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Abuchean a Katharina Wagner en la apertura del Festival de Bayreuth

Una parte del público creyó ver en la nueva producción iconoclasta de "Los maestros cantores de Nuremberg" un crimen contra Wagner lo que manifestó airadamente.

26 de Julio de 2007 | 09:23 | AFP
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La actriz Amanda Mace interpreta el papel de Eva y el actor Franz Hawlata el de Hans Sachs durante

EFE

BAYREUTH, Alemania.- La directora teatral alemana Katharina Wagner fue recibida el miércoles con estridentes abucheos, apenas superados por los aplausos, en el estreno en Bayreuth de una nueva producción iconoclasta de "Los maestros cantores de Nuremberg".


La bisnieta de Richard Wagner, de 29 años, llevó a cabo su primera puesta en escena, con la que abrió el 96º Festival de Bayreuth, consagrado a las 10 óperas principales del genial compositor alemán, que concluirá el próximo 28 de agosto.


La nueva producción de Katharina Wagner era muy esperada, debido a que ella es vista como la favorita para suceder a su padre, Wolfgang Wagner, de 87 años, desde 1951 al frente del festival de Bayreuth.


"Los maestros cantores de Nuremberg" (1868), única comedia lírica del compositor, es un asunto de familia en la "sagrada colina verde" de Bayreuth.  Desde 1956 fue puesta en escena sólo por los Wagner: antes de Katharina fue su tío Wieland, quien hizo dos puestas en escena, y después su padre, Wolfgang, realizó tres producciones.


Lejos de la austeridad atemporal que hizo notorio a su tío y de las puestas en escena con trajes de época de su padre, la joven Katharina optó por una estética resueltamente contemporánea.


El libreto del compositor sitúa la acción en la Nuremberg (sur) del siglo XVI, en la que un joven (Walther) intenta conseguir la mano de la mujer que ama (Eva), para lo que acepta participar en un concurso de canto.


Katharina Wagner no parece preocuparse de esta trama amorosa y prefiere ver en esta ópera "una historia que habla del arte y del conflicto entre tradición e innovación", como precisó en una entrevista con la AFP.


Walther es primero un pintor que trabaja con seguridad y relajo. Hans Sachs, que lo apoya, es un escritor y no un zapatero. Al final del primer acto la transposición pareció gustar al público, que sofocó algunas protestas aisladas.


Pero el rechazo se intensificó al término del segundo acto, tras un alud de "gags" que desembocó en un alegre desorden, con desenfreno de pintura y desnudos. Las protestas fueron muy sonoras al caer el telón.


Katharina Wagner tenía una cuenta pendiente con "Los maestros cantores de  Nuremberg", en general, y con la historia de la obra en Bayreuth, en particular, ya que fue la única representada en 1943 y 1944, durante los últimos años del régimen nazi (1933-1945) de Adolf Hitler.


La realizadora compensa con una dirección escénica viva y un sentido del humor comunicativo una proposición confusa, tomándose grandes libertades con el texto. Era preciso tener coraje para atacar así a "Los maestros cantores de Nuremberg", nada menos que en el templo de Bayreuth. Una parte del público creyó ver aquí un crimen contra Wagner y lo manifestó airadamente.


La labor del director de orquesta alemán Sebastian Weigle, quien se presentó también por primera vez en este festival, pasó a segundo plano. La  orquesta estuvo muy bien y sus cuerdas se destacaron especialmente.


El barítono alemán Michael Volle fue aclamado por su interpretación muy libre, vocal y dramática, de Beckmesser. Otro tanto ocurrió con su compatriota, el tenor Klaus Florian Vogt, en el papel de Walther. El bajo alemán Franz Hawlata (Hans Sachs) recibió en cambio una ducha fría y a pesar de su hermosa aleación tímbrica fue duramente abucheado después del tercer acto.

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