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Una bailarina, un músico y un actor estrenan hoy perfomance con enfrentamiento de roles

Creada colaborativamente, Shoshin-El Elefante Secreto es una perfomance que usa el cuerpo y la música como principales medios expresivos. Se estrena hoy en el Teatro San Ginés.

16 de Enero de 2008 | 11:55 | Carlos Valderrama, El Mercurio Online

SANTIAGO.- Todo empieza donde termina. Quizá esa sea la frase que sintetiza lo incondensable, aquello etéreo que se manifiesta en la trascendencia del arte. Y quizá sea esto lo que ocurre en un fragmento de la obra Shoshin ("mente de principiante")- El Elefante Secreto, porque en el trasfondo de toda escena subyace la forma del comienzo y recomienzo, "del encuentro y desencuentro", como dice Elías Cohen, hijo de Alejandro, uno de los cuatro integrantes del colectivo Ensamble Kim que monta esta performance en el Teatro San Ginés.

En una escena de la obra, que tiene su primera presentación hoy, el violoenchelista alemán Willem Schulz, vestido de rojo, se acerca a Cohen como cortando el aire de manera sucesiva con un arco de violonchelo, cuyo instrumento sostiene Cohen con sus dos brazos como a un bebé.

En un momento el alemán se apropia del violonchelo y empieza a frotar el arco sobre el instrumento, girando sobre su propio eje. Cohen intenta atacar al músico e ir hacia su presencia, pero cae a cada movimiento con la fuerza etérea de la melodía que se materializa progresivamente con una intensificación del giro y de la interpretación musical.


Shultz señala que no pretende ser otra cosa que no sea un músico. Ocupa su cuerpo como una extensión mayor que contiene a su instrumento, generando una compenetración con los otros performens.


Aparece en el escenario la maestra japonesa de butoh Minako Seki, vestida de blanco y con la luz más tenue, manejada por el alemán Nils Willers. Se incorpora caminando por el escenario en línea recta desde el fondo del escenario, levanta los hombros y se desplaza con una suavidad propia de la mujer preocupada de los detalles, "como en el bonsai", según afirma Seki.


La obra parte del principio el "Shoshin" de la tradición japonesa del zen. La idea que propone es la de una percepción siempre nueva, en donde cualquier elemento que convoque la atención, lo hace como apareciendo por primera vez, en un permanente acaecer del origen con una mente despejada.  


Cohen dice que la performance trata "de la historia de una mujer sin gravedad, que tiene un admirador profundo, el cual la busca por mar y tierra y pasa por una serie de obstáculos hasta finalmente encontrarla". Define el trabajo que realizan como teatro físico y danza experimental, con la  colaboración de la música, "como un ensamble", dice.


La performance se desarrolla a la manera de escenas sucesivas, sin diálogos, acompañada de la música del violonchelo y de la luz que marcan los tiempos y ritmos. Se caracteriza, además, por las interpelaciones que se realizan de diferente manera los tres que aparecen en escena, con movimientos y danzas arreglados de forma conjunta.


La coreografía corre a cargo de Minako Seki. Ella define la obra en términos estéticos relacionándola "con la observación de lo humano, con la naturaleza, con el espíritu". Indica que detrás de la puesta en escena hay una búsqueda del refinamiento y de las mejores formas con las que expresar una sensación y una atmósfera particular.


La performance hace su aporte, según Cohen, al generar "un espacio psíquico en el espectador, en donde se puede echar a andar otra facción del cerebro que vuelve a lo sensible, al detalle espiritual  de las cosas".  Por su parte, Seki dice que la contribución es la de un trabajo multicultural, con un mensaje de culturas distintas que se encuentran en un mundo global.


Deseo, coqueteos, enfrentamiento, machismo y vanidad son algunos de los elementos que el público asistente podrá reconocer en Shoshin – El Elefante Secreto, desde hoy y hasta el domingo 20, en el Teatro San Ginés. Una obra que busca su contemporaneidad en la necesidad del hombre actual de encontrarse con la naturaleza en su más amplio sentido. Sin embargo, pese a que la performance pretende lograr esto, es el juicio crítico del público el que derivará en una nueva aproximación a lo real y en la generación de su propia percepción.

Teatro San Ginés (Mallincrodt 76)
Miércoles 16 al domingo 20 de enero.
Miércoles, jueves y domingo 21 horas
Viernes y sábado 22:00 horas.
$7000 general y $3500 estudiantes
Reservas al 738 2159 / 732 8666