EMOLTV

Esultate! Otello ganó en el Municipal

23 de Mayo de 2006 | 00:00 |
Principales intérpretes: D. Rendall, V. Villarroel, F. Burchinal, J.C. Valls, C. Godoy.
Régie: F. Sparvoli.
Escenografía: Giorgio Ricchelli.
Dirección Musical: Roberto Rizzi-Brignoli.

Miércoles 17 de mayo de 2006, Teatro Municipal de Santiago.

Por Juan Antonio Muñoz H.


"Otello" volvió al Teatro Municipal de Santiago después de 24 años de ausencia y a una década de la muerte del tenor chileno Ramón Vinay, quien hizo historia en el papel. Esa última vez fue muy accidentada, pues la Desdémona de Gilda Cruz-Romo y el Iago de Kari Numela tuvieron nada menos que tres protagonistas para apenas cinco funciones: Carlo Cossutta, quien cantó sólo en la première; Gilbert Py, que cantó la segunda, y Angelo Marenzi, quien hizo las restantes.

A pesar de los fantasmas, este regreso verdiano fue un acontecimiento. En especial por la actuación de David Rendall, quien demostró conocer el rol hasta la médula y que regaló un personaje creíble de principio a fin. Su voz es la de un tenor más lírico que lo que se espera, pero lleva el canto con naturalidad, los agudos son gloriosos, usa la messa di voce de manera soberbia y terminó cantando la escena de la muerte con un hilo de voz: sobrecogedor. Más todavía sabiendo que la madre del cantante falleció en la mañana del estreno. Un verdadero homenaje.

Tuvo dos coprotagonistas de lujo. En primer término, la Desdémona de Verónica Villarroel, con la voz hermosa, amplia, suave y con una facilidad pasmosa para apianar. Su "parola orrenda" fue estremecedora y la "Canzon del Salice" una delicia, coronada con un sobreagudo en pianissimo que emitió acostada de espaldas. Excelente actor es el barítono Frederick Burchinal, cuyo "grano de la voz", como apunta Celletti, no es propiamente verdiano, pero que encarna un Iago fino, incisivo, de canto generoso aunque el material se observa algo opaco. Su "Credo" fue una clase magistral en términos interpretativos. Hermosa línea de canto, buena figura y timbre interesante lució Juan Carlos Valls como Cassio, mientras que Claudia Godoy fue una Emilia participativa del juego escénico y musical.

La dirección musical de Roberto Rizzi Brignoli electrizó desde el primer momento. Su fuerte es el manejo del impacto sonoro más que las sutilezas, aunque el último acto resultó un verdadero concentrado de matices conmovedores. Fagot y oboe en tránsito desgarrador hacia la muerte; dominio del pujante coro en la primera escena y también en el temible concertado del tercer acto. Eficiente la régie de Fabio Sparvoli, atenta al trabajo de actores, y funcional la escenografía de Giorgio Riccheli, en una ópera que no precisa grandilocuencia sino sobriedad.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?