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Rock que se transforma

Es el tercer grupo que forma en su carrera el cantante y guitarrista Pancho Rojas, después de La Banda del Capitán Corneta y Mandrácula. Y tras editar su primer disco el año pasado, esta semana Damajuana se regenera para 2008 con nueva formación y nuevo sonido. "Es bueno reinventarse", dice el cantante.

28 de Febrero de 2008 | 11:12 |

En el cada vez mayor mercado de las "bandas tributo" en Chile hay gente especializada en recrear al pie de la letra a Pink Floyd, U2, Guns N' Roses y muchos más, pero la banda que Eduardo Negro Silva tenía hacia 2003 era distinta. Ahí el tributo era a Mandrácula, un grupo rockero chileno. Y el día en que invitó a cantar al vocalista original de Mandrácula fue el primero en la vida de un nuevo grupo, esta vez de música original: Damajuana.


Ese cantante era y es Francisco Rojas, un hombre que ha encontrado su propio método para mantenerse vigente en el rock. Más que perdurar con un grupo, él ha creado un gruop nuevo cada vez que ha sido necesario. Y ya lo ha hecho tres veces. Era un veinteañero cuando inició el blues rock chileno con La Banda del Capitán Corneta en 1991. Luego tomó un curso más rockero con Mandrácula en 1995. Y una década después ha vuelto a endurecer el rumbo desde 2004 con Damajuana.


A un año de haber editado su primer disco, Sangre en el camino (2007), esta semana Damajuana está estrenando en vivo su formación para 2008. Pancho Rojas (voz y guitarra), Álvaro Zambrano (guitarra), Eduardo Silva (bajo), Darío (teclados), Juan Carlos Raglianti (batería) y la dupla entre Francisca Moraga y Constance (coros) tocarán este jueves en el bar La Batuta, de la capitalina Plaza Ñuñoa, en la versión más reciente de uno de los grupos que han tomado el relevo en la escena del rock local para una nueva audiencia.


-¿El público es nuevo o es gente que ha seguido a tus grupos anteriores?
-Es público nuevo -dice Pancho Rojas-. Hay gente que sí viene de Mandrácula, y también debo admitir que algunos me han dicho "Yo te he seguido desde los Capitán Corneta", pero en general es nuevo.


-¿Y cómo es tocar para público más joven? ¿Más que Mandrácula es como Drácula, que se alimenta de sangre fresca?
-A mí claramente me alimenta. Te das cuenta de que trasciende generaciones. El mismo hecho de tocar con estos músicos es un súper buen legado y un reconocimiento. Es satisfactorio que cabros nuevos, que incluso se dedican a la música, te digan "decidí dedicarme a esto porque te vi a ti". Es el mejor halago. Es ideal tener constancia con un mismo grupo, pero si no voy a seguir teniendo constancia yo.


Sangre en el camino


Mandrácula fue el punto de partida de la historia de Damajuana. El grupo ya estaba disuelto cuando en 2003 Eduardo Silva, también bajista de la banda de blues chileno El Cruce, se acercó a Pancho Rojas para invitarlo a cantar en un colegio de la comuna santiaguina de Macul con ese grupo de tributo a Mandrácula.
 
-Yo iba bajo el riesgo porque jamás había escuchado cómo tocaban -recuerda Rojas-. Mi única referencia era que Eduardo tocaba en El Cruce y El Cruce era un buen grupo. Me tiré el piscinazo. Pero se sabían los temas.


-¿La pregunta es si tú te los sabías también?
-Sí, puede ser que las letras se me hubieran olvidado un poco, pero los temas son míos. Y me llamó la atención lo bien que tocaban. Entonces les propuse ser la banda de apoyo de Pancho Rojas. Y dijeron "No. Hagamos un grupo juntos". Y no era mala idea.


-¿Qué te pareció la actitud?
-Súper parada de parte de ellos. Pero la encontré buena, más consistente y sobre todo más comprometida -dice. La primera actuación de Damajuana fue en enero de 2004 en un bar de Las Condes, con canciones nuevas, de Mandrácula o hasta una de Red Hot Chili Peppers en el repertorio.


-Vi la cabida para hacer otro tipo de música -dice el cantante-. Toda la parte más metalera, más hardcore, más cruda, para mí era difícil meterla en Mandrácula. Cristóbal (Rojas, su hermano, baterista de ese grupo) me apaña, con el estilo que le diga sé que la hace igual, pero a Miguel (Pérez, el bajista) le gusta más el blues, la onda de Jimi Hendrix, el soul, el funk, lo más groovero.
 
-¿Y Damajuana tuvo un acento más rockero?
-Sí, siento que estos cabros por ser más chicos tenían menos prejuicio. Si había que hacer un tema tipo Pantera (la banda metalera estadounidense), les encantaba la idea. Y había que aprovechar esa energía, por otro lado para no terminar haciendo un Mandraculito. Indudable que va a tener el sello, porque el que compone y el canta soy yo.


-¿Tienen mucha diferencia de edad?
-Todos tienen entre 22 y 23. Y yo el mes pasado cumplí 39.
 
-¿Y no se nota?
-No, todo lo contrario, porque son de la misma escuela. Los códigos musicales son los mismos. Yo siempre he tenido energía escénica, y al principio todos, excepto el Leo (Leonel González, el primer baterista de Damajuana), eran más pollos para tocar, más doctos. Y con el tiempo ya son todos lanzados. Han aprendido a ser más entregados, y eso se nota mucho sobre todo en el rock. No basta ser buen guitarrista, ser buen músico y tener buen sonido. Como dijo Felipe Gutiérrez (baterista de la banda ñuñoína The Gutiérrez Experience, donde también toca Pancho Rojas) una vez: "No basta ser. Hay que parecer".


-Gutiérrez Experience.
-Claro. La actitud hay que tenerla. Si vas a ver Fiskales Ad Hok, no sólo te convence porque es un grupo de punk, sino por la actitud. Ves a Álvaro (España, el cantante de Fiskales) y no hay nada que decir. Es.


A partir del concierto acústico que dio el 29 de diciembre pasado en el bar Darabos del barrio Bellavista en la capital, Damajuana cambió su sonido en vivo además de su alineación, con guitarras menos ruidosas. Sangre en el camino quedó como el registro de su primer repertorio.


-Es la primera etapa de Damajuana -dice el cantante-. El referente en algunos casos es medio panteresco (de Pantera) y en otros es bien Audioslave (la banda estadounidense formada por la base de Rage Against the Machine y el cantante Chris Cornell). Es la mezcla entre la base power y el cantante haciéndose pedazos.


-¿Y de eso están pasando ahora a canciones con teclados y coros?
-Eso me atrae, es parte de las raíces musicales que uno tiene. La grabación del unplugged tiene mucho de los (Capitán) Corneta. Como es más funk, al tiro suena distinto. Y no es que uno reniegue del pasado rockero o metalero. Creo que es bueno reinventarse y buscar una vuelta nueva a la música.

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