BARCELONA.- El polifacético director de cine estadounidense, Woody Allen, encandiló anoche al público de Barcelona, durante un concierto en el que actuó acompañado por su New Orleans Jazz Band.
De la mano de su clarinete, Woody Allen hizo las delicias de las casi dos mil personas que llenaron el coliseo operístico barcelonés del Liceo.
Allen salió al escenario sobre las 20:00 horas, vestido sobriamente con pantalones claros y un jersey negro que se quitó tras el primer tema, para quedarse en mangas de camisa.
En la primera canción del concierto, Allen, que tocaba en el centro del escenario, era el único músico iluminado, de modo que sus compañeros aparecían casi en blanco y negro.
Tras la segunda canción, en la que todos los músicos, ya bajo la luz de los focos, tocaron un solo, a modo de presentación, el cineasta se dirigió al público para felicitar el Año Nuevo, les pidió que se relajaran y añadió, entre las risas del público: "voy a intentar durante el tiempo que dure el concierto tocar lo mejor que pueda".
En el escenario se encontraban el batería Rob García, el pianista Conal Fowlkes, el bajista Greg Cohen, y delante de ellos Woody Allen, el director musical y banjo Eddy Davis, el trompetista Simon Wettenhall, y el trombonista Jerry Zigmont.
Al final del concierto, que tuvo su concesión latina con el tema "Para Vigo me voy", Allen se volvió a dirigir al público para decir que "es un placer estar aquí y éste es mi homenaje particular a Barcelona, ciudad en la que toco por cuarta vez".
Al concierto en el Liceo seguirán otras tres actuaciones en España, en las ciudades norteñas de San Sebastián, La Coruña y Santander.