SANTIAGO.- Un año de contrastes fue 2006 para Héctor Noguera. En el teatro tuvo una temporada superlativa, con varias obras exitosas y la aprobación de la crítica. No obstante, la teleserie "Descarado", donde fue uno de los protagonistas, no cumplió las expectativas de rating agudizando la crisis del área dramática de Canal 13, que terminó cambiando de horario y anticipando el final de "Charly Tango", una producción que nunca despegó.
En medio de este bipolar escenario, el actor cierra el año con un premio de la Asociación de Periodistas de Espectáculo a la trayectoria.
El galardón, que recibirá hoy pasada las 12:00 horas en la Universidad Mayor, es la ocasión de Noguera para hacer un balance de su carrera, sin evadir ningún tema, de 40 años.
¿Qué sentimientos le produce recibir este premio?
"Me alegra. Un premio a la trayectoria implica un reconocimiento del trabajo hecho y, por lo tanto, me siento muy honrado. Y mucho mejor si lo da la Asociación de Periodistas de Espectáculos".
Usted debuta como actor en la década del 60, en fotonovelas como "Ecran" y "Cine amor", y participó además en el Chachal de Nahueltoro. ¿Cómo recuerda esa época?
"Antes eso sí, partí en el teatro. Las fotonovelas vinieron poco después (...) Fue un época bonita en Chile, anterior a la dictadura. Había muchas ilusiones juveniles, mucha fuerza, mucho entusiasmo. Fue muy linda".
Como le ha pasado a muchos actores, en los comienzos de su carrera se le criticaba diciendo que sólo era una "cara bonita". ¿Le dolía que se dijera eso?
"Siempre los comienzos como actor son difíciles. Pero por suerte tenía harta fe en mí. Así que pude seguir adelante. Las críticas me molestaban, pero uno tiene que tener carácter para pasar por encima de ellas".
El las siguientes décadas, el escenario político cambia completamente. ¿Cómo recuerda su trabajo en los '70 y '80?
"Fue difícil. Nos refugiamos en el teatro de la Universidad Católica haciendo clásicos: La vida es sueño, Hamlet, El Tartufo... en fin, varias obras. Los clásicos nos permitieron continuar sobre el escenario para tratar de transmitir algo. Pero fue complicado: teníamos compañeros muertos, exiliados. Otros en la cárcel. Por suerte, siento que hay un reconocimiento de esas épocas. No se ha olvidado el esfuerzo de tanta gente como, por ejemplo, el de Víctor Jara".
¿Cree que el deceso de Augusto Pinochet tendrá alguna repercusión en el teatro? ¿Es hora de revisar su figura desde el arte?
"En este momento siento un periodo como de culto a Pinochet, en el cual no tengo ningún interés de participar. Pienso que el teatro ya reaccionó hace mucho tiempo (sobre el ex general); tuvo un papel muy crítico sobre la dictadura. El teatro ya no depende de Pinochet, tomó su vuelo propio hace mucho tiempo".
¿Pero cree que su figura seguirá inspirando obras?
"Es probable que sí, depende de los dramaturgos, de los autores. No se puede saber todavía, pero imagino que sí. (Él representa) una parte importante de la Historia de Chile, que tendrá que ser reflexionada".
Cambiando a otro tema. De todos los personajes que ha interpretado, ¿cuáles son los más queridos y con los que más sufrió?
"La obra que más me ha gustado interpretar es la "Vida es sueño" de Calderón de la Barca. Y sufrido...no sé. He hecho más de 100 personajes... En general, me ha gustado trabajar los clásicos cuando han sido montados como una versión moderna".
En cuanto a este año que termina, ¿"Infamante Electra" fue el punto más alto de la temporada para usted?
"Pienso que sí. Ahora la vamos a montar durante Santiago a Mil y en el Teatro Camino. En ella trabajé con mi hija (Amparo) y significó el regreso de (el director de cine) Raúl Ruiz a las tablas. El trabajo fue excelente".
En televisión, sin embargo, los resultados no fueron los mejores. "Descarado" no cumplió con las expectativas. ¿Qué le pasó al área dramática de Canal 13 este año? ¿En qué falló?
"Creo que son altibajos difíciles de medir y de calcular. Imagino que será una situación recuperable".
¿Les faltó realismo a las teleseries del 13?
"Creo que se falló en los guiones. Hay que fijarse más en su calidad. Tampoco hay que estar tan pendiente de la competencia, sino que confiar más en lo que se quiere hacer".
¿Por qué no participará en las teleseries de 2007? ¿Por lo mal que les fue?
"No. El primer semestre del próximo año tengo una agenda muy recargada tanto en el Teatro Camino como en el de la Universidad Mayor. Es mucho trabajo, por eso descarté la televisión. Pero voy a volver. No es mi intención dejarla".
Desde la experiencia, ¿cuál es su visión del teatro y del cine chileno de hoy? ¿Falta para el salto definitivo?
"¿Salto a dónde? A mí me parece que el teatro se está desarrollando muy bien. No creo que falte ningún salto; creo que sigue un proceso muy interesante. Además, está muy reconocido internacionalmente".
¿Y en el caso del cine?
"Lo mismo. Vive un proceso interesante, cada vez mejor. Se van cocinando de a poquito".
¿Está conforme con el financiamiento de parte de la Concertación a la cultura?
"Creo que el apoyo que da Fondart es cada vez más amplio. Esto es muy importante. Pero igual falta apoyo, indudablemente. Por ejemplo, más apoyo a las compañías, como a la mía y otras, que tienen una trayectoria importante y necesitan poder mantenerse".
Por último, ¿quién debiera ganar este premio el próximo año?
"Yo se lo habría dado a Patricio Bunster (destacado profesor de danza), pero desgraciadamente falleció (este año). Pienso que Jaime Vadell es el próximo que debiera ganarlo".