La legendaria voz de Edith Piaf llega a los cines nacionales

SANTIAGO.- Una vida tormentosa, de esforzado camino al éxito y un doloroso desenlace, marcó a la cantante francesa Edith Piaf (1915-1963), una historia en la que su talento le permitió sobrevellar sus duros inicios en el mundo de la música, para terminar convirtiéndose en leyenda.

La historia de la cantante ha sido inspiración para varias películas (ver recuadro), pero ninguna había cosechado tantos elogios como "La vie en rose" ("La Môme", 2007), dirigida por Olivier Dahan, que se estrena hoy en la cartelera nacional tras un buen recibimiento por parte de la crítica internacional y más de cinco millones de boletos vendidos en Francia.

"Una de las mejores películas biográficas que he visto", afirmó el prestigioso crítico del Chicago Sun-Times, Roger Ebert, sobre esta cinta que tiene como protagonista a la actriz francesa Marion Cotillard, de 32 años, que tuvo el gran desafío de tener que retratar a Piaf desde los 17 a los 47 años.

Cotillard es conocida por sus papeles en películas como "Amor eterno" ("Un long dimanche de fiançailles", 2004) de Jean-Pierre Jeunet, "El gran pez" ("Big Fish", 2003) de Tim Burton y "Un buen año" ("A Good Year", 2006) de Ridley Scott. Pero nunca le había tocado un rol tan exigente como el de la legendaria artista gala, por el cual ya ha cosechado tres galardones en los festivales de Seattle, Hollywood y el de cine romántico de Cabourg.

Las "demandas" de Piaf

La actriz debió pasar por diversos cambios dramáticos que sucedieron en la vida de Piaf, su crianza en las calles de París, sus comienzos musicales en clubes de poca monta, problemas de artritis desde temprana edad, adicción a la morfina y sus últimos años enferma de cáncer. Todo eso en los 140 minutos que dura la película que ya estuvo nominada al Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín y que, sin embargo, omite el importante rol que tuvo la artista en la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial.

"Veo la vida completa de Edith y sí, partes de ella fueron tristes, pero tambien era una persona muy 'vívida'. Como actriz, me da gran placer interpretar tragedia, porque involucra grandes emociones donde puedes expresar muchas cosas y realmente dejarte ir", explicó Cotillard sobre su trabajo en una entrevista a Ion Cinema.

Uno de los desafíos para los realizadores fue poder plasmar en la cinta la inigualable voz de "La Môme". Finalmente decidieron recurrir a grabaciones que dejó la propia cantante y Cotillard debió sincronizar su canto en la gran galería de canciones de Piaf, tales como "La vie en rose" (1946) -de la que se rescata el título de la película- "Non, je ne regrette rien" (1960), "Hymne à l'amour" (1949) y "Milord" (1959).

Las críticas han sido positivas en todo aspecto, pero si hay algo que ha resultado coincidente es el aplauso generalizado para la actuación de Cotillard, la que incluso se perfila como una posible candidata al premio Oscar. "No se preocupen en votar. Simplemente dénle el Oscar a Marion Cotillard ahora", llamó el Arizona Republic.

"Cotillard está asombrosa como la aproblemada cantante, en una interpretación técnicamente virtuosa y de resonancia emocional, que eleva el material de ser un melodrama cualquiera a algo inusual y fascinante", publicó Los Angeles Times.

La cinta también cuenta con el experimentado Gérard Depardieu en el papel de Louis Leplée, el "descubridor" que la lleva a cantar a su centro nocturno. Jean-Pierre Martins, en tanto, encarna al boxeador Marcel Cerdan, con quien la cantante tuvo un romance; mientras que Caroline Sihol hace de la cantante alemana Marlene Dietrich.