Tito Beltrán en casa y en familia. Ahora quiere comenzar ''una nueva vida''.
Expressen.se
SANTIAGO.- Tito Beltrán está comprometido con mostrar su verdad, aquella que contradice todas las acusaciones que se hicieron en su contra durante los cuatro días que duró el juicio por abuso sexual en la corte de Ystad, que ayer resolvió dejarlo libre al menos hasta que se conozca el fallo el próximo 12 de febrero.
Esa misma noche, Beltrán pudo reencontrarse con su hijo de 4 años -a quien no veía hace dos meses- y con su esposa Jenny, quien siguió todo el procedimiento judicial muy cerca al cantante lírico nacional. Lejos de esconderse, el artista abrió las puertas de su hogar al diario Expressen, que pudo presenciar el momento del reencuentro.
"Cuando mi abogado hizo su exposición final, miré al jurado y al juez. Vi en sus reacciones de que se dieron cuenta que esto es una caza de brujas contra mi", afirmó el cantante, seguro de que su verdad prevalecerá. "Mi conciencia está limpia y confío en la justicia", afirmó.
Beltrán se refirió a las múltiples denuncias previas que ha debido sortear, aunque ninguna de ellas llegó a un procesamiento. "Voy a ser completamente honesto: no soy el hijo más bueno de Dios. No he sido un santo. He engañado a mi ex esposa y he tenido otras mujeres", confesó, pero luego subraya firme: "he sido un Casanova, un Don Juan, pero nunca he abusado de alguien".
Respecto al futuro que lo espera, este se divide en tres caminos: su destino judicial, familiar y laboral. Respecto a los dos primeros, está tranquilo: "Quiero esperar el veredicto y hasta entonces vivir una vida normal. Sólo quiero tomar el auto y recoger a mis pequeños muchachos. Yo extraño mucho a mis otros hijos", afirma en referencia a los niños que tuvo en su anterior matrimonio.
Beltrán no quiso confirmar si saldrá de Suecia una vez que acabe todo. "Prefiero no responder esa pregunta. Fui puesto en prisión porque la fiscal dijo que yo me escaparía del país y me escondería en Chile. Así que lo diré una vez que esté el veredicto", dijo al Expressen. En todo caso, no sería extraño asumiendo las amenazas que habría recibido su familia. "Nazis amenazan a mi familia. Cartas de amenaza dicen 'el infierno sólo ha empezado'", reveló.
Tampoco su futuro laboral está muy claro, ya que él ha insistido que el caso ha arruinado gran parte de la proyección que tenía. "Esto ha salido a todo el mundo. Había tenido conversaciones desde Alemania, España e Italia. En Italia de hecho ya estuve una vez. Ahora, después de esto, ya sé que no", contó resignado.
Anoche Beltrán celebró su liberación junto a su esposa, hijo y un puñado de amigos cercanos que se dieron cita en su casa en Gotemburgo, a donde se trasladó directamente tras salir de la corte de Ystad.
