Veinteañeras y españolas, Marta Botía y Marilia Casares no reúnen los requisitos necesarios para inscribirse en un festival local de colegio, pero es esa la asociación inmediata para el estilo inalterado de sus composiciones, de gran éxito en Chile gracias al tema "Amores de barra". Con mayor sofisticación en los arreglos (violín, armónica y órgano Hammond, además del esperable predominio de guitarra acústica), la música del dúo mantiene en éste, su segundo disco, la corrección que es marca de la casa: canten de sus amores, desamores, expectativas o dudas existenciales, el par se muestra impecable pero desapasionado, armonizando sus voces sin sorpresa. Una opción ante la cual no hay medias tintas pues agrada por su placidez o disgusta por su homogeneidad.
Marisol García C.