J.S. Bach: "Conciertos para piano Nos. 3, 5, 6 y 7"
"Conciertos para piano Nos. 3, 5, 6 y 7". Murray Perahia, pianista y director. Academy of St. Martin in the Fields.
Hace un tiempo llegó a Chile un CD en el que Perahia interpretaba los conciertos 1, 2 y 4 del músico alemán, es decir, los tres escritos específicamente para la combinación de teclado y orquesta, sin recurrir a fuentes anteriores realizadas por el mismo Bach. Ahora, un nuevo CD nos presenta los demás conciertos, aquellos que constituyen versiones diferentes o arreglos posteriores. Así, el tercer Concierto, en Re Mayor, BWV 1054, es la nueva forma del conocido Concierto para violín en Mi Mayor, un deseo de su creador de llevar la línea solista a un rango más apropiado. La obra conserva el atractivo melódico de la primitiva pieza, destacándose el muy expresivo "Adagio piano sempre" central. Por su parte, los movimientos extremos del quinto Concierto, en Fa menor, BWV 1056, están sacados de otro para violín, perdido, mientras el material del restante proviene de un Concierto para oboe. Este movimiento central es un corto y famoso Largo, de celestial belleza y lleno de nuances. El pianista aquí acelera un poco el Presto final, lo que a nuestro juicio acrecienta su interés.
Cuando se escuchan los primeros compases del sexto Concierto, en Fa Mayor, BWV 1057, casi todo el mundo lo asociará a algo "muy conocido" de Bach. Claro, es la otra versión del cuarto Concierto Brandenburgués, en el que las partes del violín solista son reemplazadas por el piano. Después de esta reestructuración, ¿cuál de las dos es la mejor versión? Habrá opiniones, pero lo cierto es que hay que tener ambas. El séptimo Concierto, en Sol menor, BWV 1058, contiene temas sacados del Concierto para violín en La menor y sus tres movimientos son un absoluto agrado para los oídos.
Anteriores grabaciones de Bach y otras de Mozart y de Schumann realizadas no hace mucho han confirmado la excelencia de un pianista como Perahia. Es un auténtico artista, serio, inspirado, ajeno a ostentaciones "virtuosísticas" de otros intérpretes menos privilegiados. Y como director se muestra siempre estilista, dando a Bach los tiempos y dinámica precisos. El sello debe sentirse orgulloso de tenerlo como artista exclusivo. Grabado en 2001. Un disco compacto Sony. DDD.
Víctor Manuel Muñoz
