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Sangre latina para Pat Metheny

28 de Julio de 2006 | 00:00 |
Como muchos jóvenes de su generación, siendo un adolescente supo que había un guitarrista de jazz fusión llamado Pat Metheny cuando se encontró con el videclip de "Last train home". No sabía quien era. Hoy, el mexicano Antonio Sánchez tiene 34 años y desde hace un lustro es el baterista de Metheny. Estará en Chile, pero sin su jefe. Únicamente con la batería con que dictará clases.

Iñigo Díaz



"Como nunca, el virtuosismo de la batería está en auge", apunta Sánchez.
Será una semana de polirritmos. Mientras Claudia Acuña pondrá un toque de delicadeza musical con su canto en el Teatro Municipal este miércoles, en otros escenarios más recónditos de la ciudad, la batería tendrá categoría protagónica. Entre el 1 y el 4 de agosto una convención de "doctores" de la percusión llega desde Estados Unidos para dictar cátedra, ofrecer clínicas y rematar en conciertos estruendosos.

Paul Wertico es el baterista de más alto linaje entre estos pares. Ha sido el hombre del ritmo en el grupo de Pat Metheny por casi 20 años, desde que llegó para reemplazar a Danny Gottlieb en 1983 y se retiró en 2001 para continuar su naciente carrera solista. Junto a Wertico, Metheny editó sus más grandes y populares discos: First circle (1984), Still life (talking) (1987) y Letter from home (1989), algunos de ellos con la participación del argentino Pedro Aznar. Wertico actuará en la Sala SCD de Plaza Vespucio el 3 de agosto.

Menos conocidos en círculos musicales son Rick Latham y Maxx Furian, quienes durante tres días estarán desarrollando sus clínicas en el festival Drum Fest, en Backstage Pizza Sí. El 2, 3 y 4 de agosto Latham y Furian, solistas que se han destacado en la creación de clases magistrales alrededor del mundo, tendrán sus sesiones de clínica temprano por la tarde (16:30), para continuar con conciertos nocturnos (22:30).

El cuarto baterista tiene sangre latina. Es mexicano, tiene 34 años y apareció en los comienzos de los ''00 como uno de los reemplazantes de Wertico, luego de integrar la United Nations Orchestra, la última big band de Dizzy Gillespie además de actuar como sideman en las bandas de Chick Corea, John Patitucci y Danilo Pérez.

Antonio Sánchez, que aparece en discos de Metheny como Speaking of now (2002) y The way up (2005), se presentará el 3 de agosto en el Teatro Municipal de Ñuñoa, como figura estelar del Zildjian Day Clinic Tour, junto a los bateristas Marcelo Páez (Argentina) y Manuel Páez (Chile).

-¿Cuáles son las propiedades de un baterista en el siglo XXI?
-Versatilidad, musicalidad, buena actitud, buena salud y hábitos. Mucha disciplina y preparación.

-¿Es muy distinto hoy a lo que hacía, por ejemplo, alguien como Art
Blakey antes?

-Creo que la música ha cambiado tanto en los últimos años que ahora es indispensable tener un conocimiento amplio y bien informado sobre todas las corrientes musicales que son populares en la actualidad. Gente como Art Blakey eran verdaderos innovadores. Tipos que estaban creando un estilo nuevo y diferente a partir del swing. Ahora hay tantas corrientes que se derivan las unas de otras y tanta saturación de información que cada vez resulta más dificil innovar y crear algo realmente nuevo.

-¿Qué tiene pensado para mostrar en Chile, no sólo a los bateristas o los músicos, sino al público?
-Me gusta dar clínicas porque tengo oportunidad de hablar de música, de profundizar sobre la batería y también sobre cosas que se pueden aplicar a otros aspectos de la vida en general: actitud, disposición, disciplina, metas a corto y largo plazo.

-¿Cree que el virtuosismo en la batería está desprestigiado? Nada de más mal gusto que un solo de batería en una banda de rock…
-El virtuosismo en la batería está en auge más que en ninguna otra época. Hay mucha gente que vive exclusivamente de dar clínicas por todo el mundo haciendo alarde de su virtuosismo, con videos, páginas web, escuelas...en fin. Hay muchísimo público interesado en las posibilidades de la batería como instrumento protagónico. El buen o mal gusto con el que se muestre ese virtuosismo ya es otro tema.

-¿Qué tal fue llegar a la banda de Pat Metheny?
-Literalmente me cambió la vida. Ahora me es mucho más fácil hacer cosas ebn la música por la notoriedad que significa tocar junto a Metheny. Musicalmente he aprendido muchísimo y trato de emularlo por su disciplina y su pasión por el trabajo y la música. Realmente la primera vez que lo Metheny fue en los ''''80, cuando pasaban "Last train home". No sabía quién era el artista pero me gustaba mucho la pieza. Ahora tengo que tocarla en vivo. Es de lo más emocionante.

-¿Cómo describiría el trabajo de Metheny desde que usted está en la batería?
-Él está haciendo un trabajo más arriesgado que antes. El sabe que soy un baterista acostumbrado a tocar música complicada, así que no duda en escribir cosas dificiles que antes no escribiría. Siento que tiene bastante confianza en mí como para poner su música en mis manos y saber que voy a hacer un buen trabajo.

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