A la compositora Claudia Stern le tomó un buen tiempo lanzarse en solitario. Hasta el momento en que salió Claudia Stern (2008), había estado refugiada en el proyecto Alkymia junto a su pareja musical y sentimental, Álvaro Taboada. Sin embargo, experiencia musical no le faltaba. Sus colaboraciones con artistas como Joe Vasconcellos y Cristina Gálvez, entre otros estaban precedidas por clases de canto con profesoras de la talla Arlette Jequier (MediaBanda, Fulano) o Inés Délano.
Para la cantante, la faceta de cantautora fue todo un proceso. El tema de componer letras supone una labor que define como cansadora emocionalmente “Me revelo demasiado, tienen muy poco de ficción. Cualquier coincidencia tiene que ver con la realidad”, explica.
“Hubo un trabajo de dejar de ser pretenciosa. No preocuparme mucho de lo que van a pensar de mí sino en ser honesta, en sacar todo afuera. Lo que termina pasando es que hay muchas contradicciones entre canciones pero son reflejo de momentos iluminados y pesimistas, cotidianos y profundos. Hice un esfuerzo de dejarlo así, de no maquillarlo”, detalla.
La placa homónima es casera, en el sentido de que se grabó en casa de Stern –“pero los equipos y la producción no son artesanales; Álvaro está ahí y trabaja con una meticulosidad impresionante”, aclara-, en compañía de su pareja y su hermano Fernando.
Nano Stern es reconocido por su trabajo en bandas como Matorral y Mecánica Popular. “Su participación en el disco fue natural. Siempre ha estado en nuestras grabaciones y yo en las de él. Y así con mi núcleo cercano: Álvaro (Taboada, el productor, coautor de canciones y guitarrista de la banda de soporte), Cristóbal Rojas (el baterista de la cantante, integrante de histórica Banda del Capitán Corneta y de los rockeros Mandrácula). El disco de Nano lo grabó en mi casa”.
-¿Crees que la idea que tenías previa a componer el disco se concretó?
-La intención era plasmar el aspecto de compositora de canciones y en ese sentido eso se concretó totalmente. No teníamos ideas preconcebidas de cómo queríamos que sonara ni sobre qué estilo. Cada canción es un tema aparte. Hay una reggae como “Luciérnaga”, otras más soul como “Casualidad” o más blues como “La ira”. No creo que sea una falta de línea porque en mi opinión el disco se deja escuchar de principio a fin. Eso hace que sea muy entretenido el show en vivo: paso por distintos estados de ánimo, ritmos y estilos y eso hace que la gente se mantenga atenta.
-Tus trabajos anteriores estaban relacionados con la música étnica. La etiqueta de World Music le complica a muchos músicos por su ambigüedad. ¿Que categoría te acomoda en Alkymia?
-Es una fusión de muchos estilos donde obviamente está el étnico. Se basó en muchos viajes: India, Nepal, Perú. Lo que me carga más es lo que está ligado a la idea de new age. La mayoría de esa música me carga. Hay mucha gente que se compra un teclado y empieza a probar los sonidos suavecitos y cree que eso es new age. Alkymia tiene elementos de jazz y de pop. Nos preocupamos de que las canciones tuvieran una estructura más allá de dos acordes suavecitos.
-¿Te sientes parte de alguna escena nacional?
-Ahora estoy tratando de entrar. Sin embargo, me encanta el tema de género que se está dando. Me gusta lo que hace la Nicole, la Francisca Valenzuela. Por otra parte, también lo de Magdalena Matthey. Me encantaría ser parte de todos los ciclos femeninos. Siento que mi música, a pesar de que está trabajada con Álvaro, es muy femenina, sobre todo en los textos, que no podrían haber sido escritos por un hombre.
-Eres profesora de la Escuela Moderna de Música ¿cómo es el trabajo de adoctrinar en la música?
-Trato de adoctrinar lo menos posible. En Taller de Canciones trato de dar el mínimo de reseñas. A mis alumnos solamente les doy posibilidades y los pongo en esquemas para que se den cuanta cual es el que usan inconcientemente de manera repetitiva. Sí los adoctrino en la autocrítica, que permite la reescritura que para mí es muy importante. Este ramo es el que más me identifica porque es el que creé yo, es mi fetiche.
-Otro de tus trabajos es componer para piezas audiovisuales y publicitarias, ¿cómo es trabajar por encargo?
-Es entretenido y más fácil. Requiere menos desgarre interno. Trabajar para otros es como hacer teatro uno se mete en el personaje. Si compongo para un dibujo animado uno se imagina que habla, cuales son sus temas, que ritmos le gustan. Es un juego muy entretenido y mucho menos cansador emocionalmente que ser honesta y escribir desde mi persona. El trabajo de Alkymia lo usó Lan Chile como música institucional por mucho tiempo. Aparece en documentales. Uno prende la tele y escucha la música de Alkymia.
-¿Qué elementos de tus referentes se reflejan en tu música?
-En lo musical es muy variado, desde música étnica originaria hasta Peter Gabriel. Es fuerte en cuanto a la sonoridad y la textura de los arreglos. Hay mucho de la música africana actual, el pop africano me encanta: Ali Farka, Richard Bona, Youssou N'Dour. También Björk, Tori Amos, Djavan, Milton Nascimento, David Sylvian, el gran Miles Davis.
-¿Qué artistas actuales te interesan?
-El que me tiene vuelta loca es Jorge Drexler, es para mi gusto el mejor letrista actual. De los artistas nuevos chilenos tengo a mis alumnos que me envían sus discos y voy a verlos. Entre ellos Los Tejado Pimiento, o la cantante Paz Court. También lo que hace Jeannette Pualuan y Kataix.
-¿Te interesa la difusión por internet?
-El disco se distribuye por el momento solamente por Suena.cl. Me interesa el formato de Internet porque es lo que viene. La venta de discos en tienda es algo que ha venido bajando y el pirateo tiene que tocar fondo en algún minuto.
-Ahora que estás enfocada en tu proyecto solista, ¿que pasa con Alkymia?
-Alkymia está listo para tocar en el momento que nos llamen. Estamos preparando una compilación con temas nuevos. Estamos en las dos cosas pero con más energía en mi proyecto solista por que es lo nuevo. Para mí, Alkymia y Claudia Stern son dos facetas de mí misma, cada una me da permiso para mostrar diferentes cosas. Alkymia es más profunda y solemne en la espiritualidad, tiene que ver con investigación en otras culturas. En cambio, Claudia Stern es más cotidiano, más suelto y más versátil en las temáticas.