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El estatus de megabanda

15 de Febrero de 2007 | 00:00 |
Una actuación potente y plagada de éxitos mostraron los ingleses en su primer show en Santiago, aunque Espacio Riesco no fue el mejor escenario para disfrutar a una de las principales bandas de la actualidad.

Danilo Bustamante


(foto: Nadia Pérez).
“Estamos en Santiago por primera vez, estamos muy felices de estar aquí con ustedes”, dijo en un correcto español Chris Martin, sobre el escenario montado en Espacio Riesco, recinto que a esa altura del show se encontraba lleno y eufórico ante la banda. Pocas veces se tiene la oportunidad en Chile de presenciar una banda de tal relevancia mundial y en el mejor momento de su carrera, pero ayer Coldplay dio cuenta de por qué su música los tiene como los principales referentes de los últimos siete años.

Los seguidores del grupo entendieron esto, y pese al alto precio de las entradas –entre 40 mil y 80 mil pesos-, coparon el recinto de Ciudad Empresarial en el primero de tres conciertos a tablero vuelto. Denisse Malebrán y su banda, Saiko, iniciaron la noche para tocar temas como “La horas” y “Amor prohibido”. Seis temas en treinta minutos y un aplauso cerrado para la despedida de la banda pop.

Siguieron otros cuarenta minutos más de espera. Y sirvieron para subir las expectativas del público sobre el que durante la semana había sido definido como un recital “íntimo”, de ensayos de nuevos temas y de una atmósfera distinta para la primera presentación de los londinenses en Chile. A las 21:40 el grupo subió al escenario en medio de una ovación.

Chris Martin arriba y al frente

Dos cosas saltaron rápidamente a la vista. La primera es que la timidez y sobriedad que Chris Martin muestra fuera de los escenarios quedan olvidadas en el camarín. La segunda, que pese a los carteles que pedían ver sentados el espectáculo en las cinco mil sillas dispuestas para ello, bastó que los ingleses comenzaran a interpretar “Politik” –el segundo tema de la noche- para darse cuenta que eso no sería respetado.

El escenario bastante sencillo a ratos se hizo pequeño para el desplante del vocalista. Se caracterizó por un juego de luces sobrias que alcanzaron su mayor protagonismo en los temas más explosivos de la banda (“White shadows”, “In my place”) y un sonido, que pese a tres acoples, logró llegar a la altura del show. De todas formas hay que apuntar que las limitantes que posee Espacio Riesco al respecto siguen sin poder ser soslayadas.

Si algo confirmó Coldplay en su primera presentación en Santiago, es que es una banda completamente afiatada y que en vivo sabe entregar el espectáculo que se le pide a un grupo superventas. El inicio del recital no dejó dudas sobre los londinenses: ellos dejarían satisfechos a sus fans con más canciones, “Square one”, “Yellow” y “Speed of sound”.

¿Coldplay en megaconcierto?

Pese a lo de show íntimo con nuevos temas, lo de una atmósfera distinta no fue tal. Las cinco mil personas en Espacio Riesco parecieron demasiado poco para un show acostumbrado a otra cosa. A ser presentado casi en forma idéntica por su duración y set list siempre ante más de 15 mil personas. Al poco rato el ambiente “íntimo” con sillas para ver el show se transformó en un estorbo. Y los deseos por haber estado frente a la banda en lugares como por ejemplo San Carlos de Apoquindo se acrecentaron. Por último, los temas de su próximo disco o nuevas versiones de sus canciones en una clave más calma, tampoco se hicieron presentes. Hubo sólo éxitos.

Lo anterior en ningún caso sirve para asegurar que el concierto no fue bueno, sino que para decir que tal vez la producción erró en la elección del lugar o que la banda se equivocó al querer hacer tres presentaciones ante tan poco público y no una más masiva –que de paso hubiese servido para tener entradas a un precio menos restrictivo -, porque en lo que fue propiamente musical, Coldplay está a otro nivel.

La guitarra de Jonny Buckland entiende todos los conceptos de un espectáculo de rock: acelera al público en los momentos debidos, los calma cuando es necesario y reluce sin caer en el egocentrismo. Lo que sumado a uno de los frontman más carismáticos desde Richard Ashcroft en The Verve, que gozó con el público jugando con globos de colores en “Yellow” dibujando una “carita feliz” con spray sobre el telón del escenario e incluso bajando de él para correr cerca del público, hacen de los ingleses un espectáculo sumamente potente.

Pop para enamorados

El público respondió a esto coreando todos los éxitos –entre los cuales sólo faltó “Shiver”-, aplaudiendo cada canción, pero también bajando las pulsaciones cuando el piano de Chris Martin salió a relucir. En especial en las sentidas interpretaciones de “Trouble”, “What if” y “Sparks”, tema que el vocalista dedicó “para todos los jóvenes enamorados”, aprovechando el día de San Valentín.

La banda cerró la primera parte del show, con dos de sus mayores hits: “Clocks” y “Talk”. Es precisamente en esos temas que los ingleses, que han sido muchas veces considerados excesivamente melancólicos, mostraron la fuerza que poseen para ser una banda para grandes estadios. En el regreso al escenario Coldplay interpretó tres temas, cerrando la noche con una coreada “Fix you”. Y pese a que el público pedía más, el show había concluido.

Es muy posible que ninguno de los asistentes se haya marchado disconforme con la primera presentación de Coldplay en Santiago. La banda entregó lo mejor de su repertorio, con empatía absoluta con el público y con el tiempo justo para una buena performance. Tal vez sólo queda preguntarse qué hubiese pasado si el show hubiera sido ante 25 mil personas en otro recinto, si en vez de sillas hubiera sido una cancha tal cual fue su última gira europea del álbum X &Y. Para otra ocasión.

Paso a paso, hit a hit

1.- “Square one”
2.- “Politik”
3.- “Yellow”
4.- “Speed of sound”
5.- “God put a smile upon your face”
6.- “What if”
7.- “Sparks”
8.- “White shadows”
9.- “The scientist”
10.- “Til’l kindom comes”
11.- “Trouble”
12.- “Clocks”
13.- “Talk”
14.- “Swallowed in the sun”
15.- “In my place”
16.- “Fix you”
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