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Sacúdete en tu cripta

Los dos dobles del Rey, uno especialista en los años '50 y el otro en los '70, junto al baterista original de las grabaciones y show de Presley repletaron el Arena Santiago. Pero no todo fue coordinación.

31 de Agosto de 2007 | 12:05 |
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Dominic Edwards y su versión de Elvis en la década de los '50.

José Miguel Pérez

Precedido de una gran publicidad y con las entradas agotadas hace días, “Elvis on tour” prometía quedar entre los memorables espectáculos del año en Chile. Sin embargo, los altibajos marcaron el show cuando estaban todos los ingredientes para “revivir” al “Rey del rock” a 30 años de su muerte.

El centro de eventos Arena Santiago estaba repleto. Previo al concierto, con sus movimientos de caderas en la galería, los “Elvis criollos” le arrancaban gritos a las calcetineras de antiguas y  nueva generaciones.

El escenario, en tanto, se veía impecable. Con juegos de luces al mejor estilo de Las Vegas y con dos pantallas gigantes que provocaban más gritos al repasar en fotografías los mejores momentos del legendario intérprete.

El entusiasmo aumentó cuando el veterano DJ Fontana, el baterista original de Presley, dio el vamos al show. Sin embargo, ahí empezó a desinflarse el globo. Dominic Edwards, que llegó al país con el cartel del actual mejor imitador de Elvis a nivel internacional, empezó a mostrar ripios en su voz tras cantar “Shake Ratlle and Roll”, “Don´t Be Cruel” y "I Was the one”.

Rápidamente, además, el esfuerzo físico lo puso algo lento. A Edwards le correspondía revivir al Elvis de las décadas ‘50 y ’60. Pero antes de terminar sus 14 canciones —vestido de cuero negro como en el “Especial 68”—, su modulación era más enredada que la de Luis Jara entrevistando a Robbie Williams.

Aunque  la responsabilidad era compartida. El audio a esa altura presentaba varios problemas y las luces e imágenes de apoyo estaban descoordinadas. Faltaba poco para que los técnicos en las perillas pasaran de los gritos a los puños.

De seguro, el verdadero Elvis se hubiese sacudido en su cripta de no ser porque la segunda parte del show subió notablemente. El gordinflón imitador Shawn Klush le sacó lustre a su perfomance que recreaba los años finales del cantante de las patillas largas.

Embutido en el característico traje blanco con lentejuelas y cinturón de boxeador, Klush hizo cantar a toda la “Arena” con sus versiones de “It’s Now or never”, “Can´t Help Fallin in Love” y “Johnny B. Goode”, entre otras.

Era el cierre merecido para unos fans que lo perdonaron todo. Incluso que DJ Fontana se lo pasara casi toda la noche de brazos cruzados en vez de estar golpeando la batería.

De seguro, los veteranos seguidores de Elvis no dudarán en contarle a sus nietos que una noche besaron la mano del Rey, aunque éste lo que más tenía de parecido al original no era exactamente la voz ni la movediza pelvis; sino que los generosos centímetros cúbicos de sudor con los que empapaba sus bufandas de seda (las que por cierto regalaba a la galería).

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