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Ringleader of the tormentors

17 de Agosto de 2007 | 01:14 |
La declaración al final del nuevo disco de Morrissey es suficientemente decidora y exclusiva. "Por fin he nacido", ni más ni menos, es el título de la última canción de la lista. Quien haya seguido su carrera sabrá que esto es nuevo, en la vida de un hombre que ha levantado sobre la soledad y el abandono su manera de escribir canciones. Y a quien haya importado leer sus entrevistas recientes sabrá que Morrissey está enamorado. Si hay que tener una postura ante esto, es la siguiente: entre tantas canciones "románticas" de la radio, Morrissey era de veras el único romántico, y ya no lo es. Una pena. Pero el punto final es qué diablos importa: nada. La vida privada de Morrissey es tan importante como la de cualquiera, sobre todo ahora que se supone que está enamorado. Como cualquiera.

Además, tampoco es posible dejar de ser un autor de melodías bucólicas después de una vida dedicada a ese oficio. Y en su octavo disco, la música, a grandes rasgos, sigue estando de parte de Morrissey, el cantante que encabezó en The Smiths al grupo de rock más importante de los años ’80, y que desde su debut solitario en 1988 se ha transformado en un autor mayor del rock contemporáneo. Hay muestras de ese rock maduro de sus años recientes en "On the streets I ran" y en el single "You have killed me", con sus alusiones a Pier Paolo Pasolini, Luchino Visconti, Anna Magnani y otras figuras del cine y la cultura popular italianos, incluida la motoneta Vespa en la que el cantante aparece posando para la foto. Sus canciones se mantienen testimoniales y apasionadas, y si un efecto de este disco es que la composición está un poco floja para los estándares de Morrissey, hay melodías bonitas en "In the future when all’s well" y en baladas como "I’ll never be anybody’s hero".

La voz del cantante y las guitarras con que se viste siempre serán un instrumento agradable, y en Ringleader of the tormentors además hay detalles sorpresivos, como los coros de niños que se oyen en "The youngest was the most loved". El Morrissey escritor de letras vuelve a encumbrarse cuando en "The father who must be killed" su voz estimula a un pequeño a ajusticiar a su padrastro, con otros coros infantiles que esta vez resultan a lo menos inquietantes. Es cierto que en la canción "Dear God please help me" el hombre que alguna vez clamó sus desgracias al cielo hoy escribe "Ahora estoy abriendo tus piernas / con las mías en medio": explícito. Pero es el mismo que luego firma en "To me you are a work of art" el verso "Para mí eres una obra de arte / Y te daría mi corazón / si tuviera uno": delicado. Y por último la primera de esas canciones es una caminata pausada y majestuosa rodeada de violines por las calles de Roma, donde fue grabado este disco. Y Morrissey llamó para hacer esa orquestación de violines a Ennio Morricone en persona. Un grande y otro más.

David Ponce

Morrissey "Ringleader of the tormentors"
(2006, Attack/SonyBMG).


1. I will see you in far off places. 2. Dear God, please help me. 3. You have killed me. 4. The youngest was the most loved. 5. In the future when all’s well. 6. The father who must be killed. 7. Life is s pigsty. 8. I'll never be anybody’s hero. 9. On the streets I ran. 10. To me you are a work of art. 11. I just want to see the boy happy. 12. At last I am born.

Músicos: Morrissey (voz), Alain Whyte (guitarra y coros), Boz Boorer (guitarra), Jesse Tobias (guitarra), Michael Farrell (piano, órgano, teclados, trompeta, trombón, percusión), Gary Day (bajo), Matt Chamberlain (batería).

Invitados: Ennio Morricone y Marco Patrignani (arreglo de cuerdas), Rossella Ruini (dirección de coro)

Producción: Tony Visconti.

Duración: 50’00’’.

www.morrisseymusic.com

www.true-to-you.net
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