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Galeria Caribe

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
Ricardo Arjona se fue al Caribe, le quitó la ropa a sus canciones y las vistió de tambores, de fiesta, de síncopa y de melancolía. Nos lleva de regreso al descubrimiento, a la conquista y nos trae de vuelta hasta nuestros días en un viaje musical que pasa por la guaracha, la bachata, la salsa, el merengue, la música de cafetín y la fusión de éstas con instrumentos de hoy. Nos sorprende con arreglos que invitan a bailar, pensar y divertirse, nos desviste la misma canción con el sonido del piano, la guitarra acústica, el violín o el sax. Sus letras son acertadas, simples, como simple es la vida, pero nos dicen todo del amor y sus contrastes. De la historia y sus injusticias. De la calle, de la mujer, enmarcadas en una poesía sencilla que duele y emociona, que pinta, que señala, que sabe reir o llorar, que reclama, que descubre.
Hace mancuerna con Cuco Peña, ganador del Grammy y músico por excelencia y realizan juntos más de 8 canciones para este proyecto, donde también se destacan figuras como Sergio George, "El grupo Guaco", la trompeta universal de Arturo Sandoval o los tambores de Giovanny Hidalgo.

Sin lugar a dudas, el disco más musical de todos los logrados por el cantautor. Al preguntarle, él dice que lo que tenía que decir al respecto está dicho en el disco. Pero agrega:
"Podría decir que este disco es producto de un largo proceso de investigación. Que lo ha sido. Pero suena demasiado serio. Uno se imagina bibliotecas, laboratorios y mesas redondas. Que las hubo. Pero muy distintas a las que cualquier mortal podría imaginarse. En la música del caribe, las bibliotecas reposan en el cerebro y corazón de cientos de músicos del área. Sus laboratorios son conciertos, fiestas, bares y cafetines donde se desarrollan a plenitud. Las mesas redondas están llenas de ruido, de ron, tabaco, y anécdotas singulares. Viví enamorado de la cultura y la música del caribe desde mi infancia.
El taino, el negro y el español, cada uno por su lado tienen lo suyo, pero fue aquí donde se mezclaron en una atmósfera histórica, gris con pinceladas de opresión y esclavitud, de conquista y colonización, de nuevos dioses, de nuevas formas. Lograr con canciones capturar algo de la energía de esta música que hace volar, pensar y divertirse es imposible, pero en este intento que quisiera no terminara nunca, dejé pedazos míos que se me quedaron a fuerza del encanto que les provoca esta tierra"

A la inmaculada lista de músicos que participaron en este proyecto, el retrato de su talento es lo que adorna esta galería.

Doce meses maravillosos se necesitaron para realizar esta producción, tenía menos amigos antes de este proyecto. Sergio George llegó a México a uno de los últimos recitales de la gira. Pactamos encontrarnos en Nueva York. unos meses después había vestido la canción "Receta" con su enorme talento.

Luego conocí a Cuco Peña, una institución musical puertorriqueña. El día que nos encontramos ambos tuvimos la suerte de imaginarnos diferentes. Él venía con una resaca producto de una velada en el Piano Bar "Calientísimo" al que quise asistir esa noche y al que no me dejaron entrar por mis recurrentes fachas. En Cuco busqué al músico y me encontré al hermano, en él buscaba caribe y me encontré a la esencia.

A los señores de Guaco los conocí musicalmente la última vez que fui a Venezuela, me gustaron tanto que ante la imposibilidad de escribir una canción como la que ya había hecho José Luis Chacín, tuve que pedir prestada "Sí Usted la Viera".

Ben Wisch, el ingeniero con el que quise trabajar siempre, apareció de la nada, mezclando 8 temas en este proyecto; Giovanni Hidalgo: Dios bendiga lo que sus manos hacen por los tambores; Miguel Nuñez aportó ese otro lado clásico del Caribe con sus manos; Dagoberto González: el violín llegó justo a tiempo y le dio vida a la melancolía.