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We were dead before the ship even sank

25 de Enero de 2008 | 23:38 |
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Modest Mouse no importaría más ni menos que las decenas de buenas bandas estadounidenses desenvolviéndose hoy en el peculiar circuito indie-multinacional, de no ser por la ventaja comparativa que ahora les da tener en sus filas al mejor guitarrista que trabajó en Inglaterra durante los años '80.

De cómo llegó el muy británico Johnny Marr (The Smiths) a este grupo de Washington es una historia larga de contar, pero no del todo sorpresiva: el auditor nostálgico de la fenecida sociedad entre Morrissey y Marr debe saber que el guitarrista viene de integrar una seguidilla de bandas que incluyen a Electronic, The The y The Healers. Modest Mouse no es exactamente "su" proyecto, sino otro de los grupos en los que el hombre definido alguna vez como el "héroe de la guitarra para quienes no nos gustan los héroes de la guitarra" ha elegido encauzar su talento: de igual a igual con músicos que le caen bien, que lo dejan ser, que no babean como groupies frente a sus dedos benditos.

Hay en este disco preciosos momentos pop, construidos con ingenio, con frescura, con una mirada amplia de lo que debe ser hoy la canción rock. ¿Ejemplos? "Dashboard", "March into the sea", "Florida"; esta última, una de de las tres canciones con coros del cantante de The Shins, grupo con el cual Modest Mouse sin duda comparte un enfoque creativo en el que los arreglos eléctricos luchan cuerpo a cuerpo con las estructuras conocidas: las desarman, las vuelven a armar y las cierran sin que el auditor pueda dejar de tararear. Modest Mouse funciona en ese terreno húmedo y necesario que hace encontrarse a la imaginación con la excentricidad, pero sin sesudos discursos analíticos a la redonda.

Sin embargo, también hay en este disco composiciones que se alargan en exceso y que, a veces, priorizan la irreverencia por sobre la melodía. We were dead before the ship even sank es un buen disco, pero irregular en comparación con su antecedente, el estupendo Good news for people who love bad news, de hace cuatro años. Quizás Modest Mouse ha cuidado en exceso sus recursos, sin velar por el resultado de conjunto. Quizás hubo apuro en la edición de un trabajo para una fanaticada por primera vez masiva. Como sea, nadie puede llenarse los oídos de Arcade Fire sin conocer, también, lo que hace en una veta muy similar esta banda con nombre de ratón y sonido de león.

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