"Misa No. 11, 'Schöpfungsmesse' "
Misa No. 12, "Harmoniemesse"Misa No. 11: R. Ziesak, B. Fink, C. Prégardien, O. WidmerMisa No. 12: J. Lunn, S. Mingardo, T. Lehtipuu, B. SherrattCoro Monteverdi
English Baroque Soloists
John Eliot Gardiner, director.
Los aficionados a las grandes obras religiosas corales seguramente tienen como favoritas entre las Misas, las más imponentes de Johann Sebastian Bach y de Beethoven, y un par de las que escribió Mozart. Pero, de las creadas en el siglo XVIII y comienzos del XIX, pocos tendrán en mente alguna de las doce compuestas por un músico tan grande como Joseph Haydn. Sin embargo, hay obligación de conocer entre otras las números 11 y 12, concebidas como homenaje a la princesa Esterhazy y que constituyen, según los expertos, las dos últimas obras mayores del músico austríaco. Como las diez anteriores, tienen en común la fe religiosa expresada a través de un espíritu optimista y esperanzado, pero en las dos comentadas hay un especial brillo y flexibilidad en la escritura vocal, así como en la maestría ya absoluta en el contrapunto y en el enriquecimiento de la partitura con el número y el uso de los instrumentos de viento.
La Misa número 11 se llamó "De la Creación" por una equivocada referencia al famoso oratorio de este nombre, pero ambas obras son muy diferentes. Dentro de un alto nivel de calidad, merecen destacarse el Kyrie, que comienza con un diálogo entre contralto y Coro; un notable "Et incarnatus est" dentro del Credo, con lucimiento para el tenor, el Coro y un solo de órgano; y el Agnus Dei, en el que a los cuatro solistas principales se agregan otros dos cantantes. En la Misa número 12, una breve frase a cargo del bajo inicia el Kyrie, un Adagio de ocho minutos sin contrastes de tiempo. El Gloria, con un espléndido solo de contralto, y el Credo están concebidos en gran escala, con energía vital en los extremos y más reflexivos en las partes centrales. El Benedictus es una sección cargada de nervio, mientras el Agnus Dei sobresale por su grata melodía.
Las obras están dirigidas por quien hoy día es el principal exponente de este tipo de música, el británico Gardiner, y sus versiones podrían ser las definitivas. En la Misa 11, sus tiempos son más vivos que los de una anterior grabación, dirigida por George Guest, que dura cinco minutos más. Gardiner se permite además no repetir ninguno de sus solistas, entre los que destacan ambas contraltos, Bernarda Fink y Sara Mingardo, y el tenor Christoph Prégardien. Impecables la celebrada orquesta y el Coro, uno de los mejores de Europa. Grabado en 1998 y 2001. Un disco compacto Decca. DDD.
VÍCTOR MANUEL MUÑOZ