CANNES.- Con "Volver", película presentada este viernes en competición en Cannes y firme candidata a la Palma de Oro, el director español Pedro Almodóvar vuelve a sus raíces y alcanza nuevas cimas de perfección cinematográfica.
El tono está dado de entrada, mientras desfilan los títulos y se escucha cantar "Las espigadoras", la cámara muestra un cementerio lleno de mujeres que limpian y arreglan cuidadosamente las tumbas: estamos ante una película que habla de las mujeres y de la muerte.
Raimunda (Penélope Cruz), Paula, su hija adolescente (Yohana Cobo) y su hermana Sole (Lola Dueñas) se encuentran entre ellas y limpian la tumba de su madre, Irene (Carmen Maura), muerta varios años atrás en un incendio. Todas residen en Madrid, pero mantienen el vínculo con el pueblo donde sigue viviendo su tía anciana.
Tras la muerte de ésta, Sole descubre que entre las mujeres del pueblo corre el rumor de que el fantasma de su madre había vuelto para ocuparse de la hermana enferma, sin que ello sorprenda ni asuste a nadie.
Los muertos, ya se sabe --le dicen--, vuelven cuando han dejado asuntos pendientes en la tierra.
Entre Madrid y La Mancha, Almodóvar nos cuenta la historia de tres generaciones de mujeres, pero sobre todo construye, como sólo él sabe hacerlo, un universo particular en el que conviven el drama y la comedia, en el que lo fantástico deja paso a la cotidianeidad sin transiciones: un universo femenino hecho de dolores, de ternura, de fuerza y de solidaridad.
Los hombres casi no existen en él y, cuando están, su único rol parece ser el de amargarle la vida a las mujeres.
Ese mundo es el de su infancia, con el que esta película "lo reconcilió", dijo el director en Cannes. Almodóvar vuelve con él a sus raíces, a su pueblo natal, pero ante todo "a su madre, a todas las mujeres que lo rodeaban cuando era niño y que fueron las que realmente lo formaron".
Una vez más, los personajes femeninos de Almodóvar son fascinantes. Penélope Cruz compone una Raimunda que desborda fuerza y sensualidad, al estilo de los personajes populares del cine italiano de los años 50 que hicieron míticos actrices como Sofia Loren y Anna Magnani, de las que Almodóvar reconoce inspirarse, en tanto Carmen Maura, que no había trabajado con Almodóvar desde "Mujeres al borde de un ataque de nervios", encarna una fantasmal y conmovedora Irene.
Esta es la tercera vez que Pedro Almodóvar participa en Cannes, donde compitió en 1999 con "Todo sobre mi madre", recibiendo el premio al mejor director, y tuvo los honores de la apertura en 2004, con "La mala educación". Para la Palma de Oro, quizá la tercera sea la vencida.
