Ennio Morricone, la leyenda que por fin el Oscar deja de ignorar

   Especial de Ennio Morricone

SANTIAGO.- En la ceremonia de los premios Oscar de 1987 se registró uno de los aplausos más tibios en la historia de la estatuilla. Los presentes sabían que, cuando el compositor Herbie Hancock recibió el galardón por su trabajo para la película "Round Midnight", estaban presenciando uno de los errores más garrafales que ha cometido la Academia. Esa noche el perdedor fue Ennio Morricone y una de las partituras mejor logradas en la historia del cine: "La Misión".

Hasta hoy al legendario compositor romano le cuesta entender cómo su trabajo para el drama dirigido por Roland Joffé y protagonizado por Robert De Niro pudo caer ante Hancock, quien prácticamente no escribió música para la cinta ganadora y se dedicó principalmente a hacer arreglos de famosos temas de jazz.

El "robo", como muchos han calificado el incidente, ha sido una de las tantas bofetadas que ha recibido Morricone en los Oscar, un premio que nunca ha podido llevarse a casa pese a tener en su filmografía más de 400 largometrajes y haber trabajado con varios de los directores más prestigiosos y diversos en la historia del cine. En sus cinco nominaciones ("Días del cielo", "La Misión", "Los Intocables", "Bugsy" y "Malèna") siempre terminó saliendo del teatro con las manos vacías.

Morricone, nacido en Roma el 10 de noviembre de 1928, no necesita estatuillas como carta de presentación, porque el vasto catálogo de proyectos en los que ha estado involucrado habla por sí solo de su estatus de leyenda viva de la música cinematográfica. La Academia por fin lo entendió así y este domingo le entregará el Oscar honorario por su carrera.

Un comienzo de spaghettis

Cuando Morricone culminó sus estudios musicales en el conservatorio de la Academia Nacional de Santa Cecilia, ignoraba que su futuro estaría ligado al cine. "Pensé que haría lo mismo que muchos compositores, que ganan poco, pero escriben lo que quieren", recordaba el artista, quien siempre pensó dedicarse a la composición de música de concierto de corte moderno y contemporáneo. De hecho, fuera de las pantallas, en su carrera ha escrito más de cien piezas de ese tipo que prácticamente han pasado desapercibidas por el gran público.

La historia del "Maestro", como es conocido en su país, comenzó a cambiar hacia 1964, cuando se reunió con su ex compañero de clase Sergio Leone, quien le propuso musicalizar una película que revolucionaría el género del western: "Por un puñado de dólares". Morricone aceptó la apuesta y comenzó la que sería la semilla de una colaboración ilustre. Con Clint Eastwood como icono, Leone detrás de las cámaras y Morricone poniendo las notas, nació el "spaghetti western".

"Siempre he limitado el uso de diálogo, para que la audiencia pueda usar su propia imaginación. Si es verdad que he creado un nuevo estilo de western, entonces es la música de Ennio la que los hizo hablar", decía el ahora fallecido Leone, describiendo el aporte del compositor en sus películas.

Después de su primera incursión con Leone, Morricone cerró la denominada "trilogía del dólar" y además compuso el que sería uno de sus temas más reconocidos, para la película "El bueno, el malo y el feo", donde también repitió la fórmula con Eastwood y Leone. Aquel disco trascendió la película, llegó alto en la tabla de éxitos en Gran Bretaña y grupos populares, como Metallica y Ramones, utilizaron parte del material para introducir sus presentaciones en vivo.

Morricone musicalizó el grueso de la filmografía de Leone, incluyendo otros proyectos como "Mi nombre es nadie" y "Érase una vez en América" (1984), hasta el fallecimiento del realizador en 1989. Como dato curioso, el compositor reconocería que sólo una vez en la vida ha conocido personalmente a Eastwood y que se sentía arrepentido de nunca haber aceptado sus ofrecimientos para musicalizar sus películas como director.

La leyenda de "Il Maestro"

Sus trabajos con Leone lo lanzaron a la fama inmediata en Italia, donde se convirtió en un compositor requerido llegando a inverosímiles cifras de películas musicalizadas en un mismo año (por ejemplo, 23 cintas en 1971).

"A fines de los ’60 y temprano en los ’70, prácticamente no se podía ver una película italiana importante que no tuviese música de Ennio; era una especie de gran fábrica", recuerda el director Bernardo Bertolucci.

No sólo la cantidad, sino que la calidad de las partituras Morricone lo llevaron a colaborador con algunos de los más importantes directores nacidos en la península, tales como Maura Bolognini, Sergio Corbucci, Sergio Sollima, Giuseppe Tornatore, Dario Argento, Vittorio de Sica, Vittorio Gassman, Pier Paolo Pasolini, Giulio Petroni y Franco Zeffirelli, además del mencionado Bertolucci.

Traspasar fronteras fue cosa de tiempo para el compositor romano, que en todo caso nunca hizo demasiados esfuerzos para "internacionalizarse". Su renombre permitió que importantes directores llamaran a su puerta, solicitando sus servicios sin importar los problemas de comunicación (Morricone nunca ha interactuado en otro idioma que no sea el italiano) y los altos estándares artísticos que exigía el músico.

Los años permitieron a Morricone salir de su encasillamiento en el género del western, demostrando todo su talento musical en proyectos de la más diversa índole, erigiéndose como uno de los compositores más camaleónicos que haya pasado por el medio cinematográfico.

Su gran carta de presentación en Hollywood se dio en 1978, cuando fue nominado por primera vez al Oscar por el drama "Días del cielo" del director Terrence Malick. En el ámbito del terror, causó escalofríos con sus trabajos para "Exorcista II: El hereje", de John Boorman, y "La Cosa", de John Carpenter.

En 1986 llegó el año dorado de la que es considerada una de sus partituras más brillantes, compuesta para "La Misión" de Roland Joffé, con Robert De Niro y Jeremy Irons en los papeles protagónicos. Su segunda nominación al Oscar volvió a transformarse en decepción. Lo mismo que el año siguiente con "Los Intocables" de Brian De Palma y en 1989 por "Cinema Paradiso" de Tornatore.

Con los años se dio el lujo de trabajar con directores como Pedro Almodóvar ("Átame"), Michael Anderson ("Orca"), Warren Beatty ("Bulworth"), Phil Joanou ("Estado de Gracia"), Barry Levinson ("Bugsy", también nominado al Oscar), Adrian Lyne ("Lolita"), Wolfgang Petersen ("En la línea de Fuego"), Roman Polanski ("Búsqueda Frenética"), Don Siegel ("Dos mulas para la hermana Sara") y Oliver Stone ("U-Turn").

Su última nominación a los Oscar llegó gracias a su trabajo para "Malèna", otra vez dirigido por Tornatore, y con Monica Belluci en el papel protagónico. Fue quizás la última gran oportunidad de Morricone para llevarse la estatuilla... pero ese año el ganador fue "El tigre y el dragón", de Tan Dun.

Por estos días Morricone, a sus 78 años, elige con pinzas los proyectos en los que participa y pone como condición no moverse de su residencia en Roma, aunque se trate de películas extranjeras. Sin embargo, pese a las precauciones por su edad, el romano no pierde lucidez a la hora de componer y dar conciertos con la música que ha emocionado a millones de espectadores en la historia del cine. Este domingo, más que Morricone sea honrado por tener un Oscar... el Oscar será honrado por tener a Morricone entre sus ganadores.