Hace ya varios años el guitarrista Paco de Lucía inició junto al cantaor Camarón de la Isla la renovación del flamenco originando lo que se llamó el flamenco nuevo. Camarón lamentablemente murió joven envuelto en una leyenda que crece cada año y Paco de Lucía siguió una carrera internacional que lo ha convertido en algo así como el epítome del flamenco en el mundo entero. De Lucía se ha caracterizado por llevar al flamenco más allá de los márgenes donde lo confinaba la estrecha categoría de la música folclórica, haciendo incursiones en diversos estilos.
Después de un silencio de cinco años Paco de Lucía ha vuelto a circular con un disco que, curiosamente tratándose de un músico dado a la exploración, es una vuelta al lenguaje básico del flamenco. Algo similar a lo que el guitarrista hacía junto a su amigo de infancia José Monge Cruz, Camarón de la Isla, cuando los dos apenas se encumbraban encima de los veinte años. De Lucía definió Cositas buenas como un disco alegre de mucho cante. Lo de la alegría es un rasgo dominante en el flamenco y como para demostrar lo segundo el disco trae toda una galería de "cantaores" que encabeza el mismísimo Camarón resucitado -tecnología mediante- y seguido por nombres ilustres como Diego el Cigala, Duquende, y otros más sorpresivos como los de Alejandro Sanz y el del propio Paco de Lucía, que se manda una "bulería por soleá" en honor de su hija Antonia.
Cositas buenas es un vistazo al pasado pero no tiene un afán arqueológico, ni excesos nostálgicos. Paco de Lucía recupera en este disco la energía primigenia de la guitarra, el cante y la percusión basada en palmas y jaleo, y a la vez dispara hacia el futuro ofreciendo derroteros novedosos. Cositas buenas, a pesar de este nombre tan intragable, es un disco notable que se va desplegando en cada audición revelando sutilezas insospechadas. (Universal, 2005).
M.S.Q.
