¿Que hay una "gran expectativa" ante los próximos discos de U2 y Radiohead? ¡Ja! Aquí sí que tenemos un álbum esperado. 37 años se tomó
Smile en salir a tiendas, convirtiéndose por ello en fuente de mitos imparables sobre el nivel, los arreglos y las ideas que se supone tendría la más ambiciosa publicación de los Beach Boys. Lo menos que uno ha escuchado sobre su leyenda, es que éste hubiese sido un disco mejor que el Sgt. Pepper´s, de los Beatles.
Brian Wilson, el compositor central de la carrera de los Beach Boys y un indiscutible genio de la creación pop, abandonó
Smile por las mismas razones que decidió retomarlo este año: era, simplemente, demasiado. Todo en este disco es "demasiado": sus armonías vocales, sus arreglos, los infinitos timbres, las letras abstractas (todas ellas de Van Dyke Parks). Ningún compositor popular ha compuesto ni volverá a componer música como ésta, inclasificable en género alguno y muestra de ideas que sólo pueden provenir de una mente alterada por la genialidad y la música. Wilson se volvió loco haciendo
Smile, pero aquí se le escucha iluminado. Sus ambiciones infinitas ("crear una sinfonía adolescente a Dios", era una de ellas) se concretan en este disco que cambia para siempre nuestras definiciones musicales, y frente al cual un comentario periodístico es una mera guía de compra.
El modelo 2004 de
Smile es una recreación del proyecto original (parte del cual fue conociéndose a través de los años en diversos discos no oficiales). Wilson, Dyke Parks y el arreglador Darian Sahanaja tomaron esas canciones escondidas y volvieron a interpretarlas, tal como se pretendía originalmente. Se ajustaron algunos versos, se sacaron los escasos aportes de Mike Love (el enemigo) a "Good vibrations", y se adoctrinó a los instrumentistas participantes a ponerse en frecuencia con un disco para el cual Brian Wilson llegó originalmente a trabajar durante 85 sesiones; obligando a los Beach Boys a rezar antes de cada toma para luego abandonarlo todo, agobiado.
Al combinar tal cantidad de géneros musicales, enfoques y timbres, seguir describiendo verbalmente
Smile es un sinsentido. Este disco tiene que ver más con sensaciones, con espíritu y, ciertamente, con Historia. Tanto los que se creen entendidos en música porque conocen hasta el último single de rock progresivo, como quienes buscan en el
underground la vanguardia actual del pop, no tienen excusas para dejar pasar
Smile. Hay eslabones sin los cuales una cadena simplemente no toma forma. Éste es uno de ellos, y, más allá de las categorías de "gusto" o "moda" que suelen poblar nuestras elecciones musicales, Brian Wilson nos invita a escuchar (en absoluto silencio, por cierto) una obra que nos saca de nosotros mismos y nos deja boquiabiertos. Es ese qué sé yo inexplicable que tienen las llamadas "obras de arte".
Marisol García C.
Brian Wilson, "Brian Wilson presents Smile" (2004, Nonesuch/Warner)
1.Our prayer/Gee, 2.Heroes and villains, 3.Roll Plymouth rock, 4.Barnyard, 5. Old master painter/You are my sunshine, 6.Cabbin essence, 7.Wonderful, 8.Song children, 9.Child is father of the man, 10.Surf´s up, 11. I’m in great shape/I wanna be around/Workshop, 12.Vega-tables, 13.On a holiday, 14.Wind chimes, 15.Mrs.O’Leary’s cow, 16.In blue Hawaii, 17.Good vibrations.
Brian Wilson: producción, arreglos, mezclas, teclados y voces. Composición de todos los temas. |
