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Santiago: Miércoles 24 de abril del 2024 | Actualizado 07:35
SANTIAGO.- Era uno de los lanzamientos más esperados de la 27ª Feria del Libro de Santiago. Primero, porque se trataba de una novela inédita del fallecido escritor José Donoso; luego, porque el presentador era el ex presidente Ricardo Lagos, permanente foco de atención de la prensa.
Sin embargo, la noche de ayer fue sin dudas para el reconocido autor, que con la novela "Lagartija sin cola" amplió a 20 la lista de sus libros publicados, y logrando lo que pocos: Continuar satisfaciendo el apetito de novedades de los lectores, once años después de su fallecimiento (7 de diciembre de 1996).
La jornada la abrió la hija del escritor y principal difusora de su obra, Pilar Donoso, quien encontró los manuscritos en un fárrago de documentos de la Universidad de Princeton, bajo el nombre de "La cola de la lagartija". Al leerlos, asegura que de inmediato descubrió un relato que, tras el ficticio nombre de Dors, se situaba en el pueblo en el que pasó parte importante de su infancia junto a su padre: La localidad española de Calaceite.
"Fue una de las épocas más activas y productivas de mi padre", dijo sobre esos primeros años de la década del 70, período que fue coronado con "La cola...".
La obra fue analizada por el académico peruano y experto en la obra de Donoso, Julio Ortega, quien destacó al autor como "el más importante novelista chileno".
Ortega destacó la "anticipación extraordinaria" del escritor, al haber contado en el año 72 la historia de un pintor que quiere renunciar al arte, por considerarlo "mercantil y degradado", en uno de los nudos que estructuran el argumento de "Lagartija sin cola".
Una anticipación de 35 años que también destacó Ricardo Lagos, al señalar su sensación de haberse encontrado con una historia sobre "una globalización que arrasa con todo", a través de la llegada de la modernidad a Dors.
Lagos destacó además una poesía en el relato que calificó como "francamente notable", y que reflejaría que "el enamoramiento de Donoso con Calaceite debe haber sido muy profundo".
Su intervención puso fin a una sencilla noche en que Donoso volvió sin contrapesos, pese a las sillas vacías y a las ansias de algunos por hablar de encuestas y de bacheletismo-aliancista a la salida con el invitado principal —que, por cierto, de eso no habló ni media palabra—.
