PARÍS.- El cineasta francés Constantin Costa-Gavras sigue emitiendo juicios críticos que hacen ver la realidad, a día de cumplir sus 75 años. Hace poco señaló que el cine estadounidense sigue dando la pauta.
Desde hace más de 40 años representa en sus cintas opiniones y temas siempre controvertidos, como el holocausto y exterminio de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, la dictadura militar chilena o la forma de trabajo de las emisoras de noticias.
Costa-Gavras es considerado un cineasta político, una etiqueta que él personalmente cuestiona. "Primero deberíamos definir qué entendemos como política", afirma el director de cine. La conmemoración de su nacimiento la recibirá como presidente del jurado del Festival Internacional de Cine de Berlín-
Costa-Gavras ha filmado películas de suspenso político como "Z", por la cual ganó dos premios Oscar, y "Missing", que trata sobre el golpe militar en Chile, "Betrayed" (1988), sobre el tema del racismo en Estados Unidos, así como "Music Box", que se centra en los criminales de guerra nazis sumergidos en ese país.
Recientemente llegó a los titulares con la cinta "Amen", basada en una obra de Rolf Hochhuth, en la cual retrata el comportamiento del Vaticano frente a los crímenes del nacionalsocialismo.
En marzo próximo quiere comenzar con la filmación de su próxima cinta. Con "Eden is West" volverá a filmar por primera vez en casi 40 años en su patria, Grecia."Me alegra que se asegure que hago películas políticas", señaló el director, siempre vestido de forma elegante.
La efectividad de sus películas con el público causó el ataque de algunos críticos, para quienes el éxito comercial y la temática política son incompatibles. Pero también esto lo ve diferente Costa- Gavras: Su objetivo es que sus películas sobre asesinatos políticos y conspiraciones lleguen a la mayor cantidad de espectadores posibles.
No teme incluir emociones, porque éstas movilizan y hacen reaccionar a los espectadores.Por eso, Costa-Gavras se considera más bien como un "contador de historias", ya que esto "causa el mayor placer y los mayores dolores". "Un intelectual debe estar siempre en la oposición para que salga algo", asegura este antifascista, que emigró durante la dictadura militar griega a Francia y cuya propia vida se refleja en sus cintas.