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Franco Zeffirelli cuenta su gran amor y otras confidencias en "Autobiografía"

El cineasta italiano también relata en su libro que de niño fue acosado sexualmente por un fraile, que su primer amor fue un compañero de colegio y que Aristóteles Onasis se le insinuó.

19 de Noviembre de 2006 | 16:06 | EFE

ROMA.- El director de cine Franco Zeffirelli, de 83 años, desvela que vivió un gran amor con Luchino Visconti, entre otras confidencias, en su "Autobiografía", un libro que saldrá a la venta próximamente y del que hoy publica un resumen "Corriere della Sera".


El cineasta italiano también cuenta que de niño fue acosado sexualmente por un fraile, que su primer amor fue un compañero de colegio y que Aristóteles Onasis se le insinuó para cizañar su amistad con María Callas, única mujer de la que Zeffirelli estuvo enamorado.


Nació, dice, el 12 de febrero de 1923 en Florencia y en el lugar de la partida de nacimiento correspondiente al padre dice "NN", es decir, desconocido.


Y es que su madre, Adelaide Garosi, casada con un abogado, tenía relaciones con un "donjuán", como llama Zeffirelli a su padre.


En medio del escándalo desatado, murió el abogado y Adelaide encabezó, embarazada de otro, el funeral de su marido.


"Un escándalo terrible", escribe el director de cine, que añade que su madre, una apasionada de Mozart, quiso darle al niño el nombre del aria de Idomeneo (Zeffiretti), pero que el funcionario del registro civil se equivocó y escribió Zeffirelli.


Su madre murió siendo niño y se crió entre mujeres. La niñera, que era inglesa y se llamaba Mary, le enseñó inglés y la pasión por Shakespeare. La figura de esa mujer la incorporaría en su filme "Un té con Mussolini".


Zeffirelli cuenta en el libro que hasta hace sólo unos diez años no reconoció públicamente su sexualidad.


Fue en San Francisco, Estados Unidos, y admitió que había tenido experiencias con hombres. "Soy homosexual, pero no gay, una palabra que odio, es ofensiva y obscena", afirma en el libro.


En ese punto cuenta que cuando era niño e iba a un oratorio de Florencia fue acosado sexualmente por un fraile, que su primer amor fue un compañero de clase y que los otros niños, al darse cuenta, se burlaron.


Tras buscar a Luchino Visconti una actriz que encajara con un determinado papel, el joven Zeffirelli entabló una gran amistad con el director. Fue el comienzo de una colaboración y de un amor "atormentado, roto, pero nunca apagado".


"Para mí Luchino era el modelo de todo lo importante", cuenta Zeffirelli, que recuerda que la gran Anna Magnani le dijo en una ocasión que Visconti era "una serpiente" y que él "naturalmente" no le creyó.


Visconti, relata en la obra, le cortejó, mimó y vivieron juntos, pero ello no impidió que cuando en una ocasión le robaron en casa, denunciara a todo el personal que trabajaba allí, incluido Zeffirelli, una "bofetada" que todavía le duele.


También se refiere a su amor por María Callas, la única mujer de la que estuvo enamorado.


Cuando la soprano se enamoró de Aristóteles Onasis y abandonó la escena, Zeffirelli narra que fue a la isla griega de Skorpios, propiedad "de aquel horrible Onasis", para convencerla de que volviera. Onasis, asegura, se le insinuó.


Al referirse a su amistad con Coco Chanel, cuenta que la modista le regaló doce diseños de Matisse que el pensó que eran copias y después supo que eran originales.


"Me salvaron en los periodos de vacas flacas", confesó el anciano cineasta, que vuelve a La Scala de Milán el próximo diciembre con una nueva "Aida", la quinta de su carrera. Será, dice, "la Aida de todas las Aidas".

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