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Mario Vargas Llosa debuta en Chile como actor

El escritor peruano presenta esta noche "La verdad de las mentiras"

14 de Diciembre de 2006 | 12:04 | Sebastián Cerda, El Mercurio Online
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Este año, el escritor peruano también montó "Odiseo y Penélope", su propia versión de La Odisea. Sin embargo, confiesa que el pánico escénico no se le ha pasado.

EFE

SANTIAGO.- "El teatro fue mi primer amor. Si en el Perú de los 50 hubiere habido un movimiento teatral, probablemente habría sido dramaturgo en lugar de novelista", confiesa Mario Vargas Llosa, un escritor que ha hecho prácticamente de todo, incluyendo una candidatura presidencial. Así, verlo retornando al primer amor no era nada extraño, y si ya lo hizo como dramaturgo, que lo hiciera arriba de las tablas era sólo cuestión de tiempo.

El debut actoral de Vargas Llosa se concretó el año pasado en Barcelona, y con esta faceta es que el reconocido escritor peruano se encuentra hoy en nuestro país, para ofrecer una única función de su obra "La verdad de las mentiras" esta noche, en el Centro de Extensión de la Universidad Católica. El montaje corresponde al relato y dramatización de cinco obras literarias, inspirado en un espectáculo que alguna vez hizo el italiano Alessandro Baricco.

"Yo quedé realmente encantado con ese espectáculo (...). Esto me abrió el apetito, y desde entonces me daba vueltas en la cabeza hacer algo por el estilo en español. Conté de este proyecto a amigos en España y a uno de ellos se le ocurrió presentarlo a la municipalidad de Barcelona, en un año dedicado al libro, en homenaje a Cervantes", cuenta Vargas Llosa sobre el origen de la obra.

El resto, ya puede saber por dónde va: la municipalidad aprobó el proyecto y al escritor no le quedó más que presentarlo, pese a que no estaba muy convencido y que el pánico escénico aún no se le pasa del todo.

El espectáculo tuvo una muy buena acogida, tanto que después de Cataluña lo presentó en México, Perú, Madrid y, hoy, en Chile, siempre con el mismo formato: tomando los cinco relatos como punto de partida para, luego, agregarles sus propios elementos e interpretaciones, transformándose no sólo en relator, sino también en personaje.

"La idea es mostrar en cinco historias la riqueza de la invención americana", explica Vargas Llosa, para quien "las novelas cuentan mentiras, que vivimos como verdades cuando las leermos y, si son importantes, si expresan algo profundo, permanecen en nuestra memoria, tienen efectos concretos sobre nuestra personalidad. De una manera muy misteriosa las mentiras de la literatura se vuelven verdades en nuestra vida".

Presencia chilena

Los autores que contempla "La verdad de las mentiras" son Jorge Luis Borges (El Aleph), William Faulkner (Una rosa para Emily), Juan Rulfo (Diles que no me maten) y Juan Carlos Onetti (El infierno tan temido). A éstos agrega en cada país un autor local, que en esta oportunidad será Jorge Edwards con "Después de la procesión". "Yo lo había leído hace mil años, y recordaba mucho el final del cuento. Cuando lo volví a leer me di cuenta de que sí se podía contar", explica Vargas.

La presentación, en que el escritor comparte escenario con la actriz peruana Vanesa Saba, será restringida: una sala en directo y otra con una pantalla gigante, a las cuales sólo se podrá acceder con invitaciones dadas por la Universidad Católica, quienes trajeron al escritor para celebrar los 25 años de su editorial.

Luego, Vargas Llosa, volverá a sus proyectos, entre ellos terminar una nueva novela basada en "Los Cuadernos de Don Rigoberto", esta vez contada desde el personaje de Doña Leticia.

Como actor y observador permanente de la política latinoamericana, Mario Vargas Llosa no pudo evitar referirse al tema que copa la agenda nacional de los últimos días: el fallecimiento de Augusto Pinochet. "Yo hubiera preferido que hablemos de literatura y teatro, no porque me niegue a opinar de política, pero la experiencia me ha mostrado que cuando uno habla de política, ésta arrasa con todo lo demás", dice.

De todos modos, terminó por entregar su opinión: "Déjeme decirle una sola cosa: tengo la esperanza de que esta muerte cancele una época que ha sido muy trágica para Chile. No sólo por el sufirmiento, el dolor, las terribles rivalidades que la dictadura provocó, sino porque ésta es una historia que está dentro de una tradición trágica de América Latina, y creo que es un símbolo. Hay que interpretarlo así. Se cierra una época atroz. Ojalá esa historia no se vuelva a repetir, y en América Latina aprendamos a coexistir".

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