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“¿La nueva Callas? Prefiero ser la primera Cristina Gallardo-Domâs”

21 de Marzo de 2007 | 00:00 |
La noticia fue confirmada por la propia artista, quien vuelve a Chile en los próximos días para el recital con que la comuna de Providencia celebrará, el viernes 30, sus 110 años. Junto a ella estarán los tenores Plácido Domingo, como Neruda, y Rolando Villazón, como el cartero. La obra del compositor mexicano Daniel Catán que se estrenará en Los Angeles y será agendada para París y Nueva York, está basada en la obra de Skármeta.

Juan Antonio Muñoz H.


"Me hace una gran ilusión interpretar a Matilde. Como chilena creo que será uno de los hitos de mi carrera". (foto: Carla Pinilla).
La soprano chilena triunfa por estos días en el Palau de les Arts de Valencia, en una producción de "Simón Boccanegra" (Verdi), con Carlo Álvarez y bajo la dirección de Lorin Maazel. Son tiempos de furia carnavalesca ya que la ciudad está en la Fiesta de Fallas, por lo que el jueves pasado Cristina Gallardo-Domâs fue la invitada de honor de la alcaldesa Rita Barberá para presenciar la Mascletá desde el balcón principal del Ayuntamiento. Y no sólo eso: también la esperan los toros, pues en la corrida de galas igual tendrá un lugar prominente.

De “Boccanegra” a “Il Postino”

El viernes cantó allí su último “Boccanegra”. Luego se moverá a Jerez, la ciudad natal de su marido, Justo Garzón, donde el 23 de marzo hará, en versión concierto, la raramente interpretada “Le villi” (1884), primera ópera de Puccini. De ahí viene directamente a Chile para el recital del viernes 30 en el Parque de las Esculturas de Providencia. Tras las actividades en Santiago, regresa a Canarias para la reinauguración del Teatro Pérez Galdós en un concierto con la Orquesta Marinsky, dirigida por Valeri Gergiev, donde pondrá voz a las arias de “Manon Lescaut”, el título de Puccini que desde el 18 de mayo, cuando lo estrene en Zürich, formará parte de su repertorio (ver recuadro).

Pero la noticia más llamativa es, sin duda, su incorporación al reparto que pondrá en escena en 2009 la ópera “Il Postino” en Los Angeles, basada en la obra homónima de Antonio Skármeta, que compone el mexicano Daniel Catán. Junto a ella estarán Plácido Domingo y Rolando Villazón (ver recuadro).

-¿Cómo se gestó su inclusión en "Il Postino"?
-Pues fue el pasado verano en Munich, mientras hacíamos el “Réquiem” (Verdi). Era difícil pues había que cambiar la tessitura, en principio pensada para mezzo y darle más relevancia al rol de la esposa de Neruda, pero todo va adelante y ya está confirmado el proyecto. Me hace una gran ilusión; como chilena creo que será uno de los hitos de mi carrera.

-¿Conoce algo ya la partitura?
-No. Aún no está concluida. Pero no es nueva para mí la música de Daniel Catán. Aunque finalmente no se concretó por las complicaciones de agenda, tuve la propuesta de grabar “Florencia en el Amazonas” con la Orquesta Nacional de Francia y empecé a interesarme por su música. Creo que Daniel Catán, junto a Osvaldo Golijov, es uno de los compositores más interesantes de la actualidad y su música, muy accesible al público”.

“Gritamos, cantamos o chillamos”

-¿Conoce el personaje y la obra de Skármeta en que está basada la ópera?
-He leído la obra y he visto la película. Pienso que es un argumento muy interesante para basar una ópera en él. Hay personalidades muy ricas que será extraordinario desarrollar musicalmente. Aunque evidentemente los papeles femeninos son más limitados, creo que el compositor sacará partido de ellos. Pablo Neruda es una referencia en la literatura mundial, y en especial en la de lengua española. Hay algo en su poesía, como en toda la gran obra poética, de musical y de rítmico.

-Su recital en Santiago incluirá un adelanto de lo que será su primera vez en “Tosca” (Puccini), prevista para enero de 2009 en Valencia, con Lorin Maazel en podio. ¿Cómo ve a este personaje?
-Tosca es un gran personaje operático. Pero cantándola e interpretándola es fácil caer en los clichés de sopranos divas e histéricas... Incluso el salto al vacío, en la escena final. Hay que trabajarlo mucho para darle una credibilidad actual y no añeja...

-Se trata de una cantante lírica y se la presenta impulsiva, a veces incapaz de controlar una situación difícil. ¿Son así las cantantes de ópera?
-(Ríe) Depende de cómo nos aprieten: gritamos, cantamos o chillamos....

-¿Ha pensado alguna vez que tal vez Tosca tuvo miedo también de que le gustara Scarpia? ¿El refinamiento, el poder, la maldad también puede ser atractiva... Imagínese que Scarpia haya sido un buen amante...?
-Sí, desde luego que está la dimensión de la seducción por el poder. Pero creo que Tosca es ante todo una mujer impulsiva por su tremendo amor pasional hacia Cavaradossi y todo lo que él encarna... Scarpia podría haber sido, a lo más, una aventura por conveniencia.

-¿Qué lectura tiene para usted la frase “Questo e il bacio di Tosca”?
-Una gran frase, sin dudas. Palabras de una mujer que tiene las cosas claras y que sus límites los dictan sus objetivos y el logro de los mismos. Ella encarna el arte y sabe que eso le da una trascendencia especial.


La soprano en acción. Aquí durante un concierto lírico de primavera junto al director Enrique Patrón de Ruedas (foto: El Mercurio).
-Va a recuperar a Violetta (“La Traviata”) para este recital. ¿Cuánto tiempo que no la canta?

-Uf... La última fue en Munich en 2003, aunque hice un paréntesis y canté dos funciones en Jerez... entre vinito y vinito, para escuchar una vez más esas palmas que sólo saben tocar allí. Es muy especial. En fin, las cosas del amor...

-¿Cómo ha cambiado Violetta en su estructura orgánica durante este tiempo? Me refiero a cómo usa hoy su cuerpo para ella y de cómo es el personaje hoy para usted.
-Sigue siendo un personaje maravilloso, que lleva el signo y la trascendencia de la muerte desde el inicio de la ópera. Aunque no lo canto más, no dejo de pensar en él, en función de otros roles. Además, el hecho de morir en escena conecta este rol con otros de vivencias similares. Verdi era absolutamente genial, y ésta una de sus más grandes óperas.

-Uno de sus grandes roles es Suor Angélica. Cuénteme un poco de ella.
-Suor Angélica es una monja novicia atrapada por sus circunstancias sociales y de época: un desliz de tipo amoroso acabó con ella en el convento. Y aquí su vida se transforma y trasciende. Establece un dialogo continuo con el más allá y su cotidianidad gira en torno a Dios y la muerte. Por ello la muerte (su suicidio) fluye naturalmente hacia ella al final de la ópera y se establece un nexo entre la vida, la muerte y la transfiguración de su amor y su dolor.

-Una versión suya de Hamburgo la mostraba al interior de un manicomio. ¿Es comparable un manicomio con un convento?
-No he vivido ni en manicomios ni en conventos... Pero creo que en ambos reina una gran soledad y se fuerza al individuo a estar consigo mismo y a buscar la trascendencia, ya sea por la religión o ya sea trastocando el mundo y la realidad que los rodea.

-Debe ser una de las pocas óperas que termina con un suicidio redimido. Porque Angélica “se salva” a pesar de que es ella misma la que se provoca la muerte. ¿Qué interpretación tiene para eso?
-Bueno, sí, se salva y trasciende porque el suicidio es la sublimación de su amor por Dios y por su hijo muerto. Y recibe la Gracia de la redención.

El peso de Callas

-Se cumplen 30 años de la muerte de María Callas. ¿Qué palabras dirías tú que faltan para describir lo que ella fue?
-Ya tanto se ha dicho de María Callas. De su voz. Pero yo me quedo más que nada con su gestualidad escénica, de una gran sobriedad y economía. Su presencia. Era capaz de decir aun más cuando no cantaba... Y eso que la conozco sólo a través de su legado en videos.

-¿Cree en la posibilidad de la superación de los iconos? ¿Es Callas un parámetro con el que tienen que medirse todas aquellas que se atrevan a interpretar alguno de sus grandes roles? ¿Será siempre así?
-María Callas es un ícono, pero ciertamente no el único. Como en todo en la vida, se tiende a simplificar, para la comprensión del público masivo y el marketing. El testimonio de Callas lo recogieron varias después de ella: Sutherland, Caballé, Rysanek, Freni, Varady y otras más. En el estricto sentido del mundo de la ópera, Callas fue una lección y un modelo. La lección fue absorbida y el modelo ha sido seguido, con cada vez más cambios y mutaciones.

-Su Violetta fue un fantasma para usted, una provocación o un incentivo?
-Su Violetta fue en su momento un dato. Importante, pero un dato. No es posible ni conveniente imitar su vocalidad....

-¿Ahora lo es para Tosca?
-En el caso de Tosca vale lo mismo. Es más, hoy por hoy, con la gran influencia de los directores de escena, los cantantes del pasado han perdido mucho su influencia modélica.

-¿Le asusta que alguien empiece a hablar de usted como “la nueva Callas”? Ya algunos lo han hecho... Los críticos suelen ser despiadados con cosas de este tipo y en el público se generan expectativas desmesuradas.
-Sí, la nueva Callas... Pero han sido tantas las nuevas Callas, y todas han sido espejismos. Prefiero ser la primera Cristina Gallardo Domâs... En cuanto a los críticos, en general, es una opinión más. Es interesante leerlos como oír otras opiniones, pero al final soy yo y dos o tres personas más quienes mejor conocemos mi voz y mis realidades vocales y artísticas.

-Los resultados han sido complicados para las pobres cantantes que han vivido las comparaciones con Callas.
-El problema es que en el canto no hay técnica que se pueda aplicar a diversos cantantes. Una técnica equivale a una voz. Con las imitaciones se empiezan a copiar técnicas y eso no puede resultar. Y la voz empieza a sufrir tarde o temprano.

Sitio oficial de la soprano: www.gallardo-domas.com

www.gallardo-domas.com

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