Historia del programa en imágenes
SANTIAGO.- "En sólo dos minutos, usted podrá cantar, actuar, recitar, ser un cómico o actor..." Uno de los estribillos más populares de la televisión chilena se volverá a escuchar a partir de hoy a las 22:00 horas, cuando debute una nueva temporada de ¿Cuánto vale el show?
Si bien Leo Caprile repetirá en la conducción, el programa trae varias diferencias respecto de sus ciclos anteriores. Por primera vez se incluirán elementos de reality, con seguimiento de los participantes para conocer un poco más de su intimidad.
Su clásico animador asegura que no por ello el programa perderá su esencia, que es ofrecer "un escenario de categoría estelar donde la gente no necesariamente tiene que ser bella y jovencita" para acceder a él.
Lo que no cambia, es el rol preponderante que tendrá el jurado. Este año lo integran Rodrigo Guendelman, Italo Passalaqua, Pamela Díaz y Rip Keller. Aquí, Leo Caprile cuenta algunos secretos de su segundo estelar.
¿Por qué era necesario que volviera "Cuánto Vale el Show"?
"Responde a varias cosas que son bastante lógicas. Es un programa que es como los eclipses, que va, que vuelve, que llena un espacio y que sale de la pantalla porque necesita refrescarse. Y ahora vuelve por una necesidad. La gente lo pide. Cuando se oficializó su regreso, de inmediato me asocian a él y me dicen en la calle que hacía falta, porque ofrecemos un escenario de categoría estelar donde las personas no necesariamente tienen que ser bellas o jovencitas para acceder a él".
¿No como ocurre en "Fama" o "Rojo"?
"Claro, en ellos no hay una alternativa para una bailarina de árabe, un cómico, imitador, malabarista o payaso. Hay un montón de disciplinas que por esencia quedan fuera de la pantalla actualmente, o porque las personas no cumplen con la edad o por una cuestión de segregación televisiva".
Van a competir con "Pelotón" y "Quién cambia a quién". No va a ser fácil.
"En la televisión de hoy nada es fácil. Pensar que uno va a sacar un programa para ser el número uno de inmediato o para cambiar la historia es medio irrisorio".
¿Por qué un programa clásico del mediodía y evidentemente popular, se decide poner en un horario estelar? ¿Ves algo de riesgo en eso?
"Este es un trabajo de riesgo. Si nos quedábamos con el 'Cuánto vale el show' de mediodía, también era un riego de que digan 'más de lo mismo'. El riesgo es no cambiar, es quedarse igual, es no hacer nada".
¿Que tenga elementos de reality no le hará perder la esencia al programa?
"No, porque el programa se sostiene en una actuación de dos minutos y con la evaluación del jurado. No vamos a perder el sentido del humor ni el sentido familiar. No nos hemos puesto graves por estar en horario estelar. La gente no nos perdonaría si transformamos el espíritu del programa".
Después de Rec, este sería tu segundo estelar. ¿Se le subió el pelo a Leo Caprile?
"No, Leo Caprile tiene el pelo que debe tener nomás. Eso no pasa por un programa más o menos. El pelo es el mismo y con el color de siempre".
¿Vas a echar de menos en el jurado alguien con el peso de Enrique Lafourcade o Erick Polhammer?
"El único de los históricos que se mantiene es Ítalo Passalacqua, porque es un tipo que está vigente. Las incorporaciones que se han hecho, responden a ciertos perfiles y a ciertas características para este horario y en la televisión de hoy".
Defina al actual jurado, ¿quién va a ser el malo, el bueno o el tacaño?
"Malo y tacaño, es Ítalo. Pamela (Díaz) representa la voz de la gente. Con ella se identifican las dueñas de casa y la chilena promedio. Rodrigo Guendelman trae una visión más moderna de los fenómenos musicales recientes".
¿No es un poco peligroso sentar tan cerca a Pamela Díaz con Ítalo Pasalacqua? ¿Qué crees que podría pasar entre ellos?
"Ya te dije. La TV es riesgo y el riesgo de juntarlos es algo que hay que asumir. Pero son dos personajes inteligentes, que juegan muy bien sus roles".
¿Qué te gustaría que pasara entre ellos?
"Me gustaría que se diera esa cosa tensa entre los dos, porque es parte del espectáculo".
Rip Keller no tenía idea de que existía un programa como "Cuánto vale el show". ¿Es medio despistado él?
"Es muy probable. Partamos de la base de que es norteamericano y es un especialista en música docta. Pero destaca por su sensibilidad con el mundo de la música. Además, tiene un look increíble. Es sorprendente".
¿Cuál ha sido el show más raro que ha paso por el programa?
"De mi época, recuerdo al niño gelatina. Era un niño que tenía un grado de obesidad mórbida. Su número consistía en moverse una vez y quedaba tiritando harto rato. Era bien sórdido. Nadie sabía cuál era el futuro de ese número".
¿Y qué le dijo Lafourcade?
"Quedó horrorizado. Creo que habló mucho rato de la comida por haberlo llevado a ese estado".
¿Y de seguro le regaló su "Palomita Blanca"?
"Seguramente, y (le dio el libro) a cambio del nombre de algún sándwich... También me acuerdo del número de un actor que hizo el diálogo de Segismundo, de 'La vida es sueño'. Salió con un taparrabo y encadenado. En medio de la votación, tuvo una erección ... Fue otro escándalo".
¿Para esta noche, hay algún número así?
"Hay uno de un tipo bien nerd que baila reggaetón. Está muy divertido".
No podía ser de otra forma. El programa no puede perder su esencia.
"No, siempre tiene que haber un nerd para comenzar. En buena".