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Vivaldi para comenzar

Es bueno que una universidad tenga conjuntos de extensión. Pero el trabajo que se le viene al maestro Guido Minoletti para lograr una categoría acorde a su prestigio es de envergadura.

19 de Noviembre de 2007 | 12:17 |
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El director Guido Minoletti está al frente de las nuevas agrupaciones de la Universidad Alberto Hurtado.

El Mercurio

No podemos menos que sentir una inmensa alegría ante la noticia de la creación, bajo el alero de la Universidad Alberto Hurtado y del Instituto de Música de Santiago, de las carreras de Pedagogía en Música y Licenciatura en Música.

Esta alegría se sustenta en la trayectoria del Instituto creado por Silvia Soublette, institución de notables aportes a la música en cuanto a la investigación y estreno de obras, así como en la solvencia que día a día muestra la Universidad de los jesuitas en el ámbito académico y cuyo Rector es el Padre Fernando Montes. Esperamos que esta escuela llegue el llenar el vacío que muestran las mallas curriculares de otras escuelas que forman profesores de Educación Musical.

Luego de los discursos de la instalación de la nueva Escuela, se procedió a la interpretación del bellísimo “Gloria” del maestro veneciano Antonio Vivaldi, a cargo de los recién creados Coro y Orquesta de Cámara de la Universidad Alberto Hurtado, dirigidos por Guido Minoletti.

Los roles solistas los asumieron las sopranos Janet Pérez y María Teresa Domínguez sopranos y la contralto Nedda Cifuentes, todas con estudios musicales en el Instituto de Música de Santiago. En cuanto a la interpretación, nos deja certezas y dudas. Las primeras llegaron con la solidez en lo vocal del Coro de Cámara, (trece integrantes, incluidas las solistas). Minoletti es un director de vasta experiencia en lo coral, por lo que su mano fue evidente, con el plus que los integrantes, pertenecían al coro del Instituto de Música.

Otra certeza fueron las solistas, que mostraron una técnica segura, musicalidad y hermosas voces. En cuanto al estilo, se podría discutir, pero esto es cuestión de tiempo, y de estudio. Todavía son bastante jóvenes.

Pero la Orquesta de Cámara (doce integrantes) fue sin duda lo más débil. Aún requieren un trabajo bastante grande. Todavía no entienden los gestos del director, propios de un director de coros, lo que produce continuos desajustes de tempo. Además deben cuidar la afinación y afiatarse sonoramente en las articulaciones, que son en general muy confusas.

El logro mayor estuvo en el primer coro (“Gloria”), donde las voces y los instrumentos sonaron bastante homogéneos. En el siguiente (“Et in terra pax”) fueron evidentes los fraseos del coro, tanto como la dureza de la orquesta, sobre todo en el contratema de los violines.

El dúo de sopranos (“Laudamus te”), destacó por la precisión de las solistas, con diálogos muy bien resueltos. En la orquesta ya fueron evidentes los desajustes en tempo. El siguiente (“Gratias”) fue sólido en general, pero el fugado que le sigue (“Propter magnam”) sufrió bastantes desajustes, aunque debemos destacar las hermosas voces de las contraltos del coro. El aria (“Domine Deus”) para soprano con oboe obligatto, se inició con una gran confusión entre el oboe y el chelo, destacando la seguridad de Janet Pérez la soprano, quien consiguió luego hermosos diálogos con el oboe.

En el “Domine Fili”, la dureza de la orquesta, así como sus confusos fraseos, influyeron en le rendimiento del coro, que cantó duramente. El aria para contralto con coro (“Domine Deus, Agnus Dei”), estuvo a punto de fracasar, debido la desafortunada  actuación del chelo, errático en tempo y en afinación. Creemos que eso influyó en lo inexpresivo del canto de la solista, que tiene un hermoso timbre.

Luego de un inicio desafinado del “Qui tollis”, tanto coro como la orquesta lo concluyeron de gran forma. El aria para contralto (“Qui sedes”) fue cantada en forma muy expresiva, a pesar de la poca claridad de la orquesta.

Los números finales (“Quoniam” y la fuga “Cum Sancto”) resultaron bastante duros en el canto, y en la fuga la orquesta no encontró nunca el rumbo, dejando muy al descubierto al coro. Fueron situaciones que le restaron brillo a la conclusión de una de las bellas obras de la literatura coral.

Estos son conjuntos nuevos, principalmente la orquesta, y como es bueno que una Universidad tenga conjuntos de extensión, el trabajo que tiene el maestro Guido Minoletti para lograr conjuntos según su prestigio, es de envergadura.

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