De DJ Bitman habla un crítico de The New York Times: Rob Walker seleccionó “My computer is funk” como una de las canciones de 2007. De Latin Bitman (2007), su segundo disco solista tras Sunset beats (2003), comentan en Billboard. “Tropilove” triunfa en la radios locales y “Éjale” figurará en el popular videojuego “The Sims”. Tanto éxito podría encandilar a cualquier pero José Antonio Bravo, el hombre tras el pseudónimo y fundador del dúo electrónico Bitman y Roban, se lo toma con calma: “No tengo 18 años. Tengo una vida súper normal, no tengo tiempo tampoco para volar. Todo lo que he hecho es para tirar pa’ arriba a los que quiero, a mi familia”.
Las maquetas del disco –editado en 2007 internacionalmente y luego en Chile a través de Feria Music- entusiasmaron a la gente correcta. Nacional Records, la casa disquera estadounidense de artistas como Andrea Echeverri o Manu Chao, le echó el ojo a Bitman en una búsqueda de talentos que realizaban en el país. Específicamente, fue su dueño Thomas Cookman, ex manager de la Ley y responsable de la internacionalización de Los Tres y Los Bunkers, el más entusiasmado: el DJ quedaría fichado con tres discos con su correspondiente distribución internacional.
Nuevo sello y nuevos mercados suponen reglas nuevas. Entre ellas una que cambió la forma de trabajo que venía llevando y que le reveló nuevas posibilidades en su labor como creador de sonidos. Por asuntos legales era necesario “sacar la mayor cantidad de samples notorios y obvios. Quedaron sólo cosas tocadas, grabadas y regrabadas. Los samples que hay no son de canciones, como lo que hacíamos con Bitman y Roban, que era directamente tomar canciones y samplearlas”, explica Bitman. “Tenía que empatar la sonoridad del sample con los instrumentos tocados y eso fue lo más complicado. El sonido y la textura que tiene el sampleo es distinta, no es tan limpia. Había que lograr esta pastosidad, esta suciedad. Me inventé una nueva técnica que me parece que por ahí va mi futuro dentro de la música electrónica”.
A pesar de la obligada “analogización” del álbum, al escuchar Latin Bitman no se debe olvidar que se está frente a un disco de un DJ, una placa de influencias cruzadas. De su herencia hip-hop posee todas las colaboraciones que alcancen en un compacto –Tea Time, Julián Peña, Juan Sativo, Titae Lindl, Jimmy Fernández, Rulo, Solo di Medina, Anita Tijoux, C-Funk, entre otros- y la técnica combinatoria para que todo se mueva y se mantenga sobre rieles. De su herencia latina, la elegancia de los ritmos bailables de salón, mantras vocales negroides y la inevitable evocación de un atardecer playero.
-¿Qué beneficios reporta estar fichado en un sello como Nacional?
-La exposición de mi música ha sido mucho mayor desde que yo empecé a trabajar con esta gente. De alguna manera apostaron por el disco y quieren recuperar esa apuesta. Si yo sacó un disco acá, como pasaba con Bitman y Roban, lo que lográbamos eran buenas críticas de la prensa, pero ese beneficio no tiene un feedback. La manera en que se trabaja a los artistas locales es distinta a la que se trabaja desde afuera. Bitman y Roban era una cuestión súper específica, no era un público masivo como el que estoy agarrando ahora. Independiente de que el disco haya salido en Estados Unidos acá igual se está trabajando y el single con Julián Peña está en la Rock and Pop y esta en las radios masivas, lo que para un DJ es complicado si no te acercas un poquito a la canción.
-Y en Estados Unidos, ¿cómo sientes que ha funcionado?
-Allá las críticas han sido por lo menos espectaculares y en medios súper importantes como diarios de Nueva York y la Billboard. El bajista de la banda punk Gang of Four, entre cuatro canciones que publicó en su blog escogió una mía. Tengo un tema en el juego The Sims que saldrá el próximo año. Con el disco pasado habían pasado cosas similares: un tema entró en FIFA, películas, en la serie de Fox “Nip Tuck” que finalmente no apareció porque cortaron la escena. Ese tipo de cosas desde acá no las puedo hacer ni la gente tiene ese nivel de contactos directamente en Hollywood. La novedad latina para ellos es importante porque hay mucho mercado en Estados Unidos.
-¿Hay posibilidades de tocar allá?
-Estoy invitado. Tengo varios proyectos que tengo que conjugar porque son distintas escenas. El eje central de esta salida es el LAMC (Latin Alternative Music Concert) que lo organiza Tomás Cookman. Él quiere que yo esté allá, que el disco se toque. Estoy hablando también con Plastilina Mosh para que hagamos algo en conjunto por el lado de ellos porque hemos hecho cosas acá. Estamos viendo la posibilidad de que ellos sean parte de mi banda allá. Lo que ha pasado con el disco no ha sido con ningún video, ningún single. El disco habló por sí solo y ahora viene el trabajo de marketing que es el single, el video, la distribución. Ya vamos a ver qué pasa.
-¿Cómo se lleva a escena este disco?
-Yo ya había probado cómo era el sonido de máquina versus banda con Bitman y Roban en la última formación cuando éramos seis. Y eso es mortal, el sonido que agarra en vivo es muy potente, por que el disco suena chico comparado con cuando es tocado con fuerza. El show de lanzamiento de abril va a ser exagerado en el sentido de la cantidad de músicos, interpretar los temas instrumentales con coristas, con vientos, que es lo que estoy preparando ahora. La banda estable son cuatro, de Funk Attack: Tata Bigorra (ex baterista de Los Tetas), Rulo (bajo) y Pancho Guitarra (guitarra).
-¿Cómo enfrentaste el acercamiento al pop?
-La intención era acercarme al pop siendo yo mismo y creo que se logra. No creo que después de escuchar Latin Bitman alguien diga “qué trillado” o “qué vendido”. Hay ciertas malicias en el disco… el “Tropilove” encuentro que es un tema súper pop, pero que tiene onda para sonar en un club de acá o Estados Unidos y no se convierte en algo pretencioso. Es algo humilde.
-Tu música tiene un fuerte componente visual, ¿Qué relación tienes con la creación tus videos?
-Trabajo con la misma que gente desde que hice “Pacífico” del Sunset beats. Han hecho también “Tatita” de Bitman y Roban y ahora último “Tropilove”. Hicieron “Promesas” de Los Mono también. Se llaman Smog y con ellos tenemos una relación de alianza, vivimos juntos. Yo les hago música a ellos y ellos se han hecho ricos haciéndome videos a mí. Hay cierta adhesión de gustos y tenemos una buena relación de amigos.
-¿Qué pasará con Bitman y Roban?
-No hay nada escrito. No ha muerto pero tampoco está funcionando por ahora. Estamos en procesos personales los dos. Yo estoy con mi trabajo en publicidad y Cristián fuerte con la arquitectura. Bitman y Roban es algo de cariño que hicimos y que fue evolucionando. No es un proyecto pretencioso que tenga que sacar un disco al año, es un grupo honestamente de culto, diría yo.