El músico holandés expone en esta placa un nuevo viaje por las músicas danzables, traducidas a la sonoridad de una orquesta. Así, a los valses habituales, Rieu añade melodías del folclor europeo, la danza de los enanos de "Blancanieves", Glenn Miller y una versión abreviada del "Bolero" de Ravel, entre otras piezas. Todas en clave de orquesta, aunque sin la pretensión de un diálogo instrumental muy severo.
Pedro Galindo