 "Retrato de Madame X", pintado en 1883 por Singer Sargent exhibido en la exposición en Londres. |
LONDRES.- Los hermosos jardines, elegantes bulevares y bohemios cafés de la Ciudad de la Luz y la campiña francesa enamoraron a artistas estadounidenses como Mary Cassat y John Singer Sargent, a quienes la National Gallery de Londres rinde ahora un tributo, que es también un homenaje a París.
La exposición, "Americanos en París 1860-1900", que permanecerá abierta al público hasta el 21 de mayo, reúne un centenar de obras de artistas que emigraron de Estados Unidos París, donde estudiaron, vivieron y hallaron su inspiración, al estar en contacto con maestros franceses como Claude Monet y Degas.
Organizada junto con el Museo de Bellas Artes de Boston, la muestra explora el impacto de esta hermosa ciudad y de la pintura impresionista en toda una generación de artistas norteamericanos, entre ellos James McNeill Whistler, Winslow Homer, Childe Hassam, Cecilia Beaux y William Merritt Chase.
Lo que más cautivó a estos artistas -una tercera parte de los cuales eran mujeres- fue esa mezcla de antiguo y moderno que caracterizaba a París a mediados del siglo XIX, ciudad que en aquel entonces era la capital del mundo.
Los artistas y sus obras
Cada uno de esos artistas parece tener una visión distinta de la ciudad, pero todos reflejan en su obra su enamoramiento.
Los jardines de Luxemburgo, el Arco de Triunfo, el río Sena, la Plaza de la Concordia, los Campos Elíseos, la Ópera y los inimitables cafés parisienses fueron algunos de los lugares que embelesaron a estos creadores provenientes de pequeñas ciudades de Estados Unidos, pero también de Filadelfia y Nueva York.
Singer Sargent retrata, en su hermosa pintura titulada "En los jardines de Luxemburgo" (1879), el parque iluminado por una luna blanca, tan clara que un hombre consigue leer un diario.
Mary Cassat, la única norteamericana miembro del grupo de pintores impresionistas, recrea, con un pincel delicado, escenas como "Mujer con collar de perlas en un teatro" (1879), donde lo que en realidad le interesa es el público, que observa la escena con prismáticos.
Algunos de estos pintores retrataron también la campiña francesa, en especial Giverny, en Normandía (noreste), donde estableció su residencia Monet, así como la costa normanda y bretona.
Entre las obras más impactantes de esta exhibición figura el "Retrato de Madame X", pintado en 1883 por Singer Sargent, obra que ha inspirado novelas, como "Yo soy Madame X", de Gioia Diliberto.
Este retrato de una mujer vestida con un largo traje negro, y que ha sido prestado por el Museo Metropolitano de Nueva York, escandalizó en 1884 a la sociedad francesa, pese a que Manet ya había pintado a prostitutas desnudas.
También figura en la exposición de la National Gallery el hermoso retrato que pintó Whistler de su amante, "The White Girl" (1862), que también provocó una intensa controversia la primera vez que fue expuesto en París, en 1863.
La National Gallery ofrece asimismo una exposición separada de los grabados de Cassat inspirados por estampas japonesas, entre los cuales hay algunas pequeñas joyas, como la delicada "La Carta".