los grupos de su edad. Upa tiene una identidad que mantener.
Las canciones
Siete canciones del disco Upa! (1986), cuatro de Que nos devuelvan la emoción (1988), dos de Un día muy especial (1990), una de Punto infinito… (1998) y dos canciones inéditas fueron el repertorio del concierto del jueves. Éste es el detalle de la jornada.
"Sueldos" (1986).
"Creo que voy a morir" (1988).
"Pasajeros del último metro" (1986).
"La nada" (1986).
"Cuando vuelvas" (1986).
"Ojos que no ven" (2005).
"Acuérdate de mí" (2005).
"Ella llora" (1988).
"Santiago" (1990).
"Fotonovelas" (1986).
"Quizás 2000" (1986).
"El cité" (1990).
"Río río" (1988).
"La bamba" (1986).
"Punto infinito" (1998).
"La emoción" (1986). |