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"La Cantata tiene un alma súper rockera"

Son Chancho en Piedra y músicos jóvenes de Inti-Illimani Histórico y Quilapayún, y este jueves estrenan una versión con instrumentos de rock para el histórico disco Cantata Santa María de Iquique (1970), original de los propios Quilapayún. "La Cantata es conocida, pero no ha cruzado una generación que está desenterada de su propia historia", dicen.

19 de Diciembre de 2007 | 15:19 |

El nombre es largo pero exacto, con un orden y un detalle establecidos. El bajista Felipe Ilabaca lo despliega: "El proyecto se llama Luis Advis, Cantata Rock Santa María de Iquique, cien años después, con Chancho en Piedra, Ismael Oddó y Caíto Venegas de Quilapayún, Camilo Salinas y Fernando Julio de Inti-Illimani Histórico", dice, con cuidado de no olvidar ni un elemento.

-O Chanchintipayún -resume el mismo Ilabaca, en medio de uno de los ensayos con que ocho músicos y un actor preparan esta nueva versión para la Cantata Santa María de Iquique (1970), un disco inspirado en la matanza obrera iquiqueña de 1907 y grabado por el conjunto Quilapayún sobre una obra del compositor Luis Advis, que es uno de los emblemas del movimiento de la Nueva Canción Chilena.

El elenco estrenará el trabajo este jueves 20 a las 20 horas en la Plaza Bulnes de la capital, gratis y al aire libre. Son Ismael Oddó, Pablo KVZon Ilabaca y Ricardo Caíto Venegas (guitarras), Camilo Salinas (órgano y piano eléctrico), Eduardo Lalo Ibeas (teclados), Fernando Julio (contrabajo), Felipe Ilabaca (bajo), Marcelo Toño Corvalán (batería) y el actor Patricio Pimienta (relatos), de la compañía La Patogallina y del programa de TV "El club de la comedia".

Los cruces al interior de la formación son diversos. Toda la banda de funk y rock Chancho en Piedra está incluida. Oddó y Venegas son hijos de Willy Oddó y Ricardo Venegas, integrantes originales de Quilapayún. Y Salinas es hijo del director y fundador de Inti-Illimani Histórico, Horacio Salinas. Tal como todos se pasan la voz en la obra, hablan aquí a coro de esta nueva versión de la Cantata Santa María.

-Es una obra tan genial y completamente concebida que fue bien unánime la decisión de estudiarla tal como es, y orquestarla en 2007, con los instrumentos que nosotros utilizamos -dice Salinas-. Se agregó la batería, se profundizaron los ritmos un poco, pero armónicamente no hay nada que hacerle.

-No es una obra ultra conocida como para hacerle cambios -coincide Lalo-. Si fuera algo que todo el mundo conoce te das la libertad de transformar y hacerlo a tu manera. Pero la intención es rescatar la música original y acercarla al público nuevo, a la nueva generación.

-¿En los instrumentos sí está el cambio?
Venegas:
No hay ningún instrumento folclórico.
KVZon: La obra (original) tiene dos quenas, y con Camilo y Caíto hacemos los sonidos de las quenas con guitarra eléctrica y (órgano) Hammond. Es entretenido porque cambia el timbre drásticamente, con harto criterio y la aprobación de todos.
Toño: La Cantata tiene un alma súper rockera.

La electrificamos completamente

Por separado y sin saberlo, Camilo Salinas y KVZon tuvieron la misma idea el año pasado: hacer una nueva versión de la Cantata Santa María de Iquique. Fue Ismael Oddó quien hizo el puente entre ambos, y el grupo empezó en marzo un taller para aprender la obra.

-Después llegamos a la sala de ensayo y la electrificamos completamente -resume KVZon. "Pensamos que con la electricidad, los efectos, podemos subrayar ese ambiente pampino, desolado, desesperado, trágico y dramático", argumenta Felipe Ilabaca, su hermano. "Lo tenemos bien claro. Antes de ver qué había que hacer, nos fuimos dando cuenta de qué no había que hacer", agrega Salinas.

-¿Qué no había que hacer?
Ilabaca:
No había que taquillizar lo que no es taquilla. Es fácil caer en el formato de banda de rock y en cosas muy poperas. Por eso nos agarramos de la partitura y respetamos la armonía. Y lo otro que no había que hacer era, por ser rockera, meterle speed metal a todo. Hay algunos detalles que cambiamos, pero que sólo van a notar los que son muy entendidos en la obra
Oddó: Los Quilapayún (risas).

-¿Se prestaba para poner batería en algunas canciones?
Toño:
Algo que hablamos con Ismael es que no sonara tanto a Los Jaivas tampoco, porque el compás de 6/8, o 3/4, sin querer te llevaba para allá, a las baterías de Gabriel (Parra, baterista de Los Jaivas).

-¿Más si hay una guitarra a lo Gato Alquinta?
Salinas:
Ese elemento también lo ocupamos con fundamento. Una quena tenía que ser tocada en la guitarra a lo Gato Alquinta, con ese estilo propio de él. Ahora, anda a saber si el Gato alguna vez se propuso imitar una quena con su guitarra. No le alcancé a hacer la pregunta. Pero en unos años más se lo voy a preguntar.
 
-¿Cómo resolvieron los relatos?
Oddó:
Pato Pimienta se enamoró del proyecto a pesar de tener cincuenta mil compromisos y ahora está metido en el mismo cruce de una historia verdadera, contada hace cuarenta años, pero con una lectura nueva a través de una interpretación rockera.

-¿En las voces siguieron el patrón de Quilapayún en el original?
Oddó:
Luis Advis diseñó la Cantata especialmente para el Quilapayún. Conocía al conjunto con exactitud, sabía que había dos guitarras, un charango, dos quenas, un bombo. Es una obra para esa orquesta.
Venegas: Sabía que algunos eran barítonos, otros eran tenores, el registro vocal de cada uno.
KVZon: ¿Cómo se las enseñó Luis Advis? ¿Se las pasó en partituras?
Oddó: No, ninguno leía (música). Fueron a la casa de mis abuelos, que era la única que tenía piano, y ahí se las mostró. Después, en el departamento de Luis Advis, como era pequeño, entraban de a uno para que él les enseñara a cada uno sus voces, y así se montó. En dos semanas.

-¿En cambio en este grupo hay más gente que lee música?
Oddó:
Todos leen.
KVZon: Pero luego viene la contraparte de aprender esta obra por partituras, que es dejar los pañales, interpretar y soltarte al aire, en el espacio donde se mueve la música.
Salinas: Aquí hay cantantes, unos más, unos menos quizás, aunque no tenemos esos registros vocales ni las tremendas voces de los Quila. Pero decidimos interpretarla desde nosotros, y va agarrando nuestra propia textura, que es una forma también de interpretar.

Juanitos con poncho negro

"Está el caso de Ismael, que lo primero que escuchó cuando nació fue la Cantata, hasta el caso de nosotros, que también ocupamos nuestro instinto popular" dice Camilo Salinas a propósito de los distintos acercamientos al disco. "Con Ismael siempre hablábamos, cuando más jóvenes, de hacer algo nuevo con esta obra, de hacer algo más electrónico, más funk", agrega Caíto Venegas.

-¿Cuándo recuerdan los demás haber escuchado el disco?
Ilabaca:
Los viejos nuestros coleccionaban discos y entre ellos estaba la Cantata. Nos quedó marcado desde chicos. El hecho de tener un vinilo y escuchar una música tan elevada siempre para los pelos. Era una manera de interpretar la música chilena que no veías en ninguna parte. Nadie más cantaba con esa fuerza y con esa rabia de los Inti o los Quila. Preguntábamos de qué se trataba, y me acuerdo exactamente de cuando nos contaron lo (del golpe militar) del '73.
KVZon: Era algo peligroso. Después el papá contaba que ese disco lo cosieron entre las cubrecamas, escondieron hartos discos de los Quila, de Inti. Lo que yo más recordaba era (la canción) "Vamos mujer". Después vas creciendo, vas al colegio, escuchas otra música, el rock te invade. Pero estudié música en la escuela de la SCD, donde Luis Advis era profesor, y en una clase él explicó cómo había hecho "Vamos mujer". Fue un flashback increíble.
Lalo: Soy el último en haberla escuchado, hace un par de años. De hecho soy el único que tiene una aproximación digital, y más intelectual que sentimental. La grabé en el iPod, y antes de escucharla pensaba que no había una obra chilena "conceptual". Es una de las pocas historias contadas desde el punto de vista de los perdedores.

-¿Qué plantes tienen para después del estreno?
Salinas:
Es un megaproyecto, aprovecharse de los cien años (de la matanza) y hacer esta obra popular a través de los Chancho en Piedra, que tienen un público más juvenil. Como se quemó el master, como la dictadura no la difundió, era un buen pretexto para mostrarlaa. La idea es hacer una gira, moverse por Chile, que es ojalá lo que se desencadene hasta el próximo año. Golpeamos todas estas puertas para pedir plata y todos la encontraban "muy comunista". Estamos hablando de una historia humana, chilena, de hace cien años, pero anda a saber tú… de todos modos lo vamos a lograr, porque la trabajamos con esa fe.

-¿Es un estímulo extra que aparezca como peligrosa para esa gente que la encuentra "comunista"?
Salinas:
Bueno, es el miedo que hay que tener a esa gente.
KVZon: A mí el miedo que me da es que fue compuesta en el año 70, y la letra dice que es Chile un país tan largo y que quizás mil cosas sucedan de nuevo como estas, y en el 73 sucedió. Eso es lo fuerte de interpretar la obra, que ha habido injusticias populares a lo largo de toda la historia del hombre.
Oddó: Ésa es la gran fuerza, además de lo musical: el mensaje es un llamado a la unidad en una concepción humanista. Finalmente esta obra se montó igual con estos medios y con el amor y el sentimiento que cada uno tiene. Así fue originalmente: Advis y los Quilapayún montaron algo con lo que no sabían qué iba a pasar. Pero justo la sociedad chilena estaba viviendo un momento de éxtasis social, y después la obra encontró un eco distinto durante el exilio. La Cantata es conocida, pero no ha cruzado una generación que está completamente desenterada de su propia historia.

-Los Chancho en Piedra conocen mejor que nadie a su público. ¿Les va a gustar la Cantata a sus fans?
Lalo:
Todas las generaciones nuevas quieren imponer su arte de cero, no hay continuidad artística en los movimientos culturales chilenos. Falta ese link y lo estamos haciendo hace harto tiempo, de que la gente disfrute a Tommy Rey, disfrute a los Inti, ahora a los Quila, de que la continuación natural de la música no se quiebre.
KVZon: A los que les gustan los Chancho les va a encantar esto. Sobre todo para nosotros es importante, porque estoy seguro de que el Caíto, Ismael, Fernando y Camilo están acostumbrados a interpretar una música más "comprometida", saben a qué público llega ese mensaje. Los Chancho tienen una misión al habernos puesto esta camiseta, que es contarle a esa gran masa que dice Ismael, decirles "Chiquillos, aquí han pasado cosas súper importantes, la matanza, la concepción de esta obra maravillosa". Estamos haciendo un doble homenaje, a los muertos y a Luis Advis con los Quilapayún. Al público de nuestra música le va a encantar ver cómo Chancho se reinventan otra vez gracias a nuestros amigos y a la obra de Luis Advis.

-¿Van a llegar chanchos juanitos al concierto?
Lalo:
Con poncho (risas).
Salinas: Avisemos que les pongan poncho negro a los chanchos.

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