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MOSCU.- Sin mayores obstáculos de sus detractores religiosos, Madonna se apoderó ayer del principal estadio de Moscú donde cantó a sus anchas.
Unas 54 mil personas asistieron al Estadio Luzhniki para ver a la artista como parte de su gira de conciertos "Confesiones", que ha levantado fuertes críticas a su paso por Europa.
Al menos 10 activistas ortodoxos fueron detenidos fuera del estadio por intentar realizar una protesta no autorizada antes de la presentación. Otra partida de fieles se congregó en pequeños grupos para orar en las afueras del lugar.
Alrededor de 7.000 policías estuvieron en guardia dentro y alrededor del complejo.
La Iglesia Ortodoxa Rusa protestó por el uso de la imaginería religiosa como parte del acto y cabildeó fuerte para que el concierto no se celebrara el 11 de septiembre, como estaba planificado originalmente, por respeto a las víctimas de los ataques terroristas ocurridos en Estados Unidos hace cinco años y porque la fecha coincidía con la festividad en honor a San Juan Bautista.
Las polémica se concentraba en la parte final del concierto, cuando Madonna canta suspendida en una cruz cubierta de pequeños espejos y con una corona de espinas en su cabeza. Esto ha provocado una avalancha de críticas en Italia, Alemania y Holanda, donde un sacerdote fue arrestado por hacer una falsa amenaza de bomba.
Pero para decenas de miles de moscovitas, el espectáculo de Madonna es uno de los eventos más emocionantes del calendario cultural del año; un acontecimiento digno de clausurar el verano.
"Esta dama ha estado glorificando por años las pasiones humanas con la ayuda de símbolos religiosos... y ahora piensa que es hora de que se crucifique a sí misma en público. Eso significa que la cantante está en la necesidad de ayuda espiritual", declaró el padre Vsevolod Chaplin, un vocero de la Iglesia Ortodoxa Rusa, según el sitio de noticias digital Pravda.
Damir Gizatullin, jefe adjunto del Consejo de Muftíes de Rusia, dijo que los musulmanes rechazan la actuación de Madonna porque ésta ofende tanto a los cristianos como a los musulmanes. "Esto discrepa de las tradiciones de nuestro pueblo", expresó al diario Kommersant.
Al principio, la ciudad tampoco estuvo de acuerdo con el lugar seleccionado para el concierto, en Vorobyovy Gory, un pintoresco terreno al sur del río de Moscú enmarcado por la imponente Universidad Estatal de Moscú.
El plan se cayó cuando la policía dijo que no podría garantizar la seguridad en un área tan extensa. Las autoridades municipales propusieron hacer el concierto en Tushino Airfield, sitio de muchos grandes conciertos de rock al aire libre. El lugar, empero, quedó descartado porque en el 2003 fue escenario de un ataque suicida que dejó 14 espectadores muertos.
