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Director de "Malta con huevo": "No queremos cambiar el mundo, sino reírnos un poco"

El debutante realizador Cristóbal Valderrama habló con Emol sobre esta particular cinta de viajes en el tiempo, inesperados giros de humor negro y unos cuantos litros del particular brebaje criollo.

05 de Septiembre de 2007 | 14:23 | Felipe Vásquez N., El Mercurio Online
SANTIAGO.- Probablemente después de este jueves, muchos de los aficionados a mezclar malta, huevo y azúcar en una juguera pensarán dos veces antes de tomar un nuevo trago de este particular brebaje. Esto es por los retorcidos efectos que puede causar este menjunje criollo, según el oscuro retrato cómico que narra el director Cristóbal Valderrama en su primer largometraje, "Malta con huevo".

Viajes en el tiempo y el espacio, giros inesperados de humor negro y personajes difícilmente definibles son parte de la fórmula que expone Valderrama en esta cinta, protagonizada por Diego Muñoz, Nicolás Saavedra, Javiera Díaz de Valdés y Manuela Martelli.

"No era nuestra intención hacer una película para que la gente lo pasara bien, sino para pasarlo bien nosotros. Y si la gente lo pasa bien, tanto mejor. Pero es con un ánimo mucho menos pretencioso artísticamente. Ambicioso, pero no pretencioso", es la declaración de principios que Valderrama hace a Emol ante esta película, que narra la historia de dos amigos que deciden compartir techo.

- ¿Cuántas malta con huevo te tomaste para escribir un guión tan alocado como este?

- "A mi siempre me hizo gracia la malta con huevo, creo que mi viejo me la mencionó alguna vez. Yo la preparaba más que nada porque la encontraba divertida, para verle la cara a mis amigos cuando les contaba en qué consistía. Después me puse a escribir el guión, que no tenía nada que ver con la malta con huevo, y mucho más tarde se me ocurrió meterla dentro para volverla más flaite y resultó bien".

- La película tiene un humor negro para el cual es difícil encontrar precedentes en el cine chileno.

- "El ánimo era hacer una película que a nosotros nos gustaría ver y que sentíamos que no se había hecho. Ése fue el espíritu para escribir la historia para que fuese un poco distinto a lo que uno está acostumbrado a ver... en Chile, porque en el mundo hay muchas películas parecidas".

- ¿Hay algo de ti en los personajes?

- "Sí, yo creo que soy súper obsesivo y neurótico como Jorge (Nicolás Saavedra), lo que también es la caricatura de muchos chilenos. Y al mismo tiempo también creo que hay algo mío en Vladimir (Diego Muñoz), no al extremo, pero ese espíritu de querer sacar la vuelta y pasárselo bien, y que al final te envicias en eso, a todos nos ha pasado en algún momento en la vida. Por eso siento que los personajes, aunque son bien de cómic, son súper reconocibles".

- La película es difícil de encasillar en un género, porque se pasea por varios. ¿Cómo la definirías?

- "Es difícil resumir la historia, sin contar demasiado. Y es mucho más difícil encasillarla en un género, porque comedia-comedia no es. Hay momentos en que uno no se ríe y una comedia negra no siempre es así. Yo creo que es una comedia fantástica, con un poco de cine negro, metido a la juguera con un poco de azúcar. Eso es 'Malta con huevo'".

- ¿Qué influencias tuviste?

- "Influencias deliberadas: 'El día de la marmota", sobretodo por la historia de Vladimir; 'La soga' de Hitchcock, que tiene que ver con la película de Jorge. El tono nos lo dio 'El día de la bestia' y 'Crimen ferpecto' de Álex de la Iglesia. Y después, mucho más inconscientemente, me terminé dando cuenta que 'Volver al futuro' -por como se resuelven algunos planos y el tipo de actuación de algunos personajes- está muy presente también".

- Se ha dicho mucho que la película es "sobre viajes en el tiempo", cuando es mucho más que eso.

- "Claro, es parte. Pero yo agradezco mucho cuando voy al cine y la película me lleva a lugares un poco insospechados. Siempre me siento agradecido que me sorprendan y no que uno al ver una sinopsis te cuenten toda la película de principio a fin, casi viendo a la pareja besándose cuando hay un final feliz. Como que vas a ver una película para que te den la razón a lo que estás esperando. 'Malta con huevo' tiene un poco de todo, parte con la premisa de los viajes en el tiempo, pero después la cosa se puede disparar para cualquier parte. Y eso espero que el espectador lo aprecie".

- ¿Cómo se gestó el contacto con Alberto Fuguet, quien oficia de productor?

- "Yo tenía el guión escrito, pero no completamente listo. Nos habíamos ganado el fondo Corfo con Carlos Labbé, que es el co-guionista, y yo tenía vinculada a alguna gente que podía trabajar en el equipo. Yo tenía pensado que la locación principal fuera mi propia casa y grabarlo entre siete amigos en unos pocos días. El asistente de dirección, René Martín, es amigo de Alberto y le contó el resumen de la trama. A él le llamó la atención y me pidió, sin conocernos, leerse el guión, porque estaba formando la productora Cinépatas con Sebastián Varela. Y este guión les hizo gracia y me ofrecieron producirla. Me cayó del cielo".

- ¿Consideras que la película tiene alguna moraleja?

- "Yo creo que se trata de la venganza de los nerds, pero me di cuenta después de 300 veces de verla en post-producción. En el fondo es una pulsión interna mía, no sé si hay una moraleja radical. Sí creo que hay algunas ideas básicas en la película que tratamos de dejar ahí conscientemente, como que cada persona ve lo que quiere ver, cada uno interpreta y es protagonista de su propia historia, y es secundario en la historia del otro. Creo también que el azar influye demasiado en la vida que nosotros tomamos, como para decir que no existe un destino, sino que uno se lo va construyendo. Son reflexiones filosóficas para una película que pretende ser mucho más superficial. Pero las reflexiones están ahí, aunque sea de forma subliminal".

- Entiendo que hubo un cambio al final de la película.

- "Hubo un par de versiones. Era un diferencia sutil de sonido, nunca filmamos dos finales distintos, el plan de rodaje era súper apretado y seguimos el guión muy fielmente. Había un final que era mucho más anárquico, con una pincelada de sonido que hacía que sugiriera que las cosas terminaran mucho peor de lo que terminan, que no es demasiado bien. Pero al final nos quedamos con la idea original y nos quedamos más tranquilos con eso".

- ¿Qué fue lo más complicado en filmar una historia que se narra desde dos puntos de vista?

- "La continuidad nos tomó harta exigencia, nosotros teníamos dos continuistas, con cuadernos llenos de anotaciones y detalles. Hay varias escenas que se repiten desde el punto de vista de Vladimir y Jorge, siendo la misma escena con distintas interpretaciones, de diálogo, entonación y actuación. Son cambios sutiles, pero muy importantes. Además filmas el mismo día: las dos versiones de Diego Muñoz haciendo esa escena, una desde su punto de vista y otra ajena. O sea no sólo filmas en desorden, sino que también la mezclas con otra escena que también está en desorden... entonces era súper fácil perderse. Por suerte los actores no se confundieron tanto, como nosotros".

- ¿No crees que la película pueda desatar alguna cuota de polémica, teniendo como precedente la serie "Alguien te mira"?

- "Entiendo lo que dices, pero no creo. Siempre hemos visto películas con violencia, con escenas poco ortodoxas. Uno ha visto demasiadas cosas. Es distinto pasarlo por televisión abierta, a que cuando uno elige deliberadamente pagar una entrada para ir a ver una película que está calificada para mayores de 14 años. Además, la película no se toma muy en serio a sí misma. Todas las situaciones de más dudosa moralidad están subrayadas con elementos absurdos que le restan un montón de dramatismo a la misma escena, de sexo o de violencia. Hay un ánimo de autodesacralización de la película. No estamos tratando de hacer un discurso ni cambiar el mundo ni establecer una nueva moralidad, sino reírnos un poco".

- ¿Estás trabajando ya en un nuevo proyecto?

- "Sí, me muero de ganas, pero es tan lento el proceso. Imagínate: nosotros llevamos tres años y medio en este proceso, para sacar una película de una hora y media... es un montón de tiempo invertido. Así que desde el año pasado que estamos con Carlos Labbé desarrollando un guión nuevo, que es una historia de amor esquizofrénica de un tipo dividido. De nuevo son dos versiones de un mismo hecho. Un tipo con una consciencia dividida que vive una historia de amor retorcida por un lado y aún más retorcida por el otro".
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