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Weichafe

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
Weichafe

El sello GmbH (ex DBN), recientemente relanzó una edición especial -que incluye extras como videos de algunos de los temas- del segundo trabajo discográfico de Weichafe (‘guerrero’ en mapudungun), una de las agrupaciones de rock nacional más destacadas de los últimos años. Weichafe en su primer lanzamiento independiente –a principios de 2003- no obtuvo la distribución que merecía, por lo que esta reedición resulta muy oportuna.

El disco fue grabado a fines del 2002, en los estudios W del productor e ingeniero en sonido, Juan Ricardo Weiler. La producción musical estuvo a cargo del propio conjunto, formado por Angelo Pierattini (voz y guitarra), Marcelo Da Venezia (voz y bajo) y Mauricio Hidalgo (batería).

El denominado, por los seguidores del trío, “álbum rojo”, cuenta con trece temas, menos densos y distorsionados que los que coparon su exitoso debut Tierra oscura del sol (1999). Sin embargo, mantiene su esencia cargada al rock crudo, en el que predominan los riffs simples y potentes. La lírica refleja las experiencias cotidianas de sus integrantes, además de abordar sutilmente realidades sociales y políticas de Chile.

Weichafe comienza con “Respiro la luz del sol”, canción que, al igual que gran parte del disco, juega con los cambios de ritmo y de intensidad. Luego viene “Pichanga”, el otrora primer sencillo, que se caracteriza por su entrega enérgica y acelerada.

Entre los puntos altos de esta placa, destacan “Pan de la tarde”, que cautiva por la fuerza de su interpretación y “Las cosas simples”, cuyas hermosas melodías recuerdan, en cierta medida, las creaciones musicales de Víctor Jara.

La voz gutural de Marcelo Da Venezia y la desgarradora guitarra de Angelo Pierattini marcan señera presencia en temas como “Ripio y soledad”, “Hipnosis” y “Salvador”. Mención aparte para “5:30 am”, por su atractiva estructuración armónica.

Refinada e irónica es “Ñuñork”, que cuenta con la poética intervención de Gonzalo Henríquez, líder y creador de González y Los Asistentes. La canción empieza de una manera pausada, para adquirir poco a poco más ímpetu hasta explotar. En ese instante aparece la voz de Henríquez, cuyas palabras llenas de sátira terminan por desplazar completamente a cada uno de los instrumentos: (“…tomo mi navaja y me corto de oreja a oreja / ahora si tengo una gran sonrisa / y no se parece a ninguna otra / y estoy contento, cuando me río me duele, / pero estoy contento porque es mi sonrisa…”).

Las composiciones de este álbum dejan de lado los egoísmos para redondear un trabajo que privilegia una estructura armónica global. Después de dos discos, Weichafe ha demostrado con creces que goza de un estilo particular, que los distingue por sobre de muchas otras agrupaciones nacionales. Ello se debe a que, si bien la base de su creación musical se sustenta en el rock clásico, han logrado incorporar de una manera honesta y concreta elementos urbanos y criollos de nuestro país.

Nicole van Baal F.

Weichafe, “Weichafe” (2003, Guerrero Discos, 2004 GmbH)


1. Respiro la luz del sol, 2. Pichanga, 3. Sobras de ayer, 4. Pan de la tarde, 5. Las cosas simples, 6. Dios es sólo para algunos, 7. Ripio y soledad, 8. Ñuñork, 9. 5:30 am, 10. Descalibraciones, 11. Salvador, 12. Hipnosis, 13. Domingo feliz.

Duración: 49:50

Intérpretes: Angelo Pierattini (voz y guitarra), Marcelo Da Venezia (voz y bajo) y Mauricio Hidalgo (batería).

Producción: Weichafe.

Músicos invitados: Gonzalo Henríquez, voz en “Ñuñork”. Ángel Cardenas, cello en “Las cosas simples” y “Dios es sólo para algunos”.
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