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Monteverdi: “A Voce sola, con sinfonie”

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
Monteverdi: “A Voce sola, con sinfonie”

Roberta Invernizzi (soprano). Accademia Strumentale Italiana (dir. Alberto Rasi). Stradivarius STR 33562, 2001.


Es equivocado pretender que ya que supuestamente las cantantes del siglo XVII tenían un estilo ampuloso y recargado, las intérpretes del siglo XXI dedicadas a este repertorio deben reproducir maneras que hoy pueden resultar incluso vulgares. Por algo es que evoluciona la interpretación, el gusto de las épocas y el criterio. Además, como hay tanta música que ni siquiera se sabe cómo sonaba, mayor razón para encontrar una vía expresiva nueva. Es eso lo que han hecho artistas como Montserrat Figueras, María Cristina Kier, Emma Kirkby y la soprano Roberta Invernizzi, quien junto a la Accademia Strumentale Italiana presenta un conjunto de partituras "a voce sola" de Claudio Monteverdi (1567-1643).

Llamado El Amante, Claudio Juan Antonio Monteverdi (así consta en su partida de bautismo) fue un músico que hizo prevalecer el mundo expresivo sobre la estructuración. "Esa es la suerte de quien demasiado ama y se fía", como canta la protagonista de su perdida ópera "Ariadna", de la que sólo ha llegado hasta nosotros el imprescindible lamento, que Roberta Invernizzi ataca con voz suave y fraseo estremecedor, mientras observa a la protagonista como una mujer devastada.

De timbre muy personal, la soprano demuestra un virtuosismo a toda prueba en los saltos interválicos, en los difíciles "trilli", en esa exigencia monteverdiana de lanzar la voz para luego retrotraerla un tanto y en los innumerables adornos de complicada emisión. Todo esto ofrecido de manera natural, sin exageraciones, como si no existiera el artificio. Además, ella es una intérprete que dice cosas nuevas a partir de la música, enfatizando el sentido de una frase, subrayando de manera especial una palabra. Es sorprendente la forma como aborda "Si dolce è il tormento" desde un estado de dolorosa ensoñación.

Una de las características de la música de Monteverdi es que antepuso la monodia acompañada a las texturas contrapuntísticas. En tanto, la palabra jamás debe estar sometida a la música, cuya misión es acentuar la fuerza expresiva de la primera. Todo esto, que hoy parece no ser ninguna novedad, tenía por objeto comprender mejor el texto y despertar emoción en el auditor. Eso es lo que consiguen, sin aspavientos, Roberta Invernizzi y el maestro Alberto Rasi, quienes comprenden a carta cabal que es la palabra la que tiene por principio la realización de la musicalidad.

El álbum incluye también fragmentos musicales sin voz de Giovanni Paolo Cima, Gioseffo Guami, Bartolomeo de Sema y Salverde (la extraordinaria "Susana Pasegiata Basso Solo"), Giovanni Battista Grillo, Giovanni Picchi y Biagio Marini.

Juan Antonio Muñoz H.
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