Reaparece en vivo la legendaria cantante chilena que se inició en el dúo Sonia y Myriam y que tuvo a Manzanero como su pianista en México. Esta noche inaugura un ciclo de mujeres cantantes en el capitalino Teatro del Parque: Sonia la Única es también la Primera.
David Ponce
 Desde boleros de Manzanero a canciones de Violeta Parra integran el repertorio de la cantante. |
Con décadas de experiencia, Sonia la Única no tiene problemas en elegir las canciones de una actuación como la que tendrá esta noche, en la inauguración del ciclo "Grandes voces, grandes mujeres" del Teatro del Parque (20.00 horas, boulevard del capitalino Parque Arauco), donde será acompañada por la orquesta de Juan Azúa.
"De Juan Azúa tengo mucho arreglos, generalmente llevo varias canciones y elegimos cuáles hacer. Son buenos músicos: usted les pone una partitura y tocan. Yo tengo mucho respeto a los músicos chilenos en ese sentido así que no me preocupo", dice la cantante, que por su parte ya a los diez años se iniciaba en la música como parte del legendario dúo Sonia y Myriam (1941) junto a su hermana, Myriam Von Schrebler (hoy radicada en España), y que cuenta también con el repertorio de boleros que inició como solista en México desde mediados de los años ’60.
De entonces data también su nombre: Sonia la Única. Lo acuñó un joven Armando Manzanero, su pianista de cabecera en ese país, cuando ella inició su carrera tras el fin del dúo, que terminó en 1965. Hoy diversas canciones del propio Manzanero, como los boleros "Te amaré toda la vida", "Que seas feliz", además de música de Osmán Pérez Freire ("Una pena y un cariño") y Violeta Parra ("Volver a los diecisiete"), entre otros autores chilenos, son parte del repertorio que Sonia presenta con el respaldo de Juan Azúa y sus músicos.
"Son varias canciones que escribieron para mí músicos en México, sobre todo Manzanero", dice. "Manzanero fue mi pianista. Empezó conmigo. Y empezó a cantar conmigo. Un día me dijo ‘Ay, señora, ¿le molestaría mucho que yo cantara antes?’. Y le dije ‘Noo, encantada, canta no más’. Y se sentó al piano y estuvo cantando como una hora. Y le empezó a ir muy bien. Porque era muy bueno. Yo me quedé con el ojo cuadrado con lo oí cantar. Y después yo entraba fresca y cantaba; eran dos formas distintas de interpretar. Y le dije ‘No, pues , Manzanito: yo voy a poner
Sonia la Única y Armando Manzanero’. Nada de estar por allá abajo. Él iba como artista en la misma calidad mía. Al señor mis respetos como compositor, intérprete y todo, y él me respeta a mí como cantante".
Del Tap Room a Violeta Parra
En su carrera más reciente, otro hito de Sonia es el disco
Sonia la Única canta a Violeta Parra (1980), el LP con que Sonia y Myriam volvieron a juntarse en Chile, pero esta vez para dar forma al sello SyM, que inició su catálogo ese año y con ese disco.
"Las canto casi todas", dice ella, a propósito de las canciones de ese disco, "porque la gente las pide, fíjate. Es un homenaje que hago siempre, canto ‘Volver a los 17’, porque como músico y como una persona impresionante que tuve la suerte de conocer, Violeta (Parra) tiene mis respetos, y la anuncio como una satisfacción mía de cantar esa canción. Para mí esa es una de las canciones más lindas que se han escrito".
–¿Se conocieron ustedes en los años ’60, tal vez antes?
"Más yo, porque la Myriam dejó de cantar conmigo en ese momento. Ella conoció al que es su marido, el padre de sus hijos, y dijo ‘Yo me retiro, yo quiero casarme y tener hijitos’, así es que adiós, Sonia y Myriam, y sigo yo sola".
–Ahí parte Sonia la Única, de hecho.
"Exacto. La única que quedó del dueto", se ríe. "Así es que ni modo".
–Tan simple como eso.
"Tan simple como eso. Pero es que era chistoso. Yo siempre me anunciaba así: soy la única que quedó del dueto, así que no crean que me estoy haciendo la muy muy, ¿te fijas? Y como lo tomé en chunga toda la gente se ríe y se olvida y a nadie le importa si es la única, la penúltima o la última. Yo voy, me llamo Sonia y cuando algunos me ponen Sonia la Única me da vergüenza propia", sonríe. "¿Será la única Sonia que hay en el mundo? No. Pero la culpa fue de Manzanero, si él me puso así".
–¿Además de los boleros, qué tanta música chilena sigue cantando?
"Mira, canto desde Violeta hasta Osmán Pérez Freire: ‘Una pena y un cariño’ lo cantábamos con la Myriam. Siempre canto por lo menos tres o cuatro chilenos y el resto de mexicanos. Y en México cantaba estas canciones porque me interesaba que conocieran la música chilena también", dice Sonia, que en los comienzos del dúo partió interpretando éxitos de autores chilenos como Vicente Bianchi y Luis Aguirre Pinto.
"Claro, Vicente era pianista de nosotros y tocaba un piano precioso. Los compositores chilenos son muy buenos. Lo que pasa es que después vino un tiempo en el que no había dónde tocar. Acuérdate de que la época de Pinochet fue media siniestra, entonces se acabaron los escenarios, se acabaron las
boites, muchas cosas. Oir cantar música chilena era muy difícil".
–¿No se comparaba con los años en los que ustedes empezaron a cantar?
"Claro, había montones de lugares: el Tap Room, el Violín Gitano, salías al centro de Santiago y había un local en cada cuadra. Y lleno. La gente salía a la hora del té: tú no sabes lo que era a la hora del té. Se llenaba aquello de señoras que llevaban a los niños. Nosotras éramos precoces, Sonia y Myriam, y cantábamos en cosas para niños, el Lucerna, el Goyescas. Se repletaba aquello".
–No tenían edad para cantar en un lugar nocturno.
"Noo, habría sido un pecado", se ríe. "Yo creo que la gente lo habría encontrado espantoso, unas niñitas cantando en unas
boites, ¿te fijas?".
–Ahora hay niñitas de kinder cantanto en la tele.
"Sí, pero la tele es otra cosa. En ese tiempo uno iba a escuchar a los músicos a los locales, a la hora del té y en la noche. ¿Cantan bien? Veo tan poca televisión que no las he oido".
–Sonia y Myriam volvieron a juntarse hace unos años para actuar en el premio Altazor y para un concierto en el Teatro Municipal de Viña. ¿Qué tan rápido pueden armar el dúo de nuevo?
Sonia hace un chasquido de dedos y sonríe. "De sólo mirarnos. El concierto en el Municipal de Viña (en abril de 2003) fue muy bonito. Además nosotros somos de Valparaíso. Si yo soy de Playa Ancha. Las Torpederas era nuestra playa".
–¿Qué le parece abrir este ciclo de mujeres cantantes?
"La Carmen (Prieto) me llamó y me preguntó si quería ir a cantar. Si una persona es tan dije y te invita y quiere oirte uno no se puede negar. Estamos todas las que cantamos: Carmen Prieto, Gloria Simonetti, Ginette Acevedo… Y ojalá nos juntáramos todas un día y sería entretenido, ¿ves tú? A cantar todas juntas".