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Te comieron la lengua los ratones

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
Si el joven compositor Juan Pablo Rozas se animara a llegar hasta el despacho del director general del Teatro Municipal para entregar la carpeta con su ópera "Te comieron la lengua los ratones", el desenlace de tamaña aventura no sería más que uno: la expulsión inmediata de las dependencias. El Teatro Municipal, su Orquesta Filarmónica y su Coro son entidades demasiado "serias" como para bromas de esta naturaleza. "Graves" si se quiere, y lo que menos tiene Rozas es gravedad. Lo que más, sentido del humor. Por eso Te comieron la lengua los ratones se estrena en la Sala Master ante un público afín a la música contemporánea de experimentación libre y abierta, y no en teatros con palcos, butacas con terciopelo y lámparas de lágrimas gigantescas.

La espera a que comience la función, los silbidos, las toses y el palabreo son tan irreales como el mismo espectáculo. Juan Pablo Rozas, quien técnicamente es compositor docto formado en la doctrina y el rigor del Instituto de Música de la Universidad Católica, en realidad ha desarrollado líneas de acción mucho más cercanas al universo de la música indie y avant-garde (es miembro del cuarteto de improvisación Dolores Fiuler). Él mismo llegó a definir esta obra como una "sucia ópera urbana de bolsillo". Digamos "opereta", porque en honor a la verdad es cierto que jamás calificaría para una temporada de lírica. Ni siquiera el autor lo pretende. Te comieron la lengua los ratones es música experimental como bosquejos. La cubierta del álbum, que fue editado por el nuevo sello independiente Garrapata Discos (esperemos a que sobreviva durante un buen tiempo), es en sí un trazo a lápiz grafito. En ella se muestra el escenario de un teatro habilitado como escenografía operística. En el reverso, otro dibujo muestra las afueras del mismo teatro, con una serie de imágenes y personajes que evocan el romanticismo wagneriano: la luna llena en la ciudad, mucha niebla, un sombrero de copa, abrigos largos, y un agente de Scotland Yard pesquisando el asesinato, suicidio o deceso natural de un hombre que ha perdido su lengua. Toda una historia narrada aquí entre líneas y con poesía interior.

Los "Interludio" e "Interludio II", despliegues de las cuerdas de un coro, son envolventes. Demasiado buenos como para durar más de lo que duran los interludios. Apenas un minuto y diecisiete segundos y un minuto y cincuenta segundos de voces espectrales, antes de seguir con la sucesión de actos: los arpegios simples "a la Violeta Parra" de "Stoker" (estudio de guitarra de Cristóbal Menares, quien es músico de jazz), la búsqueda sonora en tiempo real de "Tierno y desechable", las suaves capas de "Acordes para un invierno" y el fondo de guitarra eléctrica de "Canción sin nombre": Para conmover, sin importar cuáles sean los efectos que se generen en las personas, la música requiere únicamente de dos notas seguidas y algo que decir. Un discurso. Te comieron la lengua los ratones, es discurso de comienzo a fin: Una ópera grabada en la sala de estar de una casa. La narración de una historia trasnochada, que según asegura su autor, "huele a ratón".

Íñigo Díaz

Juan Pablo Rozas, "Te comieron la lengua los ratones" (2005, Garrapata Discos)

Parte I: 1. Inocencia, 2. Este mundo, 3. Noche. Parte II: 4. Interludio, 5. Stoker, 6. Interludio II. Parte III: 7. Tierno y desechable, 8. Acordes para un invierno demasiado negro. 9. Canción sin nombre. Conclusión: 10. Decisiones importantes.

Personal: Juan Pablo Rozas (voces y música en su totalidad)

Producción: Constanza Rozas y Sebastián Mayo.

www.jprozas.tk
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