EMOLTV

Taulis

22 de Febrero de 2008 | 21:58 |

Es un efecto enigmático el que provoca de entrada este disco. Taulis es el nombre, y podría ser lo mismo el de un grupo o un solista. Luego es un hombre el que aparece detrás: el guitarrista, compositor y productor chileno Sebastián Wallerstein. Pero en la foto principal figura un dúo, porque también es parte de Taulis un cantante, Matías Oviedo, actor y además guitarrista del grupo de pop rock Bobo.

Y el efecto se prolonga por estas ocho canciones hasta descubrir que al final Taulis es casi una pequeña orquesta. Composición, arreglos, dirección y producción son tareas de Wallerstein, pero desde ese sitial el guitarrista extiende una convocatoria amplia a músicos como los pianistas de jazz Lautaro Quevedo y Roberto Monsalve, los guitarristas de jazz y rock Mauricio Rodríguez y Alejandro Silva o los bajistas de funk, jazz y todo terreno Roberto Trujillo y Christian Gálvez, entre otros. Son músicos de escuela aplicados con ese oficio profesional en este caso al pop elaborado con soul, funk y jazz.

Entre todos ellos se distinguen matices. Un segundo cantante es el músico Javier Barría, que contrapone su fraseo natural a la voz más intencionada de Matías Oviedo. Las notas del guitarrista Mauricio Rodríguez en "El plexo de los sueños" son un sello personal, bien ensamblado con el bajo de Christian Gálvez en una composición entre rock y jazz, como también lo son las armonías llenas de carácter de Lautaro Quevedo en el piano de "Tatuar el humo". Pero también hay líneas generales: la búsqueda de un sonido nítido y brillante es una. Las armonías del jazz sostienen todo el tiempo estas canciones. La base es un fondo soul dado por las armonías de los teclados y las voces sinuosas. Y a menudo hay varios elementos a la vez, cuando se oyen juntas las armonías de un piano y una guitarra, o el ritmo de una batería y de una base programada, o cuando en la primera canción se suceden una voz soul, bronces y guitarra flamenca. Esa canción se llama "La brújula" y es una música y un título que valen para todo este disco, en el que Taulis empieza a buscar su orientación entre varios puntos cardinales.