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La surrealista reunión en Elvis y Nixon sigue fascinando al público de EE.UU.

La cumbre entre ambos íconos de los '70 duró sólo 30 minutos, y el "Rey" le pidió al Presidente una credencial de agente federal para combatir las drogas en los jóvenes.

08 de Enero de 2007 | 12:07 | AP
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El histórico apretón de manos entre ambos íconos.

AP

CALIFORNIA.- La reunión entre dos iconos culturales más inverosímil de los años 70 duró sólo 30 minutos, pero ha fascinado al público estadounidense por casi cuatro décadas.

Una fotografía de Elvis Presley y el Presidente Richard Nixon dándose la mano solemnemente en una reunión secreta, el 21 de diciembre de 1970, sigue siendo el documento más solicitado de los Archivos Nacionales.

En el 72o. natalicio del llamado Rey del Rock, la Biblioteca Presidencial y Cuna de Richard Nixon le ha ofrecido a los curiosos la oportunidad de darle un buen vistazo a las reliquias del histórico encuentro.

La exhibición gratuita incluye el traje que Elvis lució (un abrigo negro de terciopelo, una correa bañada en oro y botas de cuero negro), así como el de Nixon (un traje de lana gris, corbata y zapatos negros talla 11; y un revolver Colt calibre .45 de la Segunda Guerra Mundial que el artista le dio al Presidente.

"Los dos juntos es algo de algún modo casi incomprensible", dijo Bud Krogh, ex asesor de Nixon que planificó la reunión hace 36 años. "El rey del rock y el Presidente de los Estados Unidos dándose la mano en la oficina oval (de la Casa Blanca) no es algo que mucha gente calcule".

El Rey, ¿un agente federal?

La cadena de acontecimientos que llevaron a la reunión comenzó cuando una limusina en la que viajaba Elvis se detuvo frente a la Casa Blanca y uno de sus guardias entregó una carta dirigida a Nixon en la que Elvis solicitaba una reunión para discutir cómo un astro del rock podía ayudar al mandatario en la lucha contra las drogas.

"Estaré aquí hasta obtener las credenciales como agente federal", escribió Elvis. "He realizado un profundo estudio sobre abuso de drogas y técnicas de lavado cerebral comunistas y estoy en... (una posición) donde puedo hacer y haré el mayor bien".


Los agentes del Servicio Secreto alertaron a Krogh, autoproclamado seguidor de Elvis, quien se reunió con el artista y decidió que era sincero. A duras penas logró conseguirle una reunión con Nixon para el mediodía.

Unas dos horas y media después, Elvis entró a la Casa Blanca luciendo su exuberante traje, así como lentes de sol y dos grandes medallones. Pero cuando llegó a la Oficina Oval, recuerda Krogh, quedó paralizado.

"Creo que se sintió sobrecogido de encontrarse allí", dijo. "Tuve que ayudarlo a caminar hasta el escritorio del presidente".

Elvis y Nixon conversaron por unos 30 minutos, durante los cuales el cantante le mostró al presidente fotos de su hija y chapas de policía de todo el país, y le solicitó una placa de la Agencia Federal contra Narcóticos y Drogas Peligrosas.

Nixon acordó darle la chapa sólo tras enterarse de que un jefe de la agencia rechazó momentos antes la misma solicitud y le dijo a Elvis que la única persona capaz de anular su decisión era el mismísimo Presidente.

"Nos tendió una trampa! Pero fue divertido", dijo Krogh. "El dijo todo lo correcto sobre tratar de hacer el bien y le creí... Pero creo que claramente quería obtener una chapa y sabía (que esa era) la única manera de conseguirla".

A solicitud de Elvis, la reunión se mantuvo en secreto por más de un año, hasta que el diario The Washington Post rompió el silencio el 27 de enero de 1972.

Desde entonces, la Biblioteca y Cuna de Richard Nixon ha más que compensado la artimaña de Elvis: camisetas, tazas, blocs y relojes con la histórica fotografía siguen siendo los artículos más vendidos de la tienda de recuerdos del museo.

"Hemos sabido por años que esa fotografía es icónica", dijo Sandy Quinn, subdirectora de la institución. “Son el Presidente y el Rey”.

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