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Una bailaora japonesa fusiona el flamenco con una popular leyenda nipona

Kumiko Mori lleva bailando flamenco desde hace veinte años en Japón y sueña con viajar para mostrar su danza de fusión.

12 de Febrero de 2008 | 09:17 | EFE

WAKAYAMA, Japón.- Una veterana bailaora nipona ha fusionado una de las leyendas más antiguas de Japón con el baile español por excelencia, el flamenco, en un espectáculo musical con rasgos de “kabuki” que espera llevar próximamente a España.


"Con mi corazón y mi sangre japonesa, adapto el flamenco y fusiono los dos corazones, el español y el japonés,” explicó a Kumiko Mori tras representar este lunes la obra “Anchin Kiyohime” en el teatro de Wakayama, oeste de Japón.


El flamenco es de sobra conocido en Japón pero pocos lo han mezclado con una leyenda nipona, cuyo trágico final transcurre además en este caso a pocos metros del teatro, en el templo "Dojo-ji”,  que data del siglo VIII y es el más antiguo de Wakayama.


Mori, profesora de la academia “La danza Andalucía,” ha combinado el flamenco con la trágica historia de la princesa japonesa Kiyohime y su prometido Anchin, con influencia “kabuki” o típico drama nipón.


Kumiko Mori empezó a bailar flamenco hace veinte años cuando por primera vez escuchó los ritmos de Vicente Amigo y se quedó prendada de esta música."Cuando le escuchaba, me imaginaba a mí misma bailando,” dijo emocionada poco después de la actuación.


Este lunes unas 1.500 personas pudieron ver en el teatro principal de Wakayama la única actuación de este grupo flamenco, en el que participan un músico español y otro brasileño, que ahora sueñan con repetir en Sevilla o en Madrid.


La leyenda cuenta que la enamorada princesa Kiyohime (Kumiko Mori) persigue obsesionada al que iba a ser su esposo, Anchin (el bailaor Masaki Tanigushi), quien poco antes de la boda decide pasar su vida en el templo “Dojo-ji” como monje.


Ella, aún con el kimono de boda que su prometido le regaló, le busca enfurecida y, desesperada, pide ayuda a los dioses, que la convierten en dragón.La joven “dragón” adivina que su novio se ha resguardado bajo una gran campana del templo y, al no poder contener su furia, el fuego que sale por su boca quema la campana. El fuego consume finalmente al amor de su vida y, a la vez, a ella misma.


Curiosamente, al espectáculo acudió como espectador un monje del templo “Dojo-ji” que aseguró que para él era un motivo de "orgullo” ver esa famosa leyenda combinada con el flamenco.La mezcla de lo japonés con lo español está presente durante todo el espectáculo: una gran pantalla con caracteres nipones guía en la historia mientras suenan la guitarra de Vicente Amigo, el piano de Manolo Carrasco y música tocada por Miguel Angel López, un español afincado desde hace diez años en Japón.