ROMA.- Una galería subterránea unirá el Museo Vaticano con la estación del nuevo tres subterráneo, "metro", que atravesará el casco viejo, antiguo y barroco de Roma.
La línea del subterráneo C de la capital italiana es por ahora un deseo de las autoridades municipales, y si bien ya se reunió parte del dinero que debe financiarla, falta analizar si es posible excavar sin tropezar con los restos arqueológicos que la Ciudad Eterna acumuló en casi tres milenios de historia.
En cambio, la galería es un sueño más palpable aunque también su construcción debe atravesar un terreno que puede ser rico de hallazgos arqueológicos, desde la actual entrada al museo hasta plaza Risorgimento.
Esta propuesta tiene la ventaja de haber sido ya examinado cuando a fines del siglo XIX, con la Unidad de Italia con Roma capital, se construyeron los grandes bulevares durante el reinado de Humberto Primo.
El proyecto existe, ha sido ganado por un grupo de arquitectos de fama mundial, y la galería se vuelve necesaria por el flujo de visitantes en aumento constante que se ven obligados a hacer una fila de tres durante varias horas bajo el sol agobiador del verano o las lluvias invernales, para poder entrar al museo privado más visitado de Italia, con tres millones y medio de entradas vendidas el último año.
Será una galería de negocios, bares y restaurantes semejante a la que desde 1989 da acceso al museo parisino del Louvre y que será financiada con el sistema del "project financing" o sea financiación privada total a cambio del permiso de usufructo económico por un largo tiempo.
Con este proyecto, la Municipalidad de Roma prosigue con su intento de abrir al ingenio contemporáneo una ciudad rica de testimonios artísticos y arquitectónicos de todas las épocas, desde la Antigüedad hasta nuestros días pasando por el Medioevo, el Renacimiento, el Barroco, el Romanticismo, el Modernismo y el Racionalismo.
Ahí están para demostrarlo el Auditorio-Parque de la Música del genovés Renzo Piano, el MAXXI (Museo de Arte Contemporáneo del siglo XXI) de la iraquí Zaha Hadid, el Ara Pacis del emperador Augusto del norteamericano Richard Meyer, el Macro de la francesa Odile Decq y la Mezquita del romano Paolo Portoghesi.
La idea final, a largo plazo, es unir esta galería con la estación del Castillo de San Angel del subterráneo C.
