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Conservadores lanzan campaña contra la película "La brújula dorada"

Los grupos acusan a la cinta infantil de "conducir a los niños al ateísmo" y temen que la adaptación de los siguientes libros de Philip Pullman sean aún más explícitos.

28 de Noviembre de 2007 | 08:59 | EFE
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Una de las escenas de ''La brújula dorada'', que el 13 de diciembre se estrena en Chile.

New Line Cinema
LOS ANGELES.- La Liga Católica de Estados Unidos ha lanzado una campaña en contra de "La brújula dorada", una superproducción dirigida al público infantil que adapta el primer tomo de la trilogía de Philip Pullman "La materia oscura", y que ha sido acusada de "conducir a los niños al ateísmo".

La película, que se estrena mundialmente la próxima semana, está protagonizada por Nicole Kidman y Daniel Craig y, como el libro del que es adaptación, "Luces del Norte", retrata un mundo paralelo en el que unas criaturas llamadas "daemons" portan el alma de las personas.

La polémica surge a raíz de que en ese mundo imaginario, el poder está en manos del Magisterium, una orden religiosa que ahoga la individualidad y controla las almas de los niños, actitud contra la que se erige la pequeña Lyra Belacqua, poseedora de la brújula dorada que da nombre a la película que contiene la verdad suprema.

La Liga Católica de Estados Unidos contempla esta premisa como una voluntad, por parte de Pullman, de "promover el ateísmo y denigrar la cristiandad a los ojos de los niños", según explica en su página web su presidente, Bill Donohue.

El colectivo "pide a los cristianos alejarse de esta película, porque sabe que el film incitará a leer los libros: Padres ingenuos que llevan a sus hijos a ver la película pueden ser impulsados a comprar los tres libros como regalo de Navidad".

Así, es la difusión que otorgaría el éxito del film al material literario lo que preocupa a los conservadores más que el contenido de la propia película, que los estudios New Line -que ha invertido alrededor de 150 millones de dólares en la película- se han encargado de enfocar a un público mayoritario.

La "amenaza" futura

No obstante, con el anuncio de la productora de que, si la taquilla apoya este filme, se realizará la adaptación de la trilogía completa, la Liga Católica avisa de que las secuelas serían más dañinas para la comunidad religiosa.

"El segundo libro es más explícito en su odio al cristianismo que el primero, y la tercera entrega es si cabe más flagrante. Como 'La brújula dorada' está basada en el menos ofensivo de los tres libros (...) algunos se preguntarán por qué los padres deberían ser cautelosos con la película", agregó.

Frente a esta campaña de oposición -que incluye la venta por teléfono e internet al precio de cinco dólares el informe "La brújula dorada: propósitos desenmascarado"- el equipo de la película se ha defendido con moderación.

Daniel Craig, que interpreta en la película al aventurero Lord Asriel, expresó al diario británico The Times que "hay un derecho básico a discutir esas cosas, sobre todo si se tiene en cuenta cómo va el mundo. Todo lo que decimos es que hay que poder discutir acerca de la fe".

El escritor, por su parte, explicó en el programa de la NBC "Al's Book Club" que en sus libros se traslada su opinión de que "la religión es mejor cuanto más lejos está del poder político (...) A veces, la gente piensa que si algo está hecho en nombre de la fe o la religión, debe de ser bueno. Por desgracia, eso no es cierto".

La trilogía "La materia oscura" -formada por "Luces del norte" (1995), "La daga" (1997) y "El catalejo lacado" (2000)- entronca en la tradición de alegorías fantásticas de Tolkien -"El señor de los anillos"- o C.S. Lewis -"Las crónicas de Narnia"- y su primer volumen fue elegido por los británicos, según un sondeo de las librerías Waterstone, como el tercer mejor libro de los últimos veinticinco años.

Philip Pullman, por su parte, siempre ha mostrado una actitud combativa contra las censuras impuestas por la religión y así, en febrero de 2006, se manifestó junto con otras personalidades de la cultura londinense, para reclamar la abolición de las viejas leyes británicas contra la blasfemia que protegen a la Iglesia Anglicana.

Ante estos nuevos ataques, Pullman, en su página web, sentencia con ironía: "No sé si existe Dios o no. Nadie lo sabe, digan lo que digan (...) Si se mantiene invisible, es porque está avergonzado de sus seguidores y la crueldad e ignorancia de las que hacen uso en su nombre. Si fuera él, yo no querría tener nada que ver con ellos".
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