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"Nunca me voy a dar por vencida"

19 de Mayo de 2006 | 00:00 |
Hace un par de años Nicole se quedó sin sello. La filial latina de Maverick, de propiedad de Madonna, cerró sus puertas y dejó a la chilena instalada en Estados Unidos, pero sin una empresa que promoviera su música. Entonces ella se dedicó a hacer clases de canto y a esperar el momento preciso para independizarse. Y lo hizo. Creó su propio sello, con el que lanzará su disco APT el 15 de junio. Porque ella no está dispuesta a rendirse. Ni ahora ni nunca.

Ernesto Garratt Viñes



Denisse Laval Soza, mejor conocida como Nicole, sabe que holgazanear es fácil. Ya no hay quien la vigile. No hay más guías ni productores que estén observando sus pasos como la niña prodigio que, a los doce años, ya era una figura pop en la TV ochentera con su hit "Tal vez me estoy enamorando". Ni está Gustavo Cerati produciendo su disco Sueños en tránsito (1997). Ahora Nicole tiene 29 años, está grandecita y se manda sola. Literal. Porque después de haber trabajado con distintas casas discográficas y con varios productores y mánagers, ella decidió volver a la música armando su propio sello. Siendo su propia jefa.

Chika Entertainmment se llama la emergente empresa y APT el disco con el que volverá a la escena musical después de cinco años. Son 11 canciones -la mayoría escritas por ella- que coquetean con el rock y la electrónica y que hablan de temas sociales, como la drogadicción, la pedofilia y la hipocresía. Cantado en español, portugués e inglés, cuenta con un cover de Blondie ("Rapture") a la pinta de Nicole.

"Este es el disco más personal que he hecho", aclara. "APT es una abreviatura de apartment. Es que hicimos el disco en el estudio de nuestro departamento (junto a su pareja, el bajista Jimmy Frazier) y era prácticamente grabar en pijama", dice. Pero éste no es un pijama party. Es un regreso en serio, una apuesta personal y en grande. "Se editará en Estados Unidos, México, Argentina, Colombia y España, a través de agencias locales", informa la cantante sobre sus pasos como gestora independiente. Como nueva empresaria ha debido aprender otras funciones además de cantar y componer. Se ha tenido que poner al otro lado del mesón. "He debido aprender a negociar y hacer de ejecutiva", dice.

Este ha sido un trabajo de hormiga, silencioso, que ya tenía en mente cuando vino el año pasado a Chile, a promocionar la película Se arrienda, de Alberto Fuguet, donde tuvo un rol secundario. "Recuerdo que esa vez muchos periodistas me hacían hincapié en mi nula presencia en la TV. Me preguntaban si limpiaba mesas en Miami, si sufría, qué tan mal lo había pasado", recuerda. "A la gente le gusta ver el sufrimiento de las personas y que salgan adelante".

La promesa. Es que la suya es una lección aprendida a fuerza de porrazos. Cuando en 1998 era mencionada en la revista Time como una de las promesas en alza del rock y pop latinoamericano, junto a una chica colombiana de nombre Shakira, nada hacía presagiar que turbulencias de diverso calibre iban a entorpecer el prometedor despegue de esta cantante. "Como la estrella colombiana rock pop Shakira, la estrella Nicole", anotaba la revista estadounidense hace ocho años.

Pero el futuro fue otro. Hubo remezones en la vida de Denisse Laval. La trayectoria al sueño dorado fue interceptada por los tonos grises de la realidad. En los recortes de prensa están la decepción por no haber podido superar las 75 mil copias de su segundo disco, Esperando nada (1994), o los ataques de pánico en su temprana juventud por su fama en ascenso. Son cosas que jugaron en su contra. Pero sin duda para Nicole el golpe más fuerte vino de donde menos lo esperaba. En 2001, después de un paseo por la esperanza, como trabajar con el reputado Gustavo Cerati de productor en su disco Sueños en tránsito, y otro paseo por las incertidumbres de las bajas ventas, la filial latina del sello Maverick la fichó como una de sus estrellas. El sello de Madonna, la reina del pop, ni más ni menos, se fijó en ella.

De la relación nació el disco Viaje infinito. Una nominación al Grammy latino y la promesa de hacer cuatro discos más. Pero cuando todo parecía color de rosa, la placa apenas vendió cinco mil copias en Chile y Nicole se enfrentó a un nuevo problema: Maverick cerró sus puertas y se quedó sin sello. Era 2004 y la cantante radicada en Miami, que tocaba con las estrellas y compartía con ellas en los escenarios (tocó con Chicago, Bob Dylan, presentó los World Music Awards en Mónaco), tuvo que empezar de cero.

"Obviamente fue un bajón, decir ‘de nuevo, otra prueba’", dice. Fue un momento en el que se preguntó si realmente debía seguir dedicándose a la música. "Te mentiría si te dijera que siempre tuve claro que esto era lo que tenía que hacer". Pero las cosas se aclararon. "Lo mío es la música. Hacer música y no salchichas", dice con certeza.

-¿Qué dudas tuviste para seguir adelante?
"Cuando tomé la decisión de hacer el sello y seguir con mi música, de repente apareció el pasado y claro, uno piensa qué hubiera ocurrido si hubiese hecho esto, o tomado tal decisión. Pero me pregunté, ¿qué pasa cuando uno vive de los recuerdos? Nada. Creo que es lindo tenerlos, pero no me parece bien vivir de ellos. De hecho, escribir la canción ‘Trapped in time’ (‘Atrapada en el tiempo’, que forma parte del disco) fue una forma de empezar una nueva etapa. Cerrar la página de lo que había vivido y sacar lo mejor y seguir. Y la verdad es que me hizo muy bien esa canción".

-¿Pero no sientes que es un riesgo hacer un disco independiente?
"No. Sabes, me siento muy tranquila. Por primera vez no tengo esa enorme presión atrás, de las expectativas de una gran compañía. En el fondo siento que por primera vez puedo entregar algo tranquilo, sin presión. Al escuchar las canciones me siento muy contenta del modo en que las canté. Porque generalmente prefería los discos después, cuando las cantaba en vivo. Porque ya estaba como más tranquila".

Pero fue una tranquilidad nacida de una crisis. "El modelo de los sellos discográficos me parece obsoleto", dice por su experiencia trunca en Maverick. "Creo en el trabajo en grupo y eligiendo a gente free lance. En Maverick aprendí mucho. Los publicistas que trabajan conmigo eran gente que contrataban fuera del sello. Se puede trabajar así". Y ese es un modelo que está aplicando en su naciente empresa, cuya idea de trabajo es apostar por las carreras a largo plazo.

"O sea, si nos va bien, pienso apoyar a artistas que no encuentran soporte en otros lados. Los artistas nos desarrollamos haciendo discos. No es necesario que tu tema tenga que ser el número uno. Es bueno tener una individualidad y diversidad en la música. Porque si vas a escuchar a puras Britney Spears, todo bien con ella, pero que haya mas diversidad, como antes". Es que entre la piratería y la tecnología, dice Nicole, el negocio cambió.

-¿Y cuáles son las expectativas de venta? ¿Qué pasa si fracasas?
"Esto no depende de las ventas. Nunca he dependido de las ventas para seguir y hoy en día más todavía con gente como Madonna que ha vendido siete mil discos en Chile. O sea, no es como antes cuando vendía cien mil, 200 mil discos. Basamos esto en que pueda ser on line (compras a través de la red) y shows en vivo (...) Pero para mantenerse como músicos, nos concentramos en las tocatas en vivo y en los derechos de autor".

-No te das por vencida, ¿no?
"Nunca me voy a dar por vencida, la verdad. Darse por vencido o creer que uno fracasa en la vida es un error porque uno siempre aprende de todo lo que vive. Y si uno tiene una pasión grande y crees en lo que haces, tienes que seguir luchando".

Y puede que Nicole, como buena luchadora que es, batalle en especial contra sus malos recuerdos en Maverick. Y comiéndose el mal rato, asista sólo en calidad de espectadora a los próximos recitales de Madonna. ¿Y qué le diría a su ex jefa si la pudiera interpelar? "Bueno, le diría que no siga abriendo sellos discográficos si realmente no va a trabajar en ellos", comenta y ríe.

-Cerati te produjo un disco y además unos temas a Shakira. ¿Por qué crees que no te ha ido como a ella?
"Bueno, sólo Shakira mueve las caderas como Shakira (ríe), aunque mis amigas cubanas en Miami me han enseñado a moverlas. Te sorprenderías de esta chilenita. Pero en serio, te digo, cada una tiene su destino y su camino. Respeto mucho a Shakira. Ella ha optado por ciertas cosas y ha tenido sus tiempos. Y me pone feliz que realmente alguien que hace sus propias canciones sea realmente tan buena".

-Eres bien diplomática.
"Estoy lista para la ONU (ríe)"

A Nicole no se las cantan. Como empresaria de sí misma, aplica diplomacia. Mal que mal, tiene un negocio que mantener y soñar con Shakira en su catálogo no vendría mal. "Estamos de a poquitito", dice con tono bien chileno esta chilena que sueña a lo grande en Miami. "Lo que sí te puedo decir es que hay Nicole para rato".

Es que ya pasó el tiempo en que Nicole estaba esperando nada. Ahora, está esperando todo.
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