NUEVA YORK.- Es el padre de Michael Douglas, pero sobre todo él mismo es un gran actor. Que su hijo con el tiempo se haya vuelto más famoso que él, es algo que a Kirk Douglas le da igual. "Esa una forma de inmortalidad", comentó en una ocasión.
Este sábado 9 de diciembre el veterano astro de Hollywood cumple 90 años. Y a pesar de una grave hemiplejia sigue teniendo una vida social activa. Hace poco sirvió sopa caliente a personas sin techo en el tradicional Día de Acción de Gracias.
En sus películas, Kirk Douglas tenía predilección por los malvados, los trepadores y los héroes sucios: "Hice carrera interpretando a hijos de puta".
Estuvo nominado al Oscar tres veces: por el papel de boxeador ambicioso y sin escrúpulos en "Champion" (1949), por el de productor de cine obsesionado con el poder en "The Bad and the Beautiful" (1952) y por su impactante interpretación de Vincent van Gogh en "Lust for Life" (1956). Sólo recibió la dorada estatuilla en 1996, en forma de un Oscar honorífico.
Una dura lucha por ser actor
A Douglas, hijo de un inmigrante judío ruso, le costó iniciar su carrera. Nacido como Issur Danielovitch Demsky, se crío con seis hermanas mayores en el barrio pobre de la ciudad industrial de Amsterdam en el estado de Nueva York. "Si alguien decía ahí que quería ser actor, recibía una trompada en la cara".
Con trabajos de portero y luchador en ferias se financió su estudio para poder asistir pronto a la escuela de actuación.
Tras la guerra le ayudó la suerte. Su ex compañera de clases Lauren Bacall, que ya había ayudado al desconocido Douglas a conseguir pequeños papeles en Broadway, lo recomendó a los jefes de grandes estudios en Hollywood.
Debutó en el cine en 1946 como marido alcohólico de Barbara Stanwyck en "The Strange Love of Martha Ivers". Fue tan convincente que rápidamente le siguieron varios protagónicos, por ejemplo, en "El zoológico de cristal" y "El gran carnaval".
En total, Douglas participó en más de 80 películas, varias de ellas con grandes directores como Billy Wilder, Howard Hawks, Otto Preminger y Elia Kazan.
Con su amigo Burt Lancaster compartió cartel siete veces, la primera de ellas en "I walk alone" (1948) y la última en "Tough Guys" (1986).
Fiel a sus principios
Como muchos de los héroes que interpretó, Douglas nunca se dejó presionar desde arriba. No era exclusivo de ninguno de los grandes estudios, siempre insistió en defender su estilo en el trabajo y no le importaba romper un contrato si algo no era de su gusto.
En los años 50 fundó su propio estudio, al que bautizó con el nombre de su madre, "Bryna Productions". Aprovechó esta nueva libertad para tratar material sensible.
Así, financió la brillante película antibélica de Stanley Kubrick "Paths of Glory" (1957), que en Francia fue tabú durante mucho tiempo. En la superproducción también encargada a Kubrick, "Espartaco", Douglas contrató tres años después como guionista a Dalton Trumbo, a pesar de que éste estaba en la "lista negra" de artistas comunistas.
En los años 80, Douglas se fue retirando poco a poco del negocio del cine y aprovechó su popularidad para iniciativas humanitarias y sociales, por ejemplo, en Naciones Unidas.
Además, comenzó cada vez más a escribir. Cuando en 1988 publicó su biografía, causó cierto revuelo en Hollywood con detalles sobre su vida sexual, sobre todo porque desde hace más de 50 años está casado con su segunda esposa Anne.
Con su hijo Michael estuvo por primera vez delante de la cámara en 2003, en la comedia autobiográfica "It Runs in the Family". Para ese entonces, su vida ya había cambiado considerablemente. En 1991 sobrevivió a un accidente de helicóptero y en 1995, una hemiplejia lo dejó físicamente marcado. Pero sus ganas de vivir no se vieron afectadas en lo más mínimo.