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Go: Solista soul 7/1/2006

07 de Enero de 2006 | 00:00 |
Hay una manera más corta de aludir al único solista de música rhythm and blues masculino chileno: su nombre es Go. Y acaba de publicar su disco Diamante Romeo, producido por Cristián Heyne y Daniel Guerrero. "En un medio que es súper cerrado tienes que abrirte", dice: "no sólo le tienes que gustar al que escucha estrictamente soul".

David Ponce.


Go
Tiene 28 años de edad y más de diez de ellos dedicados a la música, pero al final del año recién pasado Gonzalo Astaburuaga tuvo un nuevo debut con su reciente disco, Diamante Romeo. Dedicado desde fines de los ‘90 a la música soul, el cantante chileno se acaba de transformar además en solista en un mundo poblado por grupos, y firmó el álbum por primera vez con su nombre propio: Go.

Él mismo formó antes grupos del estilo como Rayos, Samurai y Goda, e incluso debutó a mediados de los ‘90 con una banda de grunge, la disuelta Blu Toi, y en Diamante Romeo grabó con el ingeniero Joaquín García y con la dupla Kanguros, formada por los productores Cristián Heyne y Daniel Guerrero. El disco mantiene el sello del R&B, abreviatura de rhythm and blues, el género melódico afroamericano heredero de la música soul, y el sonido está marcado por la combinación entre ritmos electrónicos e instrumentos como piano eléctrico Rhodes, órgano Hammond, teclados, bajos y guitarras eléctricas y acústicas.

"Es muy moderno, porque ahora todos los temas de R&B y hasta de reggaetón tienen guitarra de palo, para charanguear", dice. "Pero la batería le da un sonido electrónico".

-¿Cuándo se te ocurrió el sonido?
"No fue para nada idea mía", reconoce. "Heyne trabaja así, con samplers y máquinas. Es distinto: el disco es inorgánico en la parte batería pero es orgánico en la ejecución de bajo, teclados, guitarra. Todo eso es tocado. Al principio no le tenía mucha fe a esa fusión, pero después oí el disco y estuvo bien. Aparte Cristián trabaja con el Daniel (Guerrero) y yo tenía ene reticencias con eso, súper pendejamente y súper inmaduro. A los 28 años ya tenís que atinar en algunas cosas".

-¿Tenías un prejuicio?
"Sí, tenía un prejuicio porque (Guerrero) era el músico de La Sociedad. Un prejuicio muy mongólico porque después aprendí mucho y a los pocos días el Daniel era terriblemente parte del disco. Como que en un minuto me puse un poquito más inteligente y encontré un nexo con él. El Daniel tiene una capacidad melódica súper interesante, y aparte el loco es un cantante romántico, o sea letrea muy bien. Me escurrió en caleta de cosas, en palabras que yo repetía... Ellos me pervirtieron un poco, en el sentido del pop. Yo llegué con unos temas mucho más aleatorios, y en este disco aprendí a hacer canciones populares. Aprendí que tú no haces música para que la oigan simplemente los músicos. Quizás es menos musical que Goda, quizás tiene menos pasajes y armonías, pero es mucho más roots (raíces). Es mucho más simple y tiene melodías que puedes aprender. A pesar de que nos boxeamos fue buena la trabajada, crecí caleta. Aprendí que en un medio que es súper cerrado tienes que abrirte: no sólo le tienes que gustar al que escucha estrictamente soul o R&B".

-¿Pero la influencia negra sigue?
"Sí, sí. Eso yo creo que hasta lo exageramos un poco. Pero lo abrimos, lo hicimos más soulero y hay muchos temas más upbeat. Aquí puedes encontrar hasta pasajes tan populares como de Obie Bermúdez, que también rescata la cantada negra y también es protegido del (Emilio) Estefan, hasta pasajes como de Prince. Es un híbrido raro, pero es más popular".

-¿En qué momento te gustó esa música, si antes habías tocado en un grupo grunge?
"Ésa es mi historia. Cuando era niño yo escuchaba en el auto con mi mamá a Lionel Richie, y mi mamá escuchaba Peter Tosh, Bob Marley, James Brown, Stevie Wonder y Marvin Gaye. Ésa era la música que se oía en mi casa, yo debo haber tenido cinco años. Esos eran los temas que aprendía. Y cuando llegué a mi adolescencia me quise separar de lo que traía, y ésa es la actitud del rock: me tenía que rebelar, y más encima que tocaba en ese grupo con un lote de músicos más grandes y era agrandado y me iba con mis amigos a ensayar el rock, que era bacán".

-Ésa es la explicación de Blu Toi.
"No es la explicación, es como era y lo que lo hacía hermoso, porque fue un rock muy honesto. Pero después creces".

Luego de eso Go se unió a dos socios llamados David. Con David Rulo Eldestein, bajista fundador de la banda de funk rock Los Tetas, formó los grupos Rayos (2000-2001) y Samurai (2001-2002), y con el baterista David Vásquez fundó luego Goda (2003-004), antes de emanciparse en definitiva como solista.

"El arte no es democrático", concluye. "Para lograr una banda yo creo que tienes que ser como U2, una cosa demasiado espiritual, pero aún así (ese grupo) es algo que se sostiene en su frontman. Yo creo que en el Tercer Mundo, con un poco menos de madurez y cultura, cada uno en la banda quiere remar hacia su lado, y eso lo puedes ver en la historia del rock chileno. Es un fenómeno, yo creo, que tiene que ver con que somos latinos, que somos más viscerales. Así es que decidí hacerlo solo".

-Goda aún era un dúo.
"Goda eran muchos cabros que montamos ese disco. Los temas eran míos".

-Y ahora de Goda pasamos a Go.
"Eso es. Desglosamos la genealogía y quedamos en mí".

-¿El siguiente grupo va a ser la letra G?
"O la O", sonríe. "Sería bonito. Sería muy japonés. Mortal. Cada vez menos y al final nada".

-¿La escena de la música que haces ha crecido en este tiempo?
"Lo que sucedió con Rayos y Samurai ha sido la tónica de las bandas que ha habido de soul y R&B: chispazos muy fuertes y súper intensos, como fue Mamma Soul, que logran algo y luego se disgregan. Creo que hay mucho ego en la onda de los músicos negros, ¿y sabes por qué? Porque nos apegamos demasiado para tocar a músicos muy bacanes, siempre en la onda del jazz".

-Hay grupos que se han mantenido, como Papanegro.
"Papanegro es mucho más funky, es mucho más heredero de Los Tetas. Más funk nacional, que es casi como la cumbia chilena: Chancho en Piedra, Los Tetas... Ellos mismos cuando eran más chicos hablaban de la familia del funk chileno, porque de verdad es un lenguaje que conocen los más antiguos que hacen funk acá, algunos temas de los Chancho, de Los Tetas, de Matahari. En este minuto a mí me gusta, ponte tú, Andre 3000 (integrante del dúo estadounidense Outkast), que toca con bases (electrónicas), y las bases las aprendí con el Cristian (Heyne). Todo el R&B bacán son bases. Pero son todos muy buenos, todos tocan muy bien, la escena es buena. Y el Pedro Foncea (fundador del grupo de rap chileno De Kiruza en 1987) nos ligó a todos a esto y es muy bacán".


Mi pequeña discoteca

El ángel, el príncipe y la maravilla: tres discos de rhythm and blues indispensables del último tiempo según Go.

Voodoo (2000), de D’Angelo. "Me gusta todo. Me gusta lo poco pop que es, porque no le importa nada y hace lo que quiere y es como un niñito mimado y toca a toda raja (el piano eléctrico) Rhodes".

Musicology (2004), de Prince. "Prince poquito a poco empezó a acercarse caleta a como partió su misma biografía: James Brown. Y tiene a Maceo Parker en los bronces. Es James Brown pero moderno".

A time to love (2005), de Stevie Wonder. "El single es increíble, pero el tema uno, el tres y el ocho son mejores. Es que son 25 años de Stevie Wonder. Es como si me dijeran que Marvin Gaye va a hacer un disco".

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