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"Mi travestismo es sólo un pequeño matiz"

La drag queen más famosa de España llega a ratificar su silencioso, pero sostenido éxito en Chile. En su segunda visita en menos de un año la cantante ofrecerá tres shows y lanzará disco.

13 de Diciembre de 2007 | 09:58 |

Como es de suponer, la española La Prohibida no se llama La Prohibida. Ése es simplemente el pseudónimo con que se hizo conocida Amapola, la mujer que da vida a la cantante y que, en realidad, tampoco se llama así.

Amapola nació como Luis, que es el hombre que da vida a la mujer que da vida a la artista, pero que ahora yace en lo profundo de una llamativa cabellera rubia y de gruesas capas de maquillaje. Una personalidad que comenzó a fraguar ya en su adolescencia, con sus primeros shows como travesti en diversos clubes de España.

Esto, que para algunos puede sonar a divertimento, a número cuasi circense, para Amapola es de lo más serio y natural. Así, trabajó como cualquiera con aspiraciones de artista y ahora, de la mano del electro-pop y del bolero de cantina, tiene a su alter ego La Prohibida convertida en toda una pequeña estrella.

Tanto, que hoy se encuentra de visita en Chile por segunda vez, para ofrecer un show en Valparaíso y dos en el Club Miel, pese a estar editando recién su primer disco (Flash, 2005) en nuestro país.

Según ella, todo se lo debe a internet. "Ahora la cosa ha cambiado, ya no necesitas un jefe de prensa impresionante. En tu casa puedes conocer a todo el planeta Tierra, y eso es una revolución, para mí, mejor que la revolución sexual. Es una revolución cultural", dice.

-De hecho en tu fotolog hay muchas opiniones de chilenos, ¿te llamó la atención en un principio?
-Pues mucho. Luego me enteré de que Chile es un país en que gusta mucho el pop, así como Argentina es más rock. Ya me fui dando cuenta de cómo eran las cosas, de los gustos de los chilenos. Acá gusta mucho el electro, el pop, entonces vi que podía encajar. Pero fue poco a poco. Y en mi fotolog está, ves que pones una foto y el 80% de los que opinan son chilenos.

-¡80 por ciento!
-Yo creo que sí. Además se reconocen porque tienen una forma de escribir... Te das cuenta que son de Chile, está clarísimo.

-Además de tu música, pareciera que quienes te siguen ven en ti un estilo, una estampa de apertura y desprejuicio. ¿Crees que tienes algo de eso?
-No lo sé, se puede ser liberal para unas cosas y para otras no. Desde luego, siendo yo un travesti, un hombre que se viste de mujer, de repente dices 'evidentemente no le voy a gustar a cierto tipo de gente, pero a otro sí'. Pero también tengo admiradores que tienen edades muy dispares y formas de ser muy diferentes. Hay que ser un poquito abierto, pero tampoco tanto, porque lo que tengo de especial qué es: que me visto de mujer. Y no hay más, ya está. En el fondo es solamente un pequeño matiz.

-Pero ese matiz llama mucho la atención. Los medios, por ejemplo, te buscan tanto para hablar de música como para hablar de travestismo y homosexualidad.
-Sí, es verdad, pero cada vez me buscan más para hablar de música.

-¿Y qué te dice el que también te busquen por esos otros temas?
-Me parece bien, todo lo que sea informar me parece estupendo. Es como una amiga mía, que se llama Roberta, que es cantante y escritora, y que es transexual. En sus entrevistas siempre le preguntaban algo del transexualismo. No está mal, siempre que eso no sea lo principal, porque para hablar de eso siempre hay gente que seguramente está más capacitada. La mía es una opinión más, de persona homosexual, pero a lo mejor hay colectivos que pueden informar de una forma más global y completa que yo. De todos modos está bien hablar de esto, que la gente se informe. Pero mi trabajo está más por el lado musical.

-Y en lo musical, en tu personaje, ¿hay algo de tomar todo esto de una forma un poco más natural, menos grave?
-Es que el que yo sea travesti y que cante es como que haya cantantes de hip hop, rubias o de un pueblo determinado. Yo soy travesti, pero no me diferencio en nada: Ni mis discos, ni mi forma de promocionarme, no soy nada diferente a cualquier otro artista. Mi trabajo es igual que el de cualquier cantante, no hago cosas diferentes. Yo llego al escenario, me tomo en serio mi show y bromeo como cualquier cantante. El travestismo es un matiz. El mío es un show de cantante. Canto mis canciones y ya está.

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